En Asia Central persiste la mordaza a la libertad de prensa
En todas las ex repúblicas soviéticas se restringen las actividades de los medios de comunicación independientes. Muchos sitios son censurados. En Kirguistán se vive una auténtica represión. Las autoridades defienden sus privilegios y los de las élites que las apoyan. La guerra en Ucrania no contribuye a mejorar la situación.
Moscú (AsiaNews) - Crece la alarma por las continuas restricciones a la libertad de prensa y de expresión en los países ex soviéticos de Asia Central, donde no se permite denunciar abiertamente la corrupción generalizada y la inextirpable omnipresencia de las "familias del poder" que controlan la vida de las sociedades. En los últimos días, Radio Azattyk, cuyos colaboradores y corresponsales son cada vez más perseguidos, dedicó numerosos reportajes a este tema.
Desde la revuelta de julio en Karakalpakstán, la región independentista de Uzbekistán, las autoridades casi han silenciado el sitio de noticias privado Gazeta.uk. El gobierno ha censurado todas las noticias relacionadas con estos disturbios y las protestas posteriores, sustituyéndolas por la lacónica frase "contenido eliminado". Tras las numerosas críticas de los usuarios, el ejecutivo restableció parte del material, pero no se sabe hasta cuándo.
Algo similar ocurre en Turkmenistán, donde no hay servicios informativos independientes. En cuanto a Kirguistán, recientemente se ha intensificado la represión para no entorpecer las maniobras del Estado, dispuesto a hacer valer sus reivindicaciones territoriales y económicas. La situación en Biskek ha empeorado desde enero, cuando los guardias de los Omon (unidades especiales) entraron por la fuerza en la oficina del periodista de investigación Bolot Temirov, quien posteriormente fue detenido y acusado de tenencia de drogas.
En octubre, las autoridades kirguisas bloquearon la cuenta bancaria y el sitio web local de Azattyk. El motivo: los reportajes sobre el conflicto fronterizo entre kirguisos y tayikos, que según el gobierno "fomentaron las hostilidades entre las etnias" y difundieron “información falsa”, dando demasiado espacio a las razones de Tayikistán, en un conflicto que dejó más de 100 muertos - Azattyk se había negado a borrar los vídeos de los enfrentamientos.
En solidaridad con la emisora de radio independiente, varios sitios de noticias se sumaron a una jornada de protesta el 26 de octubre. Ese día, dejaron de publicar las noticias durante varias horas e ignoraron todos los comunicados de prensa del gobierno de Biskek. En las pantallas sólo aparecían las palabras "No hay noticias: hay una represión contra los medios de información”.
Un grupo de "manifestantes" irrumpió en la oficina de Azattyk, exigiendo también el cierre de Kloop y KaktusMedia. Luego amenazaron con incendiar la oficina u "otras medidas extremas" si el parlamento no "expulsaba a todos los periodistas traidores".
En Kazajistán también se produjeron varios incidentes en los que se cruzó la "línea roja" de la libertad de prensa, con el bloqueo de la sección local de Radio Azattyk y de otros sitios, como Public Eye, después de que salieran a la luz noticias sobre los intereses empresariales del presidente Tokaev y su familia en el extranjero.
La irritación de la cúpula del gobierno kazajo se disparó sobre todo tras la investigación sobre la renovación de la sala de conferencias de la ONU en Ginebra, en la época en que Tokaev era diplomático de carrera y dirigía la sección. La remodelación fue costeada por el gobierno de Kazajistán e incluyó obras de la artista Batimu Zaurbekova, suegra del hijo de Tokaev. Por las decoraciones en los muros se pagaron cientos de miles de dólares.
Así todo, Uzbekistán es visto como el país que más ha avanzado en la expansión de la libertad de prensa. Y esto es porque en los 25 años anteriores del régimen de Islam Karimov, la libertad de expresión era ínfima, como en la época soviética.
El ejecutivo de Mirziyoyev también suele ser bastante susceptible a las críticas, como ocurrió en el caso de Karakalpakstan. El sitio uzbeko de Radio Ozodlik, la rama local de Radio Svoboda, lleva años bloqueado dentro del país.
Tayikistán no es una excepción: en el país detienen y condenan a periodistas y blogueros independientes por cargos engañosos, principalmente para impedirles que informen sobre la sangrienta represión en curso en la región autónoma de Alto Badajshán desde el mes de mayo. La agencia de noticias privada Asia Pljus advirtió a sus lectores que no podía garantizar una información completa debido a las amenazas de las autoridades, que acusa al medio de llevar adelante "actividades hostiles a la estabilidad interna del país".
Por último, el conflicto ruso en Ucrania deja a los gobiernos centroasiáticos en una situación incómoda en las relaciones políticas y económicas internacionales, lo que no ayuda a fortalecer la libertad de expresión.
14/12/2022 12:31
11/09/2023 15:15