30/11/2023, 09.53
RUSIA
Enviar a un amigo

El cine del Ángel en Moscú

de Vladimir Rozanskij

En el Festival de Cine de Moskovskaya Premiera, la obra del joven director Eduard Žolnin, titulada Angelus, ofrece una reinterpretación metafísica de las pequeñas cosas cotidianas que recuerda a las grandes obras maestras de Andrei Tarkovsky.

Moscú (AsiaNews) - Del 24 al 29 de noviembre se celebró en Moscú la 5ª edición del Festival de cine Moskovskaya Premiera, abierto a los países de la Comunidad de ex Estados Soviéticos Independientes, una iniciativa que se celebró por primera vez en 2003 y que hoy adquiere un significado aún más simbólico en el contexto del reposicionamiento político y cultural del "mundo ruso". En ediciones anteriores se premiaron películas rodadas en Azerbaiyán, Armenia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán; en total se proyectaron 80 películas de 14 países.

La edad media de los cineastas participantes ronda los 40 años, todavía menos en el caso de los cortometrajes, y entre ellos hay muchos debutantes. Entre las películas presentadas en esta edición, causó especial impresión la obra de uno de los jóvenes directores, Eduard Žolnin, con el título Angelus, tomado directamente del cuadro homónimo de Jean-François Millet, realizado en 1858-1859 y conservado en el Museo de Orsay de París, con la imagen de dos campesinos inclinándose al son de las campanas de la oración mariana.

La película de Žolnin impresiona por su distancia espiritual respecto a las tensiones de la actualidad, las guerras y las proclamas ideológicas de todo tipo, para retratar la belleza de las provincias rusas sin contrastarla con el infierno de la metrópoli. Más bien, presenta una confrontación entre espiritualidad y "cultura" artificial, entre autenticidad y extrañeza, con un telón de fondo de tranquilidad nevada y animada por los colores residuales de las iglesias rurales aún medio destruidas de la época soviética, y no restauradas del todo debido a su alejamiento de los lugares de la política y el comercio.

Los protagonistas, la niña Tanja y su padre Maksim, viven en un pueblo remoto donde celebran el Año Nuevo asistiendo a un servicio ortodoxo, en el que Tanja canta en el coro. La vida transcurre entre el trabajo del campo y los rezos, Tanja nunca ha estado en la ciudad, ni en Moscú ni en ningún otro lugar, y mucho menos en el extranjero, y nunca ha visto el mar. Conoce a Sergej, un joven intelectual de ciudad que se ha quedado varado tras perder el tren, y juntos recorren lugares de la provincia impoluta. Sergej regresa en Año Nuevo y asiste a una misa en la que la chica canta con gran pasión el himno al Salvador "por el que mi carne ha suspirado desde la juventud", y Sergej la compara con el cuadro de Millet que había admirado recientemente.

Recordando diversas expresiones de la cultura rusa, desde los poemas de Aleksandr Blok hasta las películas de los directores "campestres" de la época soviética, la película refleja las tragedias de Rusia como telón de fondo, a través de los recuerdos de su madre refugiada en un monasterio, hasta las cartas de su padre que llegan al Cáucaso durante la guerra civil chechena. En una obra que se presenta sin una tesis que defender, en definitiva, se encuentra una entonación que parecía perdida en la cinematografía rusa, en un vínculo entre personas que no es forzado, sino impulsado por la existencia cotidiana, hasta el punto de encontrar en la oscuridad el rostro de Dios y la aspiración al misterio inasible de la vida.

Žolnin ya había presentado otra película el año pasado, Zemun, en la que también expresaba el camino en la frontera entre el mito y la realidad, en una reinterpretación metafísica de las pequeñas cosas cotidianas que recuerda al gran cine de Andrei Tarkovsky. En el Ángelus, es Tanja quien explica al chico de la ciudad que los dos personajes del cuadro de Millet no rezan en realidad por una buena cosecha de patatas, sino que lloran por su hijo recién muerto, recordando el anuncio a María del nacimiento del Salvador, una verdad que le fue revelada en sueños.

La cultura rusa, viendo estas imágenes y otras proyectadas en el Festival, no ha sido completamente destruida en la vorágine del conflicto y la propaganda, sino que respira bajo el manto de nieve de la tierra perdida en su inmensa campiña, a la espera de una nueva llamada del Ángelus divino.

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Raphaël Bedros XXI Minassian es el nuevo patriarca armenio católico
24/09/2021 12:50
La Trinidad de Rublev vuelve a casa en plena guerra
19/07/2022 10:03
Corte suprema de Moscú: Los Testigos de Jehová están fuera de la ley
21/04/2017 12:09
Siberia, incendio en centro comercial: al menos 48 muertos, 41 de ellos niños
26/03/2018 09:28
Los días de la memoria
05/11/2022 11:02


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”