El encuentro de Than Shwe con Aung San Suu Kyi se trata de un "mero cálculo económico y político"
Yangon (AsiaNews) – Hacia el fin de semana Myanmar ha sido escenario del inesperado encuentro cara a cara entre la líder de la oposición y futura jefa de gobierno Aung San Suu Kyi, gran vencedora en las elecciones del 8 de noviembre, y el generalísimo Than Shwe, ex líder de la Junta militar. Win Myint, vocero de la NLD, confirmó dicho encuentro, ocurrido el pasado 4 de diciembre en la residencia privada del ex generalísimo en la capital, Naypyidaw, agregando que se trata del primer encuentro presencial entre ambos desde el año 2003. Algunas fuentes de AsiaNews, que se mantienen tras el anonimato por motivos de seguridad, consideran que el encuentro se trata de “un mero cálculo económico y político” por parte de los militares.
Quando estaba en el poder, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Than Shwe, de 82 años, reprimió sangrientamente el movimiento democrático en el país, forzando a la líder misma de la NLD a transcurrir 15 de los últimos 23 años bajo arresto domiciliario. Ahora, el ex jefe de la Junta militar dice estar dispuesto a reconocer a la “Señora” como “futura líder” de la nación.
Sin embargo, Suu Kyi, de 70 años, no puede ser electa presidente a causa de una norma contra personam, que fue buscada fuertemente por los militares a fin de impedirle aspirar al cargo de jefe de Estado. La líder democrática ya aclaró, no obstante, que será ella misma quien guiará el gobierno del país con una posición “por encima” del presidente.
En un mensaje publicado en la red social Facebook por Nay Shwe Thway Aung, nieto del generalísimo, Than Shwe habría declarado que “todos deben aceptar la verdad, que Daw Aung San Suu Kyi serà la futura líder de Myanmar, luego de haber ganado las elecciones”. La publicación agrega, asimismo, que el jefe de la junta birmana que juzgó al país con mano férrea entre 1992 y 2011, dice estar dispuesto a apoyarla “de manera seria y honesta” en el caso en que la líder de la Liga nacional por la democracia (NLD) “trabaje verdaderamente por el desarrollo de la nación”.
Una fuente católica de AsiaNews en Yangon, experta en cuestiones políticas, tras el anonimato, juzga como algo “positivo” este encuentro, que representaría “un paso adelante” para Myanmar, en términos de democracia y desarrollo. La población ya no está dispuesta a aceptar más la violencia y el oscurantismo del pasado, y la gran mayoría “ha abierto su mente y ha ampliado sus horizontes”. Por otro lado, según el experto, la plana de líderes militares mantiene un bajo perfil porque “existe un temor concreto a que haya tensiones” internas y también a “deudas internacionales” que han de ser replanteadas y nuevamente planificadas.
“Si es Aung San Suu Kyi quien guie al país –agrega- los gobiernos de Occidente podrían mantenerse en una postura más indulgente sobre ciertos temas”. En todo caso, el encuentro es una confirmación, advierte el experto, de que “es justamente el dictador mismo quien influenciará la elección sobre quien será llamado a guiar el país en el futuro”; y los altos mandos de la Junta “ a fin de salvaguardar sus asuntos” y evitar el peligro de nuevos bloqueos o sanciones “están dispuestos a aceptar un liderazgo de la NLD. Intereses y representantes de la ex Junta “se hallan presentes en todos los niveles de la administración”, concluye la fuente, y, tras de las bambalinas. “ellos operan para promover, de cualquier modo, su propia hoja de ruta”. “Aceptar que Aung San Suu Kyi suba al poder es tan sólo un mero cálculo de oportunidades económicas y políticas que están llevando a cabo los generales”.
La semana pasada, la Nobel de la Paz se reunió también con el presidente saliente, Thein Sein, y con el jefe del Ejército, y ambos renovaron su compromiso de colaborar con ella en la formación del nuevo gobierno y en la conducción del país. Analistas y expertos advierten que el encuentro del 4 de diciembre es, en última instancia, una señal de buena voluntad de los militares en lo que respecta a garantizar una entrega pacífica y regular del poder entre el ejecutivo saliente y las autoridades de la NLD. En 1990 la NLD obtuvo una victoria aplastante en las urnas, pero la votación jamás fue reconocida y aceptada por la Junta, que reprimió a la oposición sangrientamente y arrestó a Aung San Suu Kyi.
