En el enfrentamiento fronterizo entre Ereván y Bakú la mecha de un nuevo conflicto
Armenia espera la firma con Azerbaiyán del acuerdo mutuo sobre integridad territorial. Ereván teme que la otra parte se dispute otras porciones de territorio después de Nagorno-Karabaj. La continua presencia de soldados azerbaiyanos en área armenia en las franjas aún no definidas. Las buenas intenciones (de palabra) nunca se han traducido en una firma oficial.
Moscú (AsiaNews) - El portavoz de la Asamblea nacional, el Parlamento de Ereván, Alen Simonyan, intervino para afirmar que Armenia sigue esperando el acuerdo de Azerbaiyán sobre el reconocimiento mutuo de la integridad territorial. Un pacto que hasta ahora no se ha materializado debido al conflicto de Nagorno Karabaj, que ya terminó con la apropiación final de Bakú. Según Simonyan, "es hora de alcanzar una paz estable, trazando una línea roja, de acuerdo con lo que venimos proponiendo desde hace tiempo: Armenia debe poder contar con 29.800 kilómetros cuadrados de territorio, y esto significa que Azerbaiyán tiene 86.600 kilómetros cuadrados, no puede ser de otra manera".
El gobierno armenio de Nikol Pašinyan fijó hace tiempo estos términos, aceptando la soberanía azerbaiyana sobre Karabaj, para lo que exigió un estatuto especial de autonomía que Bakú nunca aceptó. Ahora se teme que Azerbaiyán pueda disputar a Armenia otras porciones de territorio, y sigue abierta la cuestión de cómo integrar el territorio de Artsaj recuperado el mes pasado, con el posible regreso a casa de los numerosos refugiados aún sin asistencia. Simonyan recuerda que, en cualquier caso, las cifras territoriales se habían puesto sobre la mesa en varias negociaciones en distintos formatos, desde la triangular con Moscú hasta las reuniones con mediadores europeos y estadounidenses. El propio presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mencionó varias veces las dimensiones territoriales, pero el presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, nunca quiso comentarlas oficialmente.
Cuando hablamos de estos kilómetros cuadrados, no estamos hablando de cifras hipotéticas o de espacios colgados en el cielo, sino de un ámbito territorial concreto, que concierne a dos pueblos reales y a dos naciones reales", insiste el portavoz de la asamblea. Recuerda que "hay muchos gestos concretos que pueden hacer efectiva esta dimensión, desde la devolución de prisioneros hasta la demarcación de fronteras, y estamos esperando a que el presidente azerbaiyano se decida". Ereván insiste en el reconocimiento territorial basado en la carta de la era soviética, tras la cual ambos países obtuvieron la independencia.
Simonyan señala que, según esas definiciones, "hay lugares donde viven armenios que deben abandonar el territorio, pero los azerbaiyanos también deben abandonar otros lugares". Ereván está dispuesta a pagar el precio, como ya hemos visto en relación con el larguísimo contencioso de Nagorno Karabaj, de hecho "ya hemos pagado demasiado", argumenta el alto cargo de la mayoría parlamentaria del partido armenio Acuerdo Civil. Azerbaiyán debe arreglar los puestos fronterizos de su territorio, y Armenia también, un proceso que lleva tiempo y debe comenzar cuanto antes. Simonyan afirma que "no descartamos incluso cambiar las fronteras con Turquía, con la que las relaciones podrían mejorar significativamente en un futuro próximo". Los armenios no creen que la paz en la región pueda estabilizarse realmente mientras los azeríes mantengan soldados en territorio armenio en las franjas indefinidas.
También hay notas de optimismo en las observaciones del orador, ya que "la cuestión del corredor de Lachin ya no es de actualidad, y ya no hay objeciones reales a la reanudación de auténticas conversaciones de paz por ninguna de las partes". Se espera que se reabran las vías de comunicación y se reanude el comercio en todas las direcciones, para reactivar la economía de Armenia, afectada por los acontecimientos de los últimos meses. Formalmente, tanto Ereván como Bakú dicen estar dispuestos a resolver los problemas, pero son declaraciones repetidas varias veces en los últimos años sin seguimiento. Y de nuevo se menciona "finales de este año" como fecha objetivo, pero los expertos se muestran bastante escépticos. Azerbaiyán no quiere conceder una "victoria diplomática" a Armenia tras la derrota en Nagorno Karabaj, y sus miras sobre varias localidades de la zona, como la ciudad de Sjunik, que controla el corredor Lachin-Zangezur, no se han extinguido en absoluto.
El riesgo de que se reavive el conflicto está lejos de desaparecer.
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