El sueño georgiano va a Beijing y a Tiflis choca con Europa
Una delegación de diputados del partido en el poder visita la República Popular China tras la firma del acuerdo de asociación estratégica. La oposición acusa: buscan una orilla fuera de Occidente, para deprimir el proceso de integración europea.
Tiflis (AsiaNews) - La actual visita a China de una delegación parlamentaria del partido único encabezada por el líder del Sueño Georgiano, Iraklij Kobakhidze, ha provocado muchas protestas entre la oposición de Georgia. Para algunos, se trata de "un viaje planeado por Moscú", mientras que los miembros de la mayoría acusan a sus oponentes de ingenuidad e "ignorancia de los principios elementales del análisis político".
El propio Kobakhidze considera las críticas de los opositores "especulaciones ante las que no merece la pena reaccionar". En declaraciones a los periodistas que acompañaban a la delegación, quiso centrarse en otra cosa, afirmando que "el año pasado fue un año histórico para la profundización de las relaciones entre China y Georgia" y recordando la firma del acuerdo de asociación estratégica, para cuya verificación se organizó la visita a Beijing.
Otros representantes del partido reaccionaron a las acusaciones, como el jefe de la comisión parlamentaria de Asuntos Exteriores, Nikoloz Samkharadze, que no se daba cuenta de cómo se podía vincular el viaje con Rusia, sobre todo teniendo en cuenta que "China apoya la integridad territorial de Georgia; está claro que la oposición no entiende nada de política y así no nos ofenden a nosotros, sino a China, uno de los países más importantes del mundo". La vicepresidenta del Parlamento de Tiflis, Gija Volskij, recordó que "Estados Unidos y la UE también tratan con China, Rusia mantiene relaciones muy específicas con Beijing, completamente diferentes a las nuestras".
El secretario de uno de los partidos de la oposición de Lelo, Grigol Gegelja, intenta explicar las razones de las reacciones resentidas por el viaje a China: "Las relaciones comerciales están bien con cualquier país, excepto con la Federación Rusa y las autocracias afiliadas a ella, pero lo que vemos parece más bien una venganza política contra Occidente", para demostrar que Georgia tiene un respaldo político que diverge del eje geopolítico y los intereses exteriores de Estados Unidos y Europa.
Analizando el texto del acuerdo de asociación con China, preparado en secreto por el Sueño Georgiano, los opositores no encontraron ninguna expresión que apoye "la restauración de la integridad territorial y la desocupación de toda Georgia", como observa el líder del grupo parlamentario del Movimiento Nacional, Tinatin Bokučava. En su opinión, el hecho de que la primera visita del año sea a Beijing, y no a Bruselas, es "el primer efecto del regreso de Bidzina Ivanišvili a la política, para corregir el rumbo prooccidental del país".
Muchos observadores relacionan el viaje a China con el que Kobakhidze realizó a Budapest a principios de diciembre, pocos días antes de la decisión de Bruselas sobre la concesión a Georgia del estatus de candidato a la UE. En aquella ocasión, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, se había manifestado en contra de la integración europea de Ucrania. La directora de la asociación "Idea Civil", Tina Khidašeli, se mostró preocupada por el hecho de que el Sueño Georgiano sólo se hiciera amigo de los amigos de Putin, y subrayó que "no se hacen delegaciones parlamentarias de un partido a un país donde sólo hay uno, por definición comunista".
De hecho, la visita no se limita a Beijing, sino que continúa hasta Shanghai, "donde está la sede de los Brics, que nuestros hombres de poder prefieren a la OTAN", añade Khidašeli, concluyendo que "Georgia no debe convertirse en la quinta columna de Moscú y Beijing dentro de Europa".
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