El este de Ucrania elige la independencia y espera el reconocimiento de Moscú
Moscú (AsiaNews)- Si bien oficialmente, por el momento se tienen datos provisorios, se habla ya de "plebiscito" por el controvertido referéndum sobre la independencia de Kiev en las regiones pro-rusas de Donetsk y Lugansk, en Ucrania oriental, teatro de enfrentamientos entre el ejército regular y las milicias separatistas. A la clausura de las mesas, la noche del 11 de mayo, el presidente de la comisión elctoral de la auto-proclamada república popular de Donetsk, Roam Liaghin, fijó en un 89,07% los votos por el "Sí", contra el 10,19% por el "No". Los líderes filo-rusos ha gritado al "record" en cuanto a lo que se refiere a la afluencia (75%); el dato más esperado, porque será en lo que se basará también la posición de Moscú, que hasta ahora no hizo declaraciones sobre el posible reconocimiento de la consultación popular, declarada como "ilegal" por el Occidente. El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, dejó entender el apoyo de Rusia al voto aunque si Putin había "aconsejado" de postergarlo. "Si bien teniendo en cuenta la credibilidad del presidente de la Federación Rusa, su consejo era imposible escucharlo", declaró en una entrevista a Kommensant. En consideración de los combates reales, los residentes están obligados a obrar sobre la base de la situación real", agregó después.
Significativo en este sentido, si bien privo de valor legal, el hecho que para el referéndum separatista se haya podido votar también en Moscú, en una sede improvisada, en la calle Kievskaya entre esquelas fotocopiadas, mesas medio destruidas y total ausencia de elencos electorales. Iniciativa promovida por algunos de aquellos que de definen los nuevos "representantes" en Rusia de las repúblicas de Donetsk y Luagansk, pero detrás de las cuales es difícil no ver la mano de las autoridades. Andrei Kramar y su colega Aleksei Muratov- ambos ingenieros residentes en Rusia pero originarios del este ucraniano-sostienen que han organizado la sede electoral moscovita, "en acuerdo" con las Comisiones electorales de las dos naciones independentistas y "sin ninguna ayuda del Kremlin".
"Somos todos gente simple aquí, lo que en la mesa es sólo el trabajo de voluntarios y sin coordinación con las autoridades", repiten como un estribillo. Afuera de las mesa, hay un servicio de decenas de policía rusos, una ambulancia, dos metal-detectores, una veintena de cosacos y una fila de baños químicos armados para el evento. En un País donde toda manifestación pública que tenga más de 1 persona es severamente controlada, la fila de miles de ucranianos que, con el pasaporte en la mano y al grito de "Gloria al Donbass", esperaba su turno delante de las urnas no hubiese sido un escenario posible sin el consentimiento de los vértices políticos.
La comisión electoral central de la auto proclamada Repíblica popular de Doentsk ya hizo saber, que el resultado del voto fuera de Ucrania no será contado "para no invalidar el referéndum", que exigía estar presente en el este del País. U particular que no parecía supieran los obreros ediles, las mujeres de la limpieza y los cocineros ucranianos que ayer en Moscú han votado "por el futuro de su País", como decían muchos, esperando pronto "volver". Serghei, enseñante de 39 años, que trajo a Moscú a su familia de Kramatorsk hace 2 semanas, está seguro: "Ahora votamos por la independencia, pero el próximo paso es federarnos con Rusia", dice esto mientras sale de la mesa electoral, encontrando un gran consentimiento entre los presentes. Parece que pocos saben precisamente por qué se votaba efectivamente: ¿por la independencia, la autonomía o el federalismo? La cuestión puesta a los electores dejaba espacio a diversas interpretaciones y la propaganda mediática, por una parte y por la otra de las barricadas, no ayudaba a esclarecer las dudas.
El referéndum- que se realizó entre los jamás interrumpidos enfrentamientos entre el ejército ucraniano y las milicias filo-rusas que gtodavía ocupan diversas ciudades de la región oriental, sin observadores ni posibilidades de evitar falsificaciones- fue definido inmediatamente como una "farsa" por Kiev. Como lo hace notar el Economist, si las operaciones de voto fueron una escenificación, las personas que fueron a votar, "son reales". "Son reales sus frustraciones, sus miedos, su confusión y su rabia de años y años de gobiernos corruptos". Así como es verdadera la violencia que continúa a consumarse en Donbas, en la cuenca metalúrgica-minera de Ucrania, donde se concentra la industria militar y que vale el 20% del Pil nacional. Mientras tanto, las voces sobre la posibilidad que el 18 de mayo se vuelva a votar, pero esta vez para la unión con Rusia, se hacen cada vez más insistentes, mientras tanto tidos los ojos miran al Kremlin.
21/09/2021 10:05
