El dolor del Papa por los ataques terroristas en Somalia, Afganistán y Nueva York
En el Ángelus el Papa Francisco pide oraciones para que “el Señor convierta los corazones de los terroristas y libere al mundo del odio y de la locura homicida que abusa del nombre de Dios para sembrar muerte”. La solemnidad de Todos los Santos, “es nuestra fiesta”. “Quien está con Jesús es beato, está feliz. La felicidad no consiste en poseer algo o en convertirse el alguien importante, no, la verdadera felicidad es estar con el Señor y vivir por amor”. Mañana realizará la visita y la oración al Cementerio de los americanos en Nettuno y a las Fosas Ardeatinas.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “A los peregrinos presentes en la plaza de san Pedro para el rezo del Ángelus, el Papa Francisco dijo estar “profundamente dolorido por los ataques terroristas de estos días en Somalia, Afganistán y Nueva York”.
Ayer en el barrio central de Manhattan, un uzbeko de 29 años, Sayfullo Saipov, arremetió con su camioncito contra un grupo de transeúntes i ciclistas, matando a ocho personas e hiriendo a otras 11. El joven fue herido en el estómago por la policía y ahora se encuentra hospitalizado en condiciones críticas. Según testigos oculares, saliendo de su vehículo, armado de una pistola gritando “¡Allah Akbhar!”, un hecho que hasta ahora no fue confirmado en vía oficial.
En Afganistán, el 25 de octubre pasado, un ataque suicida reivindicado por Daesh provocó 13 muertos y 20 heridos. El atentado sucedió en una zona muy controlada, donde tienen sus sedes diversas embajadas, entre las cuales la de los EEUU.
En Somalia, el 14 de octubre pasado, el grupo terrorista al-Shabaab (ligado a al-Qaeda) realizó un ataque haciendo explotar dos camiones en una zona llena de gente de la ciudad de la ciudad de Mogadiscio. El balance es de más de 300 muertos.
Después de un momento de silencio, el pontífice: “En el deplorar tales actos de violencia, ruego por los difuntos, por los heridos y sus familiares. Pedimos al Señor que convierta los corazones de los terroristas y libere al mundo del odio y de la locura homicida que abusa del nombre de Dios para sembrar muerte”.
En precedencia Francisco había explicado el sentido de la solemnidad de hoy, fiesta deTodos los Santos: “es nuestra fiesta”: no porque seamos buenos, sino porque la santidad de Dios ha tocado nuestra vida. Los santos no son modelitos perfectos, sino personas atravesadas por Dios. Podemos compararlos con los vidriales de las iglesias, que hacen entrar la luz en diversas tonalidades de color”.
“Quies está con Jesús es beato, feliz. La felicidad consiste no en el poseer cosas o en el convertirse en alguien famoso, no, la felicidad verdadera ves estar con el Señor y vivir por amor”.
El Evangelio, la buena noticia “es el camino de la felicidad”. Y agregó: “¿Creen en esto? Entonces, los ingredientes para la vida feliz se llaman bienaventuranzas; beatos son los simples, los humildes que dan espacio al Señor, que saben llorar por los otros y por sus propios errores, permanecen benévolos, luchan por la justicia, son misericordiosos hacia todos, custodian la pureza del corazón, obran siempre por la paz y permanecen en la alegría, no odian y también cuando sufren, responden con el bien al mal”.
Las bienaventuranzas, comentó luego “la primera bienaventuranza”, “Beatos lo pobres de espíritu” (Mt 5,3). “¿Qué significa? Que no viven por el suceso, no son súper hombres, sino quien vive las pruebas y las fatigas de todos los días. Así son los santos: respiran como todos el aire contaminado del mal que hay en el mundo, pero en el camino no pierden jamás de vista lo trazado por Jesús, el indicado para las bienaventuranzas, que son como el mapa de la vida cristiana. Hoy festejamos a aquellos que ya han alcanzado la meta indicada por este mapa: no sólo los del calendario, sino a tantos hermanos y hermanos “de la puerta de al lado”, que quizás hayamos encontrado y conocido. Es una fiesta de familia, de tantas personas simples y escondidas que en realidad ayudan a Dios a llevar adelante al mundo. ¡Y son tantas también hoy!
Luego el Papa comentó “la primera bienaventuranza”, “Beatos lo pobres de espíritu” (Mt 5,3). “¿Qué significa? Que no viven por el suceso, el poder y el dinero; saben que quien acumula tesoros para sí no se enriquece delante de Dios (Cfr Lc 12,21) Creen en cambio que el Señor es el tesoro de la vida, el amor al prójimo la única fuente de ganancia. A veces estamos descontentos por algo que nos falta o si no somos considerados como lo desearíamos, recordémonos que no está aquí la felicidad o bienaventuranza, sino en el Señor y en el amor: sólo con Él, sólo amando se vive como beatos”.
“Quisiera al final citar- dijo concluyendo- otra bienaventuranza, que no se encuentra en el Evangelio, sino al final de la Biblia y habla del final de la vida: “Beatos los muertos que mueren en el Señor” (Ap 14,13). Para mañana estamos llamados a acompañar con la oración a nuestros difuntos, para que gocen siempre del Señor. Recordemos con gratitud a nuestros difuntos queridos y recemos por ellos”.
Después de la oración mariana, Francisco recodó que mañana, Conmemoración de los fieles difuntos, él irá a rezar al Cementerio americano de Nettuno y luego a las fosas Ardeatinas. “Os pido-agregó- que me acompañen con la oración en estas dos etapas de memoria en sufragio por las víctimas de la guerra y la violencia”.
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