El críquet internacional regresa a Pakistán con imponentes medidas de seguridad
El último incidente se remonta a 1996. En 2009 se prohibió tras el ataque terrorista contra la selección de Sri Lanka, en el que resultaron heridos seis jugadores. Se han dispuesto imponentes medidas de seguridad, con el despliegue de 20.000 hombres y francotiradores en los tejados. Sólo la India se niega a jugar en ese país y disputará sus partidos en los Emiratos Árabes Unidos.
Islamabad (AsiaNews) – Pakistán está listo para ser el anfitrión del International Cricket Council Champions Trophy 2025, que comienza hoy con ocho equipos reunidos en el país del sur de Asia para el primer evento relevante en 30 años. La última vez que el país fue la sede de una Copa del Mundo fue en 1996, con el respaldo del International Cricket Council. Jugadores de Afganistán, Australia, Bangladesh, Inglaterra, India, Nueva Zelanda, Pakistán y Sudáfrica participarán en una competición de tres semanas cuya final está prevista para el 9 de marzo.
Todos los equipos, excepto sus acérrimos rivales de la India, jugarán en tres estadios diferentes ubicados en distintos puntos del país. La India, en cambio, jugará sus partidos en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, debido a que los dirigentes deportivos de Delhi se negaron a enviar a su equipo a ese país debido a los riesgos relacionados con la seguridad. Afganistán, por su parte, debió enfrentar los llamados al boicot de Gran Bretaña y Sudáfrica, que querían impedir su participación en rechazo a las fuertes restricciones de los talibanes a los desplazamientos, la educación y la capacidad de trabajo de las mujeres.
El partido inaugural se juega en Karachi, entre los anfitriones y Nueva Zelanda.
Para el pueblo de Pakistán, gran fanático del cricket, el evento internacional es una gran fiesta, después de la proscripción internacional como consecuencia del atentado de 2009 contra la selección nacional de Sri Lanka, que dejó seis jugadores heridos y seis policías y dos transeúntes muertos. Las consecuencias incluyeron la cancelación del Trofeo de Campeones de 2009 y la Copa Mundial de Críquet Masculino de 2011.
Tras años de ostracismo, el primer desafío internacional fue en 2015, con la visita de jugadores de Zimbabue. Desde 2019, es la primera vez que grandes equipos extranjeros vuelven a jugar en el país asiático, que ha implementado estrictas medidas de seguridad. Cerca de 20.000 funcionarios y agentes de policía han sido desplegados en Karachi, Lahore y Rawalpindi, donde tendrán lugar los partidos, con francotiradores apostados en los edificios que rodean los estadios listos para abrir fuego.
Por otra parte, la situación de seguridad sigue siendo mala en Pakistán, con ataques casi diarios de las milicias, sobre todo en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa en el noroeste y de Baluchistán en el suroeste. Sin embargo, la provincia oriental de Punjab y la provincia sureña de Sindh, donde se jugarán los partidos, se encuentran en gran medida en calma, aunque se encuentran en estado de máxima alerta.
Los analistas y observadores señalan un último factor: por primera, y quizás única vez, los organizadores del torneo y las autoridades locales y centrales del país anfitrión están bajo mayor presión que los propios jugadores. En efecto, las expectativas de que el Pakistan Cricket Board (PCB) organice con éxito el Champions Trophy son incluso mayores que las reservadas a los protagonistas en el campo de juego, al tiempo que la gran mayoría de los fans muestran una actitud indulgente hacia el equipo. Este último factor podría liberarlo de presión, y convertirse así en el posible outsider del torneo.
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