El regreso del millonario checheno
En una entrevista con una popular presentadora moscovita, el oligarca Umar Džabrailov, muy poderoso a principios de los años 2000, en la época de la primera entronización de Putin, ha reaparecido en escena. Fantasma de una época oscura, parece reaparecer para reanudar desde cero una "refundación" de Rusia ligada nuevamente a la guerra y a tramas de poder.
Moscú (AsiaNews) - La entrevista televisada concedida por el empresario checheno Umar Džabrailov a la popular presentadora Ksenja Sobčak ha provocado numerosas reacciones. El conocido oligarca de los años 90 desempeñó un papel aún poco claro en los acontecimientos que sacudieron el Cáucaso hasta principios de los años 2000, con la guerra civil en Chechenia, y supuestamente también influyó en las elecciones presidenciales de la región.
Por aquel entonces, Džabrailov era el presidente del grupo Plaza, del que dependían el gran centro comercial de Manežnaja ploščad, la plaza Manege, junto al Kremlin de Moscú, y muchos hoteles y centros importantes de la capital. En 2000 se presentó como uno de los candidatos a las elecciones presidenciales, en las que obtuvo el 0,08% de los votos, y ejerció de ayuda de cámara en la primera entronización de Vladimir Putin. Hoy tiene 65 años y se presenta como "jubilado", como dijo durante la entrevista con Sobčak.
De su gran riqueza y encanto personal le queda muy poco, según sus palabras, debido a su adicción a las drogas, de la que ha salido recientemente. Abandonado por familiares y amigos, vive solo con su gatito, y hoy relata alegremente los acontecimientos en los que participó en Rusia y Chechenia. Muchos se preguntan el porqué de esta vuelta a escena del oligarca más "de moda" de antaño, justo cuando se preparan las elecciones del "nuevo comienzo" de Putin, quizá para recrear la escena de 2000: el ayuda de cámara multimillonario, ahora redimido, vuelve a empuñar el manto de gobernante.
En la carrera de Umar Džabrailov no han faltado grandes escándalos, empezando por el asesinato en 1996 del empresario estadounidense Paul Edward Tatum, su competidor directo en el negocio hotelero, que fue abatido por una descarga de Kalashnikov en el centro de Moscú. Tatum había colocado carteles por todas partes denunciando a Umar como miembro de la mafia chechena, pero el juicio lo absolvió de toda culpa, aunque los estadounidenses le negaron la entrada en Estados Unidos y Canadá.
En 2002, el nombre de Džabrailov se asoció a otro atentado contra el teniente de alcalde de Moscú, Iosif Ordžonikidze, durante el cual fue asesinado su primo Salavat, y Umar abandonó inmediatamente la capital. El alcalde-patrón de Moscú, Jurij Lužkov, rompió tras este suceso los contratos con las empresas de Džabrailov, lo que había puesto en peligro la "pax mafiosa" sobre la que descansaba la economía moscovita hasta 2010, cuando Putin logró arreglar a su hombre de confianza Sergej Sobjanin, todavía alcalde de Moscú.
En Chechenia, Džabrailov también intentó hacer carrera política, llegando a ser senador y partidario del presidente pro-Putin Akhmat Kadyrov, padre del actual jefe de Groznyj, Ramzan, para desaparecer de la escena en 2007 por razones que no han sido aclaradas. En las elecciones de 2003 había apoyado a Kadýrov frente a su propio hermano Husein Džabrailov, que tenía muchas posibilidades de ganar, y al que hicieron retirarse de la competición junto con otros dos candidatos, convirtiendo así las elecciones en una farsa.
A partir de los relatos del oligarca caído, comprendemos aún mejor cómo el final de la guerra en Chechenia fue un plan de Putin para obtener el apoyo necesario también en Rusia, con el gran respaldo del capital mafioso de las "familias" chechenas, todavía hoy representado por Ramzan Kadyrov. Džabrailov fue marginado y se entregó al narcotráfico, y hoy reaparece como el fantasma de una época oscura, para reanudar desde cero una "refundación" de Rusia ligada de nuevo a la guerra y a tramas de poder.
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