El doctorado de Tijon sobre el «cisma» de Rusia
En la Universidad Mgu de Moscú, el metropolita de Crimea, considerado el clérigo más cercano a Putin, expuso su tesis que vincula el hundimiento del imperio de los zares no tanto a factores económicos como a una división de las élites inspirada por Occidente. Una reinterpretación que tiene en el centro la «defensa de los valores de Rusia» y que tiene como objetivo declarado «evitar crisis similares en el futuro del país».
Moscú (AsiaNews) - El metropolita de Simferopolis y Crimea Tijon (Ševkunov), conocido como el «padre espiritual» de Putin, defendió su tesis doctoral en historia en la Facultad de Ciencias de la Administración del Estado de la Universidad Mgu de Moscú, sobre el tema «El colapso del imperio ruso: los factores de las relaciones mutuas entre el poder y la sociedad», bajo la dirección del decano de la facultad y diputado de la Duma del Estado Vjačeslav Nikonov. Hasta tres doctores en ciencias históricas, entre ellos el conocido erudito Sergey Mironenko, estuvieron presentes como oponentes a la defensa, lo que dio al acto académico una importancia absolutamente excepcional e inusual.
En la disertación, el metropolita desarrolló el tema que había presentado varias veces en publicaciones e incluso en la serie de televisión «El fin del Imperio» desde los años 90, sobre la causa de la revolución de 1917 y el fin de la monarquía de los zares rusos como consecuencia no tanto de «factores sociales y económicos», como en la crítica histórica más extendida, sino del «cisma de las élites» inspirado en gran medida por Occidente. Este es uno de los temas más incisivos de la teoría de Putin sobre la «defensa de los valores de Rusia» frente a sus oponentes históricos.
Como afirma Tijon, «el cisma en la cúspide de Rusia recibió impulsos decisivos del exterior, donde los opositores políticos al zar Nicolás II se dieron cuenta de que la inminente victoria en la guerra hacía menos probables sus expectativas de un cambio del sistema estatal en Rusia en el espíritu de los ideales europeos, lo que hacía necesaria una intervención directa en la vida de la sociedad rusa». El Metropolitano consideraba indispensables estas reflexiones para «evitar crisis similares en el futuro de nuestro país» e indicar las medidas necesarias de contraacción eficaz por parte del poder estatal.
Una de las oponentes, la profesora Olga Pavlenko, subrayó que la tesis del Metropolitano «tiene una excepcional importancia actual para el desarrollo de la estatalidad rusa en nuestro tiempo», mientras que Mironenko hizo comentarios menos entusiastas, señalando que la teoría de Ševkunov «tiene derecho a existir», pero puede discutirse, recomendando no obstante al doctor eclesiástico que prosiga sus estudios. No es casualidad que Tijon se decidiera a defender académicamente sus puntos de vista un año después de ser nombrado metropolitano de Crimea, una tierra simbólica para la visión imperial de Rusia, un vínculo original con el bautismo ortodoxo que se proyectaba sobre el mar y las tierras de más allá, marcando la identidad y la misión del país tanto religiosa como políticamente.
Según su interpretación, antes de la revolución «el imperio ruso se desarrollaba muy eficazmente bajo los zares», y la desestabilización inspirada por las potencias occidentales le impidió alcanzar los niveles de excelencia absoluta a nivel económico y político en Europa y Asia, como ocurrió en cierto modo con el fin de la Unión Soviética, un tema sólo insinuado en la tesis, pero muy coherente con la ideología de su «hijo espiritual» Vladimir Putin. Debido a esta interferencia, se creó en la sociedad rusa una «condición psico-emocional de expectativa de cambios en la estructura estatal», con la inculcación en la conciencia social de los ideales del liberalismo europeo que provocaron una «reacción negativa a las limitaciones de las libertades políticas» en los años de la Primera Guerra Mundial, una condición en realidad común a todos los demás estados en guerra. De este modo, las oposiciones aprovecharon las circunstancias bélicas para «reducir las prerrogativas del poder, sin darse cuenta de lo peligroso que esto era para la existencia del Estado ruso».
Se creó así el «cisma ideal entre el poder y la sociedad, con la traición de una parte significativa de las élites del país», guiñando así también un ojo a la debilidad de las posiciones de la cúpula eclesiástica, perdiendo la posibilidad de unirse políticamente para defender la grandeza de Rusia, lo que en cambio intenta hacer la Rusia de Putin, según el metropolitano-ideólogo más cercano al presidente.
19/01/2018 12:21
05/01/2018 14:55