En 2022, el PBI de China creció menos de la mitad que el de la India
La economía de Beijing marcó un +3%, la de Delhi un +7%. Los efectos de la política de covid cero de Xinping y la caída de la demanda global. India depende más del consumo interno. China apunta este año a la recuperación, pero es difícil que se produzca un superboom. Las empresas estadounidenses que operan en el mercado chino son pesimistas.
Beijing (AsiaNews) - El año pasado la economía china creció un 3%, menos de la mitad que la de India, que las últimas proyecciones sitúan en un 7%, según se desprende de la comparación entre los datos que acaban de publicar el Instituto Nacional de Estadística de China y el de Delhi.
El objetivo del gobierno chino para 2022 era un crecimiento del PBI del 5,5%. Expertos indios señalaron a Nikkei Asia que la desaceleración de China se debe a las estrictas normas anti-Covid que estuvieron vigentes en el país hasta diciembre y a la dependencia de Beijing de las exportaciones, en momentos en que la demanda mundial ha caído por los efectos de la guerra ruso-ucraniana y los altos costos de la energía.
Por el contrario, a la India le fue mejor porque está "menos integrada" en la economía mundial y depende más de la demanda interna. Desde que estalló la pandemia hace tres años y la escalada de la guerra comercial y tecnológica con EE.UU., Xi Jinping se ha centrado en fortalecer la demanda interna, pero hasta ahora con resultados desiguales.
En términos reales, el gasto per cápita en China cayó un 0,2%, después de registrar un crecimiento del 12,6% en 2021, pero la base de referencia era muy baja debido al pico de covid del año anterior. Esta es solo la tercera caída desde 1980, cuando las autoridades comenzaron a publicar este tipo de estadísticas. Las ventas minoristas, la medida del consumo interno, también se contrajeron un 0,2%: la segunda peor cifra desde 1968.
Más significativo aún es el colapso de los empleos urbanos en el país, el primero que se registra desde 1962, inmediatamente después de la hambruna provocada por el "Gran Salto Adelante", la desastrosa política económica que implementó Mao Zedong entre 1958 y 1961. El año pasado China perdió 8,4 millones de puestos de trabajo en las ciudades, deteniéndose en un total de 459,3 millones.
Pesa sobre el empleo la draconiana política de "covid cero" de Xi, a la que se suma la contracción de la fuerza laboral por el envejecimiento de la población y la ralentización del crecimiento de los trabajadores migrantes que se trasladan del campo a las ciudades.
Con el levantamiento de las restricciones sanitarias se espera una aceleración de la economía china. Sin embargo, muchos analistas consideran que no será un superboom, como vaticinaron algunos observadores a principios de año. Tras 19 meses de caída, la venta de viviendas nuevas volvió a crecer en febrero; la actividad del sector industrial y de servicios también creció el mes pasado.
Sin embargo, una encuesta de la Cámara de Comercio de EE. UU. en China muestra que las empresas estadounidenses que operan en el país son más pesimistas en cuanto a sus perspectivas. El estudio revela que, por primera vez en 25 años, las empresas estadounidenses ya no sitúan al gigante chino entre sus tres principales prioridades de inversión. Temen las tensiones geopolíticas entre Washington y Beijing y un mercado local aún más cerrado y regulado, como resultado de los esfuerzos por centralizar el poder en manos de Xi y el Partido Comunista de China.
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