En el 2019 las guerras religiosas se volverán moda
En Iraq, India, China se prohibe celebrar la Navidad y el Fin de Año porque son “fiestas extranjeras”. El cristianismo asimilado al occidente. Pero, la oposición religiosa tiene motivos políticos. También en Occidente. Los EEUU y Gran Bretaña quieren defender a los cristianos en Oriente Medio, pero proveén armas que son para los fundamentalistas islámicos en Siria. En Italia se denuncia “la invasión islámica”, pero no se realiza tampoco ninguna política en favor de las familias y de los nacimientos. Construir puentes y trabajar para la convivencia en el respeto y en el testimonio recíprocos.
Roma (AsiaNews) - Mirando este fin de 2018 es muy probable que en 2019 volverán de moda las guerras religiosas. Algunas señales son de estos días. El último en orden de tiempo es una especie de fatua lanzada por el Gran Mufti de Irak, Abdul-Mehdi al-Sumaidaie, que en el sermón del viernes pasado, el 28 de diciembre, prohibió a todos los musulmanes festejar juntos a los cristianos la Navidad y el Fin de Año porque esto significa !que vosotros creéis en su doctrina”. Aparte el hecho de definir como “cristiana” la fiesta del Fin de Año, la actitud del Mufti no es nuevo. Esto recalca que vienen de Arabia Saudita y difundidos también en Francia, donde diversos imanes prohiben a los fieles del islam augurar “Feliz Navidadvidad” o “Feliz Año” a los cristianos.
A estas posiciones, le hace eco India, la Hindú Janajagruti Samiti, una organización con base en Goa, que hace dos días exhortó a toda la nación india a no festejar el “Fin de Año cristiano” porque crea “perversión” entre los jóvenes y pide a todos los connacionales de celebrar en cambio el “Fin de Año” en abril, en la fiesta hindú de Gudhipadwa. La actitud de la Samiti es sólo la punta del iceberg de la lucha que los grupos fundamentalistas hindúes están conduciendo contra escuelas, iglesias, sacerdotes, seminaristas, pastores cristianos y contra mezquitas e imanes para a actuar la hindutva, la ideología según la cual India debe ser sólo de los indios..
¿Entonces qué decir de los vientos que recuerdan a la Revolución de los Boxer (1900) en China? Aquí a los estudiantes de la escuela media y primaria se les hizo jurar que jamás festejarán la Navidad y el Fin de Año porque “¡son un atentado a la cultura china!”. Y aún más para hacer más eficaz la prohibición, en varias ciudades fue prohibido exponer decoraciones y árboles de Navidad, organizar Christmas Parties, cerrando iglesias y controlan los encuentros de los estudiantes universitarios.
En todos estos casos, juntando Navidad y Fin de Año muestra que la lucha de estos personajes es ante todo contra la invasión económica y cultural de occidente. Usando clichés del pasado, el cristianismo es acusado porque es una “religión de occidente”, pasando por alto el hecho que Jesús nació en Asia y a todos los testimonios que prueban sobre cuánto los cristianos hemos trabajado en Irak, India y China para el bien de aquellas naciones, también pagando con la vida.
Pero, es importante notar que, en cambio de verificaciones y distinciones históricas, la oposición no se fija sobre datos económicos o de la globalización, sino sobre la religión. Es una claro uso de la oposición religiosa por motivos políticos. Evocar una invasión religiosa sirve para alentar los sentimientos más profundos de las masas y coagularlas en el apoyo a las clases políticas, siempre más distantes de la fatiga de las poblaciones. Aquello que es evidente en Irak, donde la gente se lamenta sobre la poca distribución de la riqueza; en India, donde al lado de una economía rampante hay cantidades de millones de pobres; en China, donde la economía está mostrando signos de fatiga, dejando muchos desocupados. para todos es fácil indicar un enemigo externo como la causa de todos los males; un enemigo religioso, para inflamar los corazones; atacar individuos religiosos cristianos, normalmente no violentos es fácil de aplastar.
También hay que decir que en occidente se está arriesgando usar la religión para fines políticos. En los EEUU hay declaraciones en defensa de los cristianos perseguidos en Oriente Medio y en China, por parte de hombres importantes de la administración Trump como el vicepresidente Mike Pence y el Secretario de Estado Mike Pompeo. En Gran Bretaña, el ministro de Exteriores Jeremy Hunt anunció querer crear un mapa de la persecución de los cristianos para defender la libertad religiosa en el mundo. También en Italia, algunos personajes políticos tratan de reunir a los cristianos para defender la civilización europea contra “la invasión musulmana”. A los primeros, les diría que si quieren defender a los cristianos en Oriente Medio, sería mejor interrumpir las provisiones de armas a Arabia Saudita y a los Emiratos, que en todos estos años han apoyado la lucha de los fundamentalistas en Siria contra los cristianos ( y a todos los sirios); a los segundos, haría notar que “la invasión musulmana” (que con datos demográficos en la mano no se hará ni siquiera hasta 2100) se puede contrastar simplemente con una política más en favor de las familias y de los nacimientos.
También en occidente, por lo tanto, las clases políticas, siempre más distantes del pueblo, explotan los sentimientos religiosos para acreditarse como “servidores del pueblo””, mientras que en realidad preparan guerras para dar un empujón a la economía mundial, en tan mal estado.
Pero, en todo esto surge un elemento importante: la religión, dada por muerta desde hace decenios, regresó al centro de la atención. Pero, para que no sean usados para fines políticos o guerreros, creo es necesario que las personas religiosas de cada cultura construyan puentes -como nos invita siempre el Papa Francisco- y trabajen para una convivencia que garantice el respeto y el testimonio recíproco.
17/12/2016 13:14
02/10/2020 13:03