En Afganistán, se triplicaron los ataques contra escuelas. P. Moretti: ‘sin cultura no hay democracia’
Al menos 3,7 millones de niños y jóvenes en edad escolar no asisten clases. En el año 2018, se cerraron más de 1.100 institutos. Una generación entera está en riesgo, y las mujeres son las más perjudicadas. Sacerdote italiano: “Si se prohibe que niños y niñas vayan a la escuela, entonces el embrión jamás se volverá adulto”.
Kabul (AsiaNews) – En Afganistán, durante el 2018, los ataques contra las escuelas se triplicaron, en comparación con el año anterior. Es lo que revela un informe redactado por UNICEF, dado a conocer ayer, según el cual, el año pasado, los incidentes contra establecimientos escolares en todo el país fueron 192, mientras que en el 2017 sumaron 68. En diálogo con AsiaNews, el Pbro. Giuseppe Moretti -capellán de la embajada italiana y responsable de la missio sui iuris de Afganistán hasta el 2015- declaró: “Es un aborto de la cultura”.
El reporte de UNICEF resalta las dificultades que rigen para acceder a la instrucción en un país atormentado por 18 años de guerra. A fines del 2018, al agencia relevó la clausura de más de 1000 escuelas, privando de su derecho al estudio a casi 500.000 niños. Según la agencia de las Naciones Unidas, al menos 3,7 millones de menores, con edades que oscilan entre 7 y 17 años (es decir, la mitad del número total de niños en edad escolar) no asisten a clases. Se trata de una generación entera en riesgo de analfabetismo a causa de la falta de docentes, que muchas veces resultaron heridos o han muerto en los atentados, además de una formación académica inadecuada (solo el 48% tiene un título de estudios equivalente a una licenciatura de primer nivel).
El grupo más perjudicado es el de las niñas, ya que el 60% de ellas no va a la escuela. La desigualdad en el acceso a la instrucción, en el caso de las niñas, es un legado de la profunda discriminación de género existente, desde el fin del dominio de los talibanes (1996-2001). Durante aquél período, a las las mujeres se les vedaba el estudio y eran marginadas, consideradas exclusivamente “idóneas” para permanecer en el hogar. Por otro lado, el escaso número de docentes mujeres agrava la situación.
El sacerdote italiano critica “la presencia de las potencias occidentales, que permanecen en Afganistán desde el 2001 y que debieran haber construido realidades que permitieran al pueblo encaminarse a una democracia, en primer lugar, a través de escuelas y hospitales. Además, la voz de las potencias occidentales debiera clamar con mucha mayor fuerza en lo que respecta a la instrucción de las niñas: ¡la igualdad de las mujeres no se aplica solamente cuando se reclama que haya sacerdotes mujeres!”. Hoy, continúa, “la labor debe centrarse en reconstruir escuelas, pero hasta que no haya paz, será muy difícil lograrlo”.
Según el Padre Moretti, “sin cultura, no hay democracia y somos todos ovejas. Si las personas no tienen ganas de estudiar y el Estado permite esto, quiere decir que los poderosos solo quieren tener al pueblo subyugado. La escuela es fundamental para la construcción de la democracia. Aquí falta una clase dirigente responsable, que tenga como programas fundamentales aquellos sobre los cuales se fundan las bases de la democracia. Si desde su mismo nacimiento, desde la escuela primaria, hay un aborto de la cultura, prohibiendo que niños y niñas vayan a la escuela, el embrión jamás se volverá adulto, jamás se volverá un ser vivo”.
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