El trabajo infantil, la lacra oculta de Colombo
Las estadísticas oficiales afirman que solo el 1% de los niños de entre 5 y 17 años está involucrado en actividades económicas. Pero la sociedad civil cuenta una realidad muy diferente, que la actual pandemia y la crisis económica han agravado aún más. Buddhini Withana (Save the Children): "No sirve de nada criminalizar a las familias, se necesitan medidas de protección social".
Colombo (AsiaNews)- El Día Internacional contra el Trabajo Infantil, que se celebra el 12 de junio, volvió a centrar la atención en este flagelo. El Papa Francisco también hizo un fuerte llamamiento en este sentido durante la oración dominical del Ángelus. En el sur de Asia produce especial preocupación el caso de Sri Lanka, donde el trabajo infantil es un fenómeno ampliamente oculto.
Según las cifras oficiales sólo el 1% de los niños de entre 5 y 17 años están involucrados en actividades laborales, el 90% de ellos en formas peligrosas. Pero es una imagen que subestima ampliamente la participación de los niños en las actividades económicas. "Debido a las diferencias en las definiciones legales internacionales y nacionales de trabajo infantil -comenta Buddhini Withana, consultora de Save the Children para la protección infantil y los derechos de los niños- un número significativo de menores de Sri Lanka, especialmente aquellos que trabajan menos de 25 horas a la semana y aquellos que sufren de algunas de las peores formas de trabajo infantil (como el trabajo forzoso y la explotación sexual) están excluidas de las estadísticas y, por lo tanto, son invisibles".
“No ha habido muchos intentos de comprender este fenómeno en Sri Lanka -sigue diciendo la activista- pero las investigaciones realizadas por organizaciones de la sociedad civil a principios de 2022 indican que los niños se han visto obligados a trabajar, a veces con enormes riesgos para su salud y seguridad, debido a la vulnerabilidad económica derivada del Covid-19, junto con el cierre de las escuelas y la interrupción de la educación, y algunos niños han comenzado a trabajar a tiempo completo ya a los 11 años”.
Esta situación se agrava debido a la profunda crisis económica y financiera que ha afectado al país en los últimos meses. “El crecimiento de la pobreza -prosigue Buddhini Withana- supondrá un mayor número de niños que abandonan la escuela y empiezan a trabajar mucho antes de lo que deberían. Y en aquellas familias que durante la pandemia ya tuvieron que enviar a sus hijos a trabajar para llegar a fin de mes, la esperanza de que los niños regresen a la escuela puede seguir siendo solo una esperanza".
Sin embargo, en teoría el país tiene leyes y políticas muy estrictas contra el trabajo infantil. “La tolerancia cero por sí sola no es suficiente -explica la experta en derechos del niño-. Resulta cada vez más evidente que, en el contexto actual, la mayoría de los niños comienzan a trabajar principalmente para sobrevivir. ¿Qué efecto puede tener la criminalización?”.
En este momento Sri Lanka necesita más bien estrategias de protección social: “Los defectos del programa samurdhi, el principal mecanismo local de protección social, son ampliamente reconocidos -comenta Buddhini Withana- con muchas críticas a los factores sociopolíticos discriminatorios que determinan la distribución de los subsidios. . Además, en la situación actual, el estado no puede cumplir con muchos de sus compromisos financieros; es extremadamente improbable que las medidas de protección social se conviertan en una prioridad en el futuro próximo". Por eso es necesario optar por otro camino:" Reforzar a las familias - concluye la activista - y aumentar su resiliencia mediante un enfoque integrado de apoyo financiero centrado en la seguridad alimentaria y aoyo psicosocial que aborde sus vulnerabilidades, riesgos y preocupaciones de protección. Solo así podremos garantizar el bienestar de los niños y su derecho a la protección contra toda forma de explotación”.
17/12/2016 13:14
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