El enviado de EEUU visita Beirut, mientras soplan vientos de guerra entre sunitas y chiítas
David Hale trae consigo varios prerrequisitos como condición para ayudar al Líbano en la crisis: un gobierno de tecnócratas; acordar con Israel las fronteras marítimas y terrestres; un gobierno sin Hariri - y con Nawaf Salam. Un creciente número de incidentes, que apuntan a desencadenar enfrentamientos entre sunitas y chiítas. Los imanes de las dos ramas del islam exhortan a no aceptar provocaciones. Violencia en Trípoli.
Beirut (AsiaNews)- Hoy llegó a Beirut David Hale, subsecretario de Estado de los EEUU para el Oriente Medio.
Hace tiempo, en una entrevista con el periódico árabe Al Hayat, que se edita en ondres, él había advertido que el Líbano se encaminaba a “una guerra que amenaza a todos los libaneses”. Hoy, él se encuentra en el país que está al borde del colapso económico, político y social. Además de las evidentes tensiones entre sunitas y chiítas, hay claros signos de que alguien está soplando sobre el fuego de las divisiones confesionales.
Hale es un gran conocedor del Líbano y de todos los personajes políticos del país. En los años Noventa, él se desempeñó como asesor, encargado de negocios y luego como embajador de los EEUU en Beirut.
Acérrimo enemigo de Hezbollah, Hale acusa a los militantes chiítas de llevar adelante un “clima para doblegar al pueblo libanés”. El funcionario americano forma parte del grupo de personas designadas para delimitar las fronteras marítimas y terrestres entre el Líbano e Israel.
Muchas fuentes afirman que Hale trae consigo una serie de prerrequisitos que se habrán de plantear al gobierno libanés como condición para ayudar al país a salir de la crisis más peligrosa que el Líbano haya atravesado desde su creación.
Entre los requisitos figuran en primer lugar, la creación de un gobierno de tecnócratas sin la presencia de Hezbollah; la resolución de la controversia sobre los confines marítimos, ricos en yacimientos de gas, entre el Líbano e Israel; la entrega del libanés (con ciudadanía americana) arrestado en el Líbano por colaboracionismo y tortura de prisioneros durante la ocupación israelí del sur del Líbano; por último, sugerir el nombramiento de Nawaf Salam como primer ministro, mientras Francia continúa impulsando un nuevo nombramiento para Hariri.
El Presidente de la República, Michel Aoun, ha aplazado hasta el día de mañana las deliberaciones sobre la nueva designación de Hariri, a pedido de este último. Hace dos noches, un grupo de 300 manifestantes se reunió frente al domicilio del ex premier, gritando “Saad no volverá” al son de la melodía navideña “Jingle Bells”.
En tanto, en el centro de Beirut, por tercera noche consecutiva, ayer se produjeron enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden. Ya es evidente que entre las personas que participan en las marchas -que se prolongan desde hace tres meses- hay individuos que son trasladados en micros hasta Beirut. Provenientes de Trípoli u otras ciudades alejadas, en su forma de hablar se destaca un claro acento sirio o palestino.
Muchos piensan que estas personas reciben un pago diario por manifestarse, o que han sido enviadas a las plazas, pero no para pedir un Estado mejor, sino con el objetivo de paralizar el país, causar desórdenes y provocar, con la intención de favorecer los enfrentamientos.
Algunas emisoras contribuyen a difundir fake news (noticias falsas) que suben el nivel de tensión. Hace días, por ejemplo, durante los choques entre manifestantes y las fuerzas del orden, el imán chiíta de Kandak Al Ghamig, en el centro de Beirut, invitaba a los chiítas a no aceptar las provocaciones y permanecer en casa. La TV Al Arabiya, financiada por Arabia Saudita, informaba en vivo y en directo que el imán de ese vecindario, desde los minaretes, estaba incitando a los jóvenes a la violencia.
Otra señal preocupante que arriesga encender la mecha de una guerra entre sunitas y chiítas es la difusión de un video plagado de insultos tremendos contra la hija de Mahoma, Fátima. Se trata de la esposa del imán Ali y madre de Hassan y Hussein, todas figuras importantes para el chíismo.
El video fue enviado y difundido por WhatsApp a una velocidad increíble, y fue circulado en las demás redes sociales.
A pesar de las invitaciones de los líderes chiítas a abstenerse de aceptar provocaciones, a no desencadenar una guerra interna, muchos jóvenes chiítas salieron a la plaza para vengarse contra los “sunitas blasfemos” en Beirut, Sidón y Nabatiyeh. En Beirut, un manifestante lanzó su carro contra cinco jóvenes chiítas, atropellándolos deliberadamente. Algunos jóvenes chiítas detuvieron el vehículo y tomados por la ira, volcaron el auto para luego prenderle fuego.
El imán chiíta de Khandak Al Ghamik enseguida intervino, pidiendo recuperar la calma y exhortando a los jóvenes chiítas a regresar a casa por el amor del imán Hussein. Otros líderes chiítas fueron personalmente a calmar a los muchachos y a pedirles que no reaccionaran.
Algunos imanes sunitas salieron a condenar el video de inmediato, subrayando que el mismo no representa a los sunitas, e invitando a decir “No” a quien quiera la guerra entre sunitas y chiítas en el Líbano.
Poco después, se supo que el autor del video se llama Samer Saidaoui (foto 2), un libanés originario de Trípoli que vive en Alemania (otros dicen que en Grecia). El clan de los Saidaoui de Trípoli condenó la acción.
Una joven chiíta gritó a AsiaNews: “Hemos combatido contra el ISIS; hemos entregado mártires para salvar a los chítas, a los sunitas y a los cristianos, liberando el monasterio de Maalula en Siria. ¿Y ahora nos ofenden con estas blasfemias?”.
Un sunita pidió que se libre una orden de captura internacional contra Samer Saidaoui para extraditarlo al Líbano, y luego juzgarlo.
Esta mañana temprano, un grupo de personas penetró en la oficina de un líder religioso sunita en Trípoli, el Muftí Sheikh Malek al-Shaar, y desvalijó el lugar. Luego, los sujetos se dirigieron a una de las plazas de la ciudad y quemaron el árbol de Navidad.
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