El saké japonés es patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO

El organismo de la ONU dio ayer su aprobación, reconociendo el valor de la tradicional bebida alcohólica. Es el resultado de una antigua técnica de fermentación de arroz y otros ingredientes con hongos denominados koji. Para los productores es una oportunidad para promover su valor en el país y en el extranjero. En 2026, el gobierno quiera que se incluya la caligrafía shodo.

Tokio (AsiaNews)- Los conocimientos y habilidades tradicionales japoneses que se utilizan para la producción del saké y de bebidas destiladas shochu han pasado a formar parte del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO. La aprobación del Comité del organismo de las Naciones Unidas que se conoció ayer reconoce el valor de los conocimientos que supone la elaboración de la tradicional bebida alcohólica del País del Sol Naciente, resultado de una antigua técnica de fermentación de arroz y otros ingredientes con hongos koji. Se trata de un método de producción único en su tipo, en el que se realizan simultáneamente múltiples fermentaciones en un solo recipiente.

La aprobación, explica Kyodo News, supone el ingreso número 23 de Japón en la lista, después de que un grupo asesor de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura recomendó su inclusión en noviembre. Los postuladores querían subrayar de esta manera la importancia y el valor que este tiene en la cultura y la tradición de la sociedad japonesa.

Los expertos de la Unesco afirman que la producción de saké es fundamental para algunas celebraciones tradicionales en el país del Lejano Oriente, comenzando por los rituales y las bodas, y también contribuye a la unidad de las comunidades locales. Con la inclusión en la lista, los productores de la bebida se proponen ampliar las exportaciones, revitalizar las economías locales y transmitir habilidades tradicionales a las nuevas generaciones en un contexto de caída del consumo interno.

El primer ministro Shigeru Ishiba también celebró la decisión del organismo de la ONU y afirmó en un comunicado que la producción de saké es "una técnica de la que podemos enorgullecernos en el mundo". El jefe de Gobierno añadió que "lo transmitiremos a la próxima generación y aprovecharemos esta oportunidad para promover la revitalización de toda la región y para ampliar su presencia en el exterior".

La industria esperaba ansiosamente la inclusión en la lista, y alrededor de veinte representantes de la Asociación de Productores de Saké y Shochu se habían reunido para presenciar el anuncio en Kumamoto, al suroeste de Japón. Y mientras la multitud aplaudía por la noticia, Masaharu Honda, el septuagenario director de la asociación, propuso, para celebrarlo, un brindis con el saké que se produce en la región. “Esto - dijo Honda - es una taza de pura alegría”.

Marika Tazawa, presidenta de una agencia de viajes que ofrece un recorrido nocturno por una destilería en la prefectura de Nagano, en el centro de Japón, para hacer una experiencia de la elaboración del saké, añadió que el reconocimiento representa “un fuerte estímulo para el sector. Espero - afirmó - que conduzca a un mayor reconocimiento y haga crecer su estatus". Las bebidas alcohólicas que tradicionalmente se producen en Japón son el saké, el shochu, el awamori y el mirin, un vino de arroz dulce para cocinar. El awamori, que se produce en la prefectura de Okinawa, es considerado el aguardiente más antiguo del País del Sol Naciente y data de hace aproximadamente 600 años, con un método de producción tradicional heredado del Reino de Ryukyu, anexado a Japón en 1879.

Tokio había presentado la candidatura de la producción del saké en 2022, para que fuera incluido en la lista, y la aprobación formal se concretó en la sesión del comité intergubernamental de la UNESCO en Asunción, Paraguay. El saké se suma a otros patrimonios inmateriales japoneses ya reconocidos, como las artes escénicas Noh y Kabuki y la cocina tradicional washoku. El gobierno japonés también ha propuesto que se incluya la caligrafía shodo en el patrimonio cultural inmaterial en 2026, cuando el organismo de la ONU llevará a cabo el próximo examen bienal de las nominaciones.