Eliminada la oposición, Hun Sen aprueba sanciones contra quienes no voten
A un mes de las elecciones, el Parlamento aprobó una norma que penaliza el boicot a una cita que quedó vacía de sentido después de la inhabilitación del Candlelight Party: quienes no acudan a las urnas no podrán presentarse como candidatos al menos durante cuatro elecciones consecutivas. Según los defensores de los derechos humanos, se trata de otra campaña de intimidación del primer ministro-dictador.
Phnom Penh (AsiaNews/Agencias) - El Parlamento camboyano aprobó hoy por unanimidad una enmienda a la ley electoral según la cual se sancionará a quien no participe en las elecciones nacionales del mes próximo. La votación es percibida desde el extranjero como una farsa, después de que el premier-dictador Hun Sen, en el poder desde hace casi 40 años, reprimiera cualquier forma de oposición.
A principios de este mes, la Comisión Electoral anunció que se multará o encarcelará a quien inste a la gente a no votar. Luego, el Primer Ministro pidió al Parlamento que revisara la legislación para que quienes boicoteen las elecciones del 23 de julio no puedan participar en futuros comicios. "Cualquiera que no vote sin una razón apropiada perderá el derecho a presentarse como candidato por cuatro elecciones consecutivas", declaró Sar Kheng, viceprimer ministro y ministro del Interior, en una publicación en Facebook. Sin especificar qué constituye una "razón apropiada", añadió también que "las enmiendas imponen multas y castigan a las personas que perturban u obstruyen el proceso de registro de votantes y el desarrollo de las elecciones".
La medida se aprobó para perseguir a destacadas figuras de la oposición que huyeron del país para evitar condenas por motivos políticos. Las elecciones nacionales en Camboya se celebran cada cinco años y no es posible votar desde el extranjero. El líder opositor Sam Rainsy vive exiliado en Francia desde 2015, mientras que Kem Sokha, otro opositor político, fue condenado en marzo a 27 años de prisión acusado de traición.
Según los defensores de los derechos humanos, se trata de una campaña de intimidación, pero el gobierno camboyano afirma que es una forma de hacer cumplir la ley. "Esto demuestra que se trata de una dictadura que juega a la democracia", afirmó Phil Robertson, de Human Rights Watch. "Los derechos civiles y la libertad política han sido total y completamente restringidos por el primer ministro Hun Sen y su Gobierno", especificó.
En las últimas elecciones de 2018, el Partido Popular Camboyano de Hun Sen ganó todos los escaños parlamentarios con 4,8 millones de votos de un total de 6,9 millones emitidos. El único partido de la oposición, el Candlelight Party, fue diezmado primero y descalificado después por la Comisión Electoral, oficialmente por irregularidades en la presentación de documentos.
Foto: Cambonian National Assembly
21/07/2023 14:52