El patriarca de Constantinopla canoniza a un santo ruso
Bartolomé ha reconocido la santidad de un asceta ruso del siglo XX, el archimandrita Sofronio (Sakharov), discípulo de Silvano del Monte Athos. El gesto del patriarca recuerda que las disputas eclesiásticas no resisten ante los signos de la gracia divina. Sofronio llevó a cabo una síntesis entre la mística oriental y la pastoral occidental.
Roma (AsiaNews) - En tiempos de animosidades y desacuerdos entre los grandes patriarcas de la Ortodoxia, una noticia “de otro nivel” ilumina las sombras de las contradicciones humanas: el patriarca de Constantinopla, Bartolomé (Archontonis) ha proclamado la santidad de uno de los ascetas rusos más ilustres del siglo XX, el archimandrita Sofronio (Sakharov), quien a su vez fue discípulo de otro gran starets ruso, Silvano del Monte Athos.
El patriarca dio la noticia de la canonización el 22 de octubre pasado, durante su visita a los monasterios de la Santa Montaña, donde sin embargo en estos días se suceden visitas contrapuestas de exponentes “rivales” de Kiev y Moscú, que tratan de a atraer a su bando a los austeros monjes athonitas. El gesto del patriarca ha recordado que las disputas eclesiásticas no resisten ante los signos de la gracia divina, que se distribuyen sin cálculos a todas las Iglesias y comunidades cristianas, de todas las latitudes.
Sergej Semenovich Sakharov, el futuro skhiarkhimandrit (monje que ha llegado al máximo nivel de profesión) nace el 22 de septiembre de 1896 en Moscú. Durante la Primera Guerra mundial presta servicio como ingeniero en el ejército, y en el año 1915 ingresa a la academia de Bellas Artes, donde estudia hasta 1917. La revolución lo fuerza al exilio, junto a tantos intelectuales y exponentes de la cultura que no resultaban gratos al nuevo régimen, y con poco más de 20 años se encuentra en París, donde estudia en el instituto teológico de San Sergio, fundado por los inmigrantes rusos. Hoy en día, este instituto se encuentra en el centro de las disputas entre Moscú y Constantinopla, a merced del destino del legado de los rusos europeos.
Sakharov luego se transfiere a Yugoslavia, y finalmente llega al Monte Athos, donde en 1925 ingresa al monasterio Panteleimon, también conocido como el “Rossikon”, por estar constituido por monjes rusos. En 1927 hace su primera profesión y recibe el nombre de Sofronio. En aquellos años conoce al famoso starets Silvano, de quien se vuelve su hijo espiritual predilecto, y del cual luego escribirá una biografía muy difundida en todo el mundo cristiano de Oriente y Occidente.
Luego de la muerte de Silvano, el discípulo se dirige “al desierto”, viviendo como eremita en los skity del Athos, y en 1941 es ordenado sacerdote (“hieromonje”) por un obispo serbio. En 1959 viaja a Gran Bretaña, donde inicia una de las experiencias más logradas de la “Ortodoxia en Occidente”, fundando el monasterio de San Juan El Precursor en el condado de Essex. Sus discípulos aún hoy siguen mostrando a los peregrinos una extraordinaria armonía de ascesis oriental y pastoral occidental, con gran participación de los laicos unidos al clero y a los monjes. Jamás tratan de conseguir notoriedad, sino que se abocan a multiplicar los frutos de la gracia espiritual para numerosas personas y gente necesitada.
El archimandrita Sofronio es ampliamente conocido por haber llevado a cabo una reforma litúrgica en su monasterio, que sustituye a la canónica Liturgia de las Horas con la “oración del corazón”, esto es, la repetición incesante de la jaculatoria “¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy un pecador!”, que caracteriza la experiencia del “peregrino ruso”. Se trata de una espiritualidad radical de superación de todos los formalismos, que toma su origen precisamente de los padres espirituales rusos del Monte Athos ya desde el siglo XVIII. Los monjes de Essex se reúnen durante dos horas por la mañana y dos por la tarde, incluso con los laicos, y se concentran en la oración de Jesús. Luego, cada uno invitado a proseguir rezando, durante toda la jornada, “al ritmo de la respiración”.
El Padre Sofronio falleció en su monasterio de Essex el 11 de junio de 1993. Junto a él, el patriarca Bartolomé ha canonizado a cuatro monjes griegos, ascetas del Monte Athos: Ieronymos de Simonos Petra (+ 1957), Daniel de Katunakis (+ 1929), José El Esicasta (+ 1959) y Efrém de Katunakis (+1998). Por tanto, se encomienda a los santos monjes la esperanza de la unidad de la Iglesia de Oriente y Occidente.
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