14/07/2017, 15.04
CAMBOYA
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En Tailandia, éxodo de miles de migrantes camboyanos indocumentados

Desde el 28 de junio pasado, 8.328 personas emprendieron su regreso a Camboya. Arriesgan multas que van desde 1.000 a 2.000 euros, y penas de hasta cinco años de prisión. La falta de dinero es el principal factor que incentiva a los migrantes a permanecer sin documentos. Los repatriados deciden permanecer en el país de origen, o bien regresar a Tailandia, aunque sin documentación.  

Phnom Penh (AsiaNews/Agencias) – Por miedo a las sanciones del gobierno tailandés, en las últimas semanas, miles de camboyanos, que carecen de los documentos regulares, han emprendido el regreso a su país natal, por voluntad propia o bien por la fuerza.

Con la nueva ley de trabajo, que fue aprobada a fines de junio, los trabajadores extranjeros que carezcan del debido permiso arriesgan multas que pueden ir desde 1.000 hasta 2.000 euros, y penas que pueden llegar a los cinco años de prisión. Para sus empleadores, las autoridades han dispuesto sanciones de aproximadamente 23.500 euros por cada trabajador ilegal verificado.

En total, desde el 28 de junio pasado, 8.328 migrantes han cruzado la frontera de Tailandia para dirigirse al lado camboyano. Muchos de los repatriados han regresado a Camboya por su voluntad, y algunos por disposición de sus empleadores. El éxodo se ha vuelto más lento en la última semana, para volver a la normalidad después de que el gobierno tailandés dejara en suspenso la aplicación de las sanciones hasta fin de año.

En busca de ingresos para poder sostenerse y mantener a sus familias, muchos camboyanos que cruzan la frontera para trabajar en Tailandia son menores de edad, categoría que corre mayor riesgo de ser objeto de explotación, abuso y tráfico de seres humanos. A menudo ocurre que ellos reciben su salario anualmente en un solo pago, lo cual implica estar obligados a tomar en préstamos el dinero de su empleador, para poder comprar cualquier cosa que sea necesaria. Un acuerdo de este tipo expone a los migrantes a una serie de problemas, como las “enfermedades provocadas por la pobreza y la pobre alimentación, las violaciones de los derechos humanos y las deudas”. Se estima que los menores constituyen entre el 10 y el 15% de la masa de migrantes que regresan.

La falta de dinero es el principal factor que incentiva a que los migrantes permanezcan, aún careciendo de documentos, puesto que muchos de ellos no pueden permitirse los aranceles que rigen para la tramitación de un pasaporte. La mayor parte de las migraciones es financiada a través de préstamos, que empujan a los migrantes a encontrar rápidamente un trabajo apenas llegan, y que suelen provocar un mayor endeudamiento cuando éstos fracasan en su búsqueda.  

Según algunas ONG, muchas de las personas que están regresando a Camboya, no pudiendo pagar las tasas para las certificaciones, deciden permanecer en el país de origen, o bien regresar a Tailandia indocumentados, asumiendo los riesgos que esto conlleva. Muchos repatriados afirman que los empleadores les han dado dinero en préstamo para regresar de manera ilegal. Sin embargo, ellos agregan que el importe no suele ser suficiente para cubrir los costos, y que los aranceles para el pasaporte serían descontados de sus salarios mensuales.  

Un reciente comunicado del Ministerio de Trabajo aclara que el costo para un pasaporte normal es de aproximadamente 100 euros, mientras que el costo para un pasaporte emitido en el mismo día asciende a 200 euros. En realidad, los migrantes suelen pagar muchos más, y el importe suele a ser ocho veces el debido.

Para obtener un mayor número de migrantes regulares, el vocero del Ministerio de Trabajo, Heng Sour, declaró, la semana pasada, que el ministerio confeccionará documentos de viaje equivalentes a los pasaportes, a partir de la primera semana de agosto. El documento, que costará unos 110 euros, será válido por cinco años y será emitido en las oficinas gubernamentales, en Tailandia.  Aquellos que carezcan de todo documento, afirmó el vocero, deberán registrarse en el Departamento de ocupación tailandesa, para lo cual tendrán un plazo de dos semanas, que concluirá el 7 de agosto. Se llevará a cabo un “proceso de verificación” con representantes del gobierno camboyano.

Sin embargo, la mayor parte de los trabajadores no estaría en condiciones de solicitar el documento de viaje disponible en Tailandia, puesto que para solicitar su emisión es necesario presentar un certificado de familia, un documento de identidad y la partida de nacimiento.  Sin estos documentos, la mayor parte de los migrantes no tendría más opción que regresar a Camboya por voluntad propia.

Para evitar el gasto del viaje de regreso, muchos migrantes se dirigen a los puestos de bloqueo de la policía que están situados sobre el lado tailandés de la frontera, y luego se entregan a la policía, que los transporta hasta el lado camboyano. Sin embargo, aún siguen difundidos los arrestos y las deportaciones de los trabajadores ilegales, si bien éstos han disminuido en virtud del éxodo voluntario.

A pesar del aparente retorno del flujo de personas a sus valores normales, luego de los picos registrados tras entrar en vigor la nueva ley, aún queda por ver cuántos trabajadores ilegales camboyanos recibirán los documentos regulares antes de fin de año, y  qué pasará en el 2018, cuando las duras sanciones comiencen a regir. 

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