El p. Daniele Mazza, primer misionero licenciado en budismo y testigo del ‘Diálogo de la amistad’ (Fotos)
“Demasiado a menudo el tiempo del diálogo es limitado. Haber estudiado por dos años junto a los monjes quitó el miedo de ser mal entendidos”. “Quien dialoga con el budismo debería subrayar no tanto doctrinas o conceptos teóricos, sino la comunicación de la experiencia cristiana y de los modos de poderla alcanzar”. El diálogo interreligioso aspecto fundamental para la vida de la Iglesia en Tailandia. El desafío del futuro: “La Iglesia será llamada a madurar, libre de condicionamientos y más límpida voz e imagen de Su Señor”.
Bangkok (AsiaNews)- El p. Daniele Mazza es un sacerdote del PIME que dedicó su misión en Tailandia al diálogo interreligioso. Él es el primer misionero que consiguió un master en budismo en la prestigiosa universidad de Mahachulalongkorn, punto di referencia para la formación de los monjes de la tradición theravada y mahayana. AsiaNews ha entrevistado P. Daniele para preguntarle sobre su experiencia de estudios, de su misión y de la vida de la Iglesia católica en Tailandia. La versión integral de su reflexión será publicada en el número de agosto-septiembre de la revista de AsiaNews.
Cuando, hace algunos años, los misioneros del PIE en Tailandia decidieron destinar al diálogo interreligioso a un sacerdote que trabajase a tiempo completo, el p. Daniele inmediatamente dio su disponibilidad. Entonces el sacerdote pidió poder frecuentar el curso para un master en budismo en la universidad de Mahachulalongkorn, instituto dirigido por el gestito sangha tailandés [patriarca budista, Ndr]. Ésta da una formación religiosa a más de 27 mil monjes y a algunos miles de laicos, provenientes de toda Tailandia y de países vecinos como Laos, Vietnam, Myanmar, Camboya, China, Taiwan, Sri Lanka, India, etc. “Fue una experiencia increíble, que me ha dejado muchos dones”, afirma el p. Daniele.
Uno de los dones al cual se refiere el misionero son las amistades profundas que ha podido construir en este recorrido, fundamentales para su obra de diálogo. “Demasiado a menudo el tiempo del diálogo entre personas de diversas religiones es limitado. El contexto y los tiempos de un convenio no permiten ir a fondo en los argumentos e imponen ciertos límites al lenguaje y a las modalidades de comunicación. El haber estudiado por dos años junto a mis compañeros monjes, en cambio, me dio la posibilidad y el tiempo de construir profundos ligámenes de estima y al final, ya sean mis compañeros como yo nos sentíamos libres de hacer preguntas delicadas sin miedos de ser mal interpretados. Realmente experimenté aquello que el Papa Francisco llama el ‘diálogo de la amistad’, lo cual implica tiempo y paciencia”
Otra experiencia que el p. Daniele recuerda por su importancia es la meditación vipassana, practicada en los bosques en dos ocasiones, cada una de las cuales por 15 días. Esta práctica religiosa es muy relevante para el budismo, pero difícil y “arriesgada” para un cristiano. “No son pocos los sacerdotes y los misioneros que han abandonado el sacerdocio y la fe cristiana después de estas experiencias. Yo he tratado de vivirla con profunda sinceridad y humildad”, afirma el sacerdote. De esta experiencia de meditación el p. Daniele sacó una enseñanza útil para su vida misionera: “Practicar la doctrina budista a través de la meditación me hizo ir más adelante y a fondo no sólo sobre mi modo de comunicar mi experiencia a otros sobre cómo hacer que otros puedan tenerla”.
Interrogado sobre los métodos para alcanzar un eficaz diálogo con la religió budista, el misionero del PIME marca dos recorridos de estudios, le será pedido enseñar el cristianismo a los monjes del departamento “Comparative religions” por un semestre. “Al final del curso llevé a los monjes a mi parroquia para una “prueba” de experiencia cristiana. Los llevé a un centro de niños discapacitados; a las favelas a visitar a los ancianos y a los enfermos; participaron de la misa dominical y a compartir la Palabra de Dios”. De esta última, los monjes han apreciado mucho la escucha de la experiencia del otro consignada como don. “No hay modalidad de compartir las experiencias entre nosotros”, decían los monjes al p. Daniele. En lo que se refiere a la misa dominical ellos han apreciado el sentido de familia de la pequeña comunidad de la parroquia de Bangkok, mientras que la visita a los enfermos y ancianos los ayudó a entender el ¿por qué Jesús iba a visitar a las personas?.
El segundo camino para el diálogo que ilustra el p. Daniele está dedicado a la modalidad del diálogo: “El suceso o menos del diálogo depende muchísimo del contexto que logramos crear entre nosotros y del método utilizado. Actualmente nosotros utilizamos el instrumento de los convenios y de los simposios como modalidad pero que, como hemos visto, son demasiados cortos. ¿Es posible crear experiencia más largas?”, pregunta.
El diálogo interreligioso es un aspecto fundamental para la vida de la Iglesia católica en Tailandia, país en el cual viven diversa etnias y culturas. Las comunidades católicas del norte están caracterizadas por muchas conversiones entre los tribales. Según el p. Daniele, “el desafío es el de hacer sí que las varias tribus no se cierren en sí mismas formando cada una Iglesia, sino que logren formar una sola familia más allá de las diferencias culturales”. Otro desafío es aquel de “conservar la riqueza de las respectivas culturas, sin cerrarse en el pasado sin tampoco renegar de sus propias raíces”. En Bangkok, en cambio el desafío es la de revitalizar el trabajo de evangelización y de alcanzar a todas aquellas periferias geográficas y sociales que la vida de una megalópolis tienen al margen.
En concreto, en lo que se refiere a los desafíos del futuro que le esperan a la Iglesia católica, el p. Daniele afirma: “En estos últimos años el gobierno tailandés está dando mucha importancia a todas las religiones como jamás hizo antes, El gobierno cree que las religiones deben jugar un rol fundamental en el formar las conciencias y en el contribuir a la unidad nacional. Esta apertura de las autoridades es uno de los signos de los tiempos a los cuales la Iglesia estará llamada a dar su humilde contribución y será llamada a madurar para ser siempre más libre de condicionamientos y para ser siempre más límpida voz e imagen de Su Señor”.
25/09/2019 14:30