En Moscú y Minsk, 'protestas de San Valentín’
En Rusia, los flashmobs con luces exigieron la liberación de Aleksey Navalny. En Bielorrusia, individuos o pequeños grupos exhibieron la bandera rojiblanca. En Minsk, tuvo lugar la Asamblea Popular para la reforma de la Constitución pero nadie de la oposición estuvo presente. Kirill Galanov y Vlad Sokolovsky, conocidos como los "dee-jays del cambio", enviados por la fuerza a Lituania.
Moscú (AsiaNews) - Las "protestas de San Valentín" tuvieron lugar ayer en Moscú y Minsk, en medio de la creciente presión a sus respectivos gobiernos en reclamo de la libertad. En Rusia, las manifestaciones tienen por objetivo fundamental la liberación de Aleksey Navalnyj, y en la organización salieron a flote los sentimientos de la población. En Minsk, se soltaron globos al aire por toda la ciudad, con inscripciones que ensalzaban la libertad. En Moscú hubo un flashmob de linternas, con luces intermitentes a modo de protesta y en apoyo al líder encarcelado (foto 1). El lema más popular en las dos capitales fue "el amor es más fuerte que la tortura" (foto 2). Muchas personas salieron a la calle individualmente o en pequeños grupos, mostrando inscripciones y exhibiendo la bandera rojiblanca de la Bielorrusia libre (foto 3).
En el extranjero, muchos rusos y bielorrusos también salieron a la calle para protestar. En la ciudad ruso-tártara de Kazán, la única manifestación acordada con las autoridades locales fue organizada por el partido liberal Yabloko: "Contra las detenciones y las represiones y por el cambio de la ley electoral en la Duma" fue el título de la marcha. Varios centenares de personas llegaron a la concentración en la Plaza del Milenio de la capital tártara, pero tras la llegada de las primeras 150 personas las demás fueron detenidas por la policía, porque "el número era superior a lo acordado".
Mientras tanto, en los últimos días se concluyó la Asamblea Popular "Pan-Bielorrusa", formada por unos 2.400 miembros, convocada el 12 de febrero por el presidente Aleksandr Lukashenko. Ésta debía preparar la reforma constitucional, sobre la que se debería consultar a los ciudadanos en un referéndum que se celebraría a principios de 2022. La comisión constitucional especial, cuya creación fue aprobada por la Asamblea, comenzará a trabajar en las enmiendas a la brevedad.
Se incorporarán a la comisión representantes de organismos estatales, del poder judicial, de diversos sectores de la economía y de la sociedad. Entre las propuestas se evaluará la "redistribución de competencias entre los organismos estatales, el fortalecimiento del papel de los partidos políticos, el apoyo a las iniciativas espontáneas de la sociedad civil, la elaboración de programas de educación patriótica de la población y la afirmación de los valores morales y espirituales tradicionales, y las costumbres del pueblo bielorruso".
La propia Asamblea Popular debe convertirse en un órgano superior estable, que represente al pueblo, con un estatuto jurídico especial que habrá de incluirse en la legislación. En la actualidad es un órgano de carácter consultivo, cuya misión es presentar propuestas al Presidente del país en el plazo de una semana. Esto no constituye ninguna novedad en la historia reciente de Bielorrusia: a finales de los años 90 fueron precisamente los delegados del pueblo los que presentaron la propuesta del referéndum que condujo al fortalecimiento de los poderes presidenciales.
Sin embargo, ahora Lukashenko se declara partidario de una revisión de la división de poderes, porque "todas estas competencias, que ahora recaen en el jefe de Estado, son demasiado pesadas para una sola persona... y si uno de los prófugos, manifestantes callejeros o encarcelados u otro tomara el poder, el nuevo líder podría invitar a ejércitos extranjeros a invadirnos". El presidente también dijo que estaba "dispuesto a defender el país con un fusil bajo el brazo".
En la Asamblea Popular, la oposición no goza de la más mínima representación. Uno de sus representantes, Pavel Latushko, declaró que "se trata de una reunión inconstitucional". Para solucionar la crisis social es necesario "restaurar las instituciones democráticas normales, que actualmente están inhibidas en Bielorrusia".
Con motivo de la Asamblea, todas las calles céntricas de Minsk estuvieron selladas y controladas con un gran despliegue de fuerzas policiales, y se hizo un seguimiento de los medios de comunicación. El 13 de febrero se difundió un vídeo de la detención - en agosto del año pasado -, de Kirill Galanov y Vlad Sokolovskij. Ambos son conocidos como los "dee-jays del cambio" (foto 4) por haber difundido, durante las manifestaciones callejeras, la famosa canción de Viktor Tsoj Peremen ("Cambios"), símbolo del levantamiento ruso de 1990 contra el agonizante régimen soviético. El tema musical se convirtió en el símbolo de las protestas bielorrusas. A pocos días de su detención, los dos djs fueron expulsados del país. Ahora participan de la oposición "en el exilio", desde Lituania.
28/12/2020 09:49
22/12/2020 11:04
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