El p. Cagnasso: Un gracias “de corazón” a Dios y al médico que me hizo volver a Bangladesh entre los pobres
Carta de Navidad del ex superior regional del Pime en Bangladesh. Este año 2016 lo transcurrió entre los estudiantes de un colegio de la periferia de Dacca; asistiendo a los enfermos de Tbc y con los que tenían problemas de vista. Aumentaron los gastos y disminuidos los misioneros, también a causa del terrorismo. “He arriesgado el no poder volver, pero ahora mi corazón está tranquilo”.
Dacca (AsiaNews)- Queridos amigos, os escribo de Mirpur, donde soy vicario en una parroquia desde enero pasado. Mirpur es un inmenso barrio popular de Dacca, lleno de edificios, favelas, bancos lujosos e inmundas callejuelas donde descargan y seleccionan los descartes y la basura de la ciudad. Aquí es donde el fundamentalismo busca prosélitos y aquí reina el amadísimo estadio de cricket, gloria de Bangladesh. Hay poquísimos cristianos, dispersos en una marea de personas; pero buscar en ellos como ser fieles al Evangelio en estas circunstancias es estimulante y bello. Vivo con el párroco, el p. Quirico y una decena de estudiantes del colegio. Compartiendo tiempo, trabajo, oración, servicios y experiencias tratamos de ayudarlos para que encuentren un camino mejor para ellos y alguno se orienta hacia la vida misionera con el Pime. Estoy contento de haber “llegado” a esta comunidad y poder así continuar también otras actividades que ya tenía, algunas lejos de Dacca.
En Rajshahi, al oeste, dirijo el Centro de Asistencia a los Enfermos, junto a las hermanas de la Virgen Niña. También las hermanas de Madre Teresa han iniciado un servicio en un barrio cercano, por lo tanto el número de nuestros “clientes” pobres disminuyó un poco, pero aumentó el gasto, porque a nosotros nos llegan las situaciones más complejas, especialmente tumores y problemas cardiológicos. Aparte la tuberculosis, para los cuales tenemos un reparto especial. El año pasado en Bangladesh la Tbc provocó la muerte de 80 mil personas. Nosotros pudimos salvar a algunos centenares…
Siempre en Rajshahi se encuentra la comunidad “Snehanir” con más de 40 huéspedes, generalmente discapacitados. El año pasado, aceptamos 16 niños y niñas con graves problemas de vista y oído. Visitados por especialistas y curados, ahora tres de ellos ven bien, y todos están mejor. Bastó poco: una operación no compleja, remedios, mejor comida.
Un enorme gracias a la ciencia, pero recordando que las personas que “encontraron” a estos niños en lejanos pueblos, aparte que los han acogido, amado y que pueden ocuparse de ellos porque también otras personas, como vosotros, desde lejos contribuyen a los gastos necesarios, permitiendo así el “milagro” de su nueva vida. Queremos que no se replieguen en la “discapacidad” y cuando uno de ellos deja porque puede por sí solo, nuestra satisfacción es grande, como fue este año para Christofer, que enseña, por Paulina que se casa y otros…!
En Bandarban, en el sudeste, trabajo en un hostal de los Marma, fundado y guiado por Mons. Yeo. En estos meses, durante la estación de las lluvias, fueron almacenadas 4475 plantas de fruta (mangos, lichti, betel y otros). Esperemos que con éstos y con los árboles de goma, ya plantados antes, el hostal pueda volverse autosuficiente.
Muchachos y chicas crecen, estudian y trabajan con compromiso, sabiendo que está en juego su futuro y de la población Marma.
Dino y Rotna, la pareja de maestros que ya conocen, adoptó una veintena de chicas huérfanas y continúan su actividad en las favelas de Dacca, dirigiendo una escuelita para 150 niñas muy pobres. Como “carnada” para hacerlas participar en las lecciones, les ofrecen el almuerzo, librándolas de la necesidad de ir a pedir limosna, robar, o juntar basura para conseguir algo para comer. Últimamente, la iniciativa había encontrado el apoyo de varios extranjeros que residían en la ciudad todo iba muy bien. Lamentablemente el estrago terrorista del 1 de julio pasado, en la cual murieron también diez italianos, difundió el miedo. Muchos hicieron volver a sus familias a sus patrias o a lugares más seguros y la cantidad de nuestros benefactores disminuyó notablemente. Nosotros continuamos nuestro modesto trabajo esperando lograr algo, como ya sucedió en otros períodos difíciles.
El terrorismo crea problemas también a los misioneros, no tanto en Dacca sino más en el norte, donde no está permitido salir sin escolta y las misiones están vigiladas día y noche. El p. Piero Parolari, víctima de un atentado en noviembre de 2015, está a salvo pero no puede volver, además una ola de enfermedades serias atacó a varios de los nuestros y nueve de ellos están en Italia. Nuestra comunidad sufrió un “desangramiento” de casi un tercio y estos meses son más bien duros.
Yo también el año pasado temía me dijeran: “No puedes volver a la misión”, en cambio me pusieron en orden y en el control de este año el corazón andaba bien. ¡Un gran “gracias” a Dios y al médico. Realmente de corazón”!
En concreto, mi GRACIAS es hacia vosotros y por el apoyo con que me siguen, y las muchas personas a las cuales acompaño. Un pensamiento especial a aquellos que me ayudan regularmente, come a los de Lecco, Romano de Lombardía, Milán ´preparando exposiciones de artesanías bengalíes que implican muchísimo tiempo, dedicación y fatiga.
Les deseo a todos que no se dejen vencer por el miedo, la angustia, el pesimismo: el misterio del nacimiento de Cristo y de la presencia de Dios en la historia del hombre y en su sufrimiento nos dé la fuerza de vivir con valentía y coraje.
Un abrazo y ¡Feliz navidad!
18/10/2019 11:44
21/04/2018 12:43