El tifón Tisoy abandona las Filipinas, dejando 13 muertos
La tempestad tocó tierra cuatro veces, dejando varias áreas del Norte en un estado catastrófico. Más de 413.833 personas afectadas en 1.788 localidades. Cáritas aún se encuentra asistiendo a las víctimas del terremoto en Mindanao: “Esta vez me temo que no podremos brindar una ayuda económica adecuada”.
Manila (AsiaNews) – Tisoy (Kammuri), un tifón en su apogeo, fue degradado a depresión tropical tras dejar esta mañana el área de responsabilidad filipinas (PAR), y a su paso, la muerte y destrucción en el norte del país: hay cuando menos 13 víctimas, 34 heridos y más de 413.000 personas afectadas. Son los datos informados por las autoridades de Manila, advirtiendo que el saldo podría agravarse. En el boletín informativo de esta mañana a las 11 horas, la Administración Filipina de Servicios Atmosféricos (PAGASA) informa que Tisoy se encuentra a más de 705 kilómetros al noroeste de Coron (provincia de Palawan). La intensidad de los vientos ha disminuido a 55 km/h, en tanto las ráfagas se han incrementado llegando a ser de 70 km/h. Al tocar suelo filipino (hace dos días), Tisoy desplegaba vientos de hasta 175 km/h y ráfagas de 240 km/h.
La tempestad tocó tierra cuatro veces, dejando en un estado catastrófico varias átreas de la isla de Luzón y del archipiélago de las Bisayas. Según afirma el Consejo Nacional para la Reducción y Gestión del riesgo de Desastres (NDRRMC), las personas que fallecieron vivían en las regiones de Mimaropa, Bisayas Orientales y Calabarzon. El NCRRMC afirma que Tisoy azotó en total a 95.385 familias (413.833 personas) en 1.788 barangays (poblados) de Luzón central, Calabarzon, Mimaropa, Bicol y las Bisayas orientales. En cuanto a las personas afectadas, 83.848 familias (364.003 personas) han hallado un refugio en los centros de evacuación. Hay 8.749 casas dañadas, de las cuales 1.200 han quedado prácticamente destruidas. La mayor parte de estas viviendas se encuentra en Bicol y Mimaropa. Los establecimientos escolares afectados suman un total de 135. Tisoy también ha arrasado con las cosechas agrícolas en las regiones de Bicol y Mindoro Oriental. Los primeros análisis estiman que las pérdidas rondan los 811,5 millones de pesos (14,4 millones de euros).
Los daños provocados por el tifón Toisy “son realmente vastos, pero el gobierno está haciendo su trabajo y en esta ocasión ha demostrado celeridad”. Son las declaraciones que brinda a AsiaNews el Pbro. Edwin Gariguez, secretario ejecutivo de (Nassa)/Caritas Filipinas – el brazo humanitario de la Conferencia Episcopal (CBCP). “Nuestra organización – afirma el sacerdote – está respondiendo a la emergencia en coordinación con las diócesis de los territorios más golpeados. Los miembros y unidades locales están capacitados y preparados para hacer frente a la crisis de forma eficaz. En la arquidiócesis de Cáceres y en la diócesis de Legazpi (ambas en Bicol) ya hemos activado un programa para la gestión de la movilización de voluntarios, gracias al cual ahora estas comunidades pueden asistir a la población en una primera instancia y evaluar los daños. Otras diócesis de Luzón y de las Bisayas también se encuentran afectadas por la emergencia”.
En los últimos días, Caritas ha destinado cerca de 10.000 dólares estadounidenses, en concepto de “fondo de reserva”, para las diócesis necesitadas de asistencia. Ayer, el brazo humanitario de la Iglesia filipina dio a conocer los datos bancarios (foto 2) de las donaciones que se destinarán a las iniciativas para combatir la emergencia de Tisoy. “En este momento -declara el Padre Gariguez – la mayor parte de nuestros recursos se concentran en las personas afectadas por el terremoto en Mindanao. Esta vez, me temo que no podremos ofrecer una ayuda económica adecuada a la población, porque hay otro problema: estamos llegando a fin de año; muchos de nuestros socios beneficiarios están cerrando los libros contables. Además, algunos declaran que han sido golpeados por el reciente escándalo de los abusos sexuales en la República Centroafricana”.
En los últimos años, Cáritas Filipinas se ha empeñado en tener una presencia capilar en todo el territorio nacional. “Por este motivo – concluye el secretario ejecutivo – a través de nuestros programas de formación, tratamos de responsabilizar a cada comunidad en la respuesta a los desastres. Es parte del ministerio y de la misión de la Iglesia preparar y fortalecer a la población. En todas las diócesis tenemos un grupo de acción social de Caritas; insistimos mucho en [la necesidad de adoptar] una estrategia local. Sin embargo, siempre estamos dispuestos a sostener a las diócesis más pobres, que no pueden contar con recursos económicos adecuados”. (PF)