Empate electoral en Suva, marcado por las relaciones con Beijing y Occidente
El primer ministro Bainimarama, impulsor de la apertura a los chinos, podría perder el poder después de 16 años. Su rival, Rabuka, quiere distanciarse de China. En la balanza electoral será decisivo el rol de una formación de inspiración cristiana. Beijing trata de ampliar su influencia en el Pacífico Sur, con la oposición de Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.
Beijing (AsiaNews) - En el empate electoral en Fiyi inciden las relaciones con China y el delicado equilibrio en las relaciones con Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. La votación del 14 de diciembre no arrojó un vencedor: el partido del primer ministro Frank Bainimarama no consiguió la mayoría, como tampoco la coalición opositora liderada por Sitiveni Rabuka.
El Primer Ministro en funciones lleva 16 años al frente del país, tras hacerse con el poder mediante un golpe de Estado. Durante su gobierno, Fiyi ha estrechado lazos con China, pero también intenta mantener buenas relaciones con Washington, Canberra y Wellington.
Actualmente hay alrededor de 10.000 chinos viviendo en el archipiélago y no todos los fiyianos están contentos con esta presencia. Rabuka (también ex militar golpista) ha declarado que, si gana las elecciones, se distanciará de Beijing. Para formar el nuevo ejecutivo, será decisivo el rol de Sodelpa, un partido de inspiración cristiana que no quiere acuerdos de seguridad con los chinos y aboga por una política exterior más alineada con Australia y Nueva Zelanda.
El Pacífico Sur es una región de gran valor estratégico en el enfrentamiento geopolítico entre China y Estados Unidos. En mayo, Beijing firmó un pacto de seguridad con las Islas Salomón, pero los términos del acuerdo se mantienen en secreto. Entre otras cosas, permitiría a los buques de guerra chinos realizar escalas y operaciones de repostaje en los puertos del archipiélago.
En reiteradas oportunidades, el primer ministro de las Islas Salomón, Manasseh Sogavare, afirmó que el acuerdo no contempla el establecimiento de una base naval china en el país. Australianos, neozelandeses y estadounidenses han expresado su preocupación por la decisión de Honiara, señalando que tendrá repercusiones para la seguridad regional.
Washington y sus aliados temen que Beijing logre establecer bases militares en el Pacífico Sur como ya ha hecho en el Mar de China Meridional. Desde una perspectiva que busca contener el avance de China, esto supondría una amenaza directa para los enlaces navales de la US Navy entre Hawai y el Pacífico occidental.
Pocos días después de la formalización del acuerdo entre China y las Islas Salomón, las demás naciones insulares del Pacífico Sur rechazaron la propuesta china de un gran pacto regional en materia de comercio y seguridad.
Lowy Institute señala que Beijing se esfuerza para aumentar su influencia en la región, pero su compromiso financiero con los países afectados ha disminuido. Los préstamos y la ayuda chinos a las naciones del Pacífico Sur ascendieron a 204 millones de dólares en 2008 y aumentaron a 334 millones en 2016, pero se redujeron a 188 millones en 2020.
Para contrarrestar el avance chino en la región, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido han vuelto a reforzar su presencia y apoyo financiero.
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