En Pakistán, católicos y musulmanes piden la liberación de los intelectuales y activistas desaparecidos (Fotos)
La Comisión de Derechos Humanos organizó un seminario. Los familiares de los intelectuales secuestrados rechazan las acusaciones de blasfemia planteadas por los radicales islámicos. “Esta es sólo una jugada para encerrarlos tras las rejas luego de su eventual liberación”.
Lahore (AsiaNews) – Los cristianos y musulmanes que defienden los derechos humanos, exigen la liberación, con garantías de plena seguridad, de los cinco activistas desaparecidos en Pakistán. Hace dos semanas que se perdieron sus rastros, luego de que publicaran comentarios críticos en relación al extremismo religioso presente en la política y en los ambientes militares. Se trata de los primos Waqas Goraya y Aasim Saeed, ambos blogueros; Salman Haider, un conocido poeta que enseña en la Fatima Jinnah Women’s University de Rawalpindi; Ahmed Raza Naseer, bloguero y enfermo de poliomielitis; y de Samar Abbas, presidente de la Civil Progressive Alliance Pakistan.
En diálogo con AsiaNews, Nadeem Anthony, un abogado cristiano, expresa gran preocupación por la suerte que pueden correr los intelectuales liberales y laicos en la República islámica. “Es condenable –afirma- la actitud rígida que adoptan las fuerzas de seguridad, incluyendo las desapariciones forzadas y las incursiones en las oficinas de las ONG. El gobierno no puede justificarse a sí mismo, adoptando estos métodos. Su tarea no es ponerse a acallar a las personas”.
Con respecto a las opiniones expresadas en los medios sociales por los cinco desaparecidos, el abogado considera que no fueron “críticas contra Pakistán, sino que apuntaban a aumentar la conciencia acerca de las injusticias en perjuicio de los pobres”. “Está en acto una campaña contra los activistas –agrega- y apenas han transcurrido pocos días desde que comenzó el 2017. La situación de los derechos humanos está empeorando. Como sea, nosotros continuaremos con nuestra protesta”.
Ayer, la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP) organizó un seminario para encender los reflectores sobre las limitadas posibilidades de expresión para las organizaciones sociales que operan en el país. Los presentes han pedido que se restituya la libertad a los cuatro blogueros de Lahore y al profesor de Rawalpindi. A favor suyo también se expresó un estudiante de la University Law College de Lahore, que luego fue castigado por otros colegas radicales del ala estudiantil de Jamaat-e-Islam, que lo torturaron y lo tuvieron cautivo durante varias horas.
Según la Comisión, en el año 2015 se registraron 1.390 casos de desapariciones forzadas. De éstas, al menos 191 ocurrieron entre los meses de enero y noviembre en la provincia de Baluchistán, las cuales fueron denunciadas reiteradamente por el mismo Salman Haider, el profesor desaparecido.
La posición de los activistas, que en sí ya es delicada, parece agravarse, luego de que fueran presentadas denuncias de blasfemia en su contra, un crimen que en Pakistán es castigado con la pena de muerte. Por eso, los familiares de los intelectuales ayer organizaron una conferencia de prensa en Islamabad, en la cual denunciaron la “cruel campaña” desencadenada por los extremistas en contra de sus familiares. “Esta campaña –dijeron- tiene como único objetivo quitar la simpatía que el público siente por nuestro dolor y por el dolor de nuestros seres queridos, que han sido secuestrados de manera ilegal”.
Rojar Randhawa, coordinador de Caritas de Lahore también se ha alineado a favor de los activistas, y en su cuenta de Facebook escribió a modo de provocación: “Por favor, no me rapten y no me maten. No soy un liberal”.
Saeeda Deep, fundadora del Institute of Peace and Secular Studies, invita a los demás líderes de las minorías a unirse a la protesta. “Nuestros corazones sufren al ver lo que está sucediendo –refiere-. Los grupos islámicos han pronunciado condenas de blasfemia contra las personas desparecidas. De este modo, aún en caso de ser eventualmente liberados, serán condenados a permanecer tras las rejas”. La mujer revela que los activistas de Pakistán “depositaban su esperanza en el nuevo jefe del ejército, pero ahora la trama de los militares se ha vuelto aún más estrecha, y a los liberales le cuesta incluso respirar. Hombres y mujeres activistas, sí como estudiantes, son intimidados. El del joven torturado no es un caso aislado”.
17/12/2016 13:14