El cardenal Zuppi viaja a Beijing por la paz en Ucrania; obispos chinos en Bélgica

El arzobispo de Bolonia parte para la misión que le ha confiado el Papa Francisco. Si se reúne con el primer ministro Li Qiang, como informan fuentes periodísticas, será el primer encuentro entre un miembro de la jerarquía católica y un jefe de gobierno de la República Popular. Mientras tanto, cuatro prelados chinos se encuentran en Europa: se reunieron en Lovaina con la Fundación Verbiest para reanudar, con la aprobación del gobierno, los intercambios para la formación de sacerdotes y laicos chinos.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- El Card. Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, se prepara para partir (quizás esta misma tarde) hacia Beijing para el anunciado viaje que forma parte de la misión que le ha confiado el Papa Francisco por la paz en Ucrania y ya lo ha llevado al comienzo del verano a Kiev, Moscú y Washington. La noticia del viaje - que todavía no ha sido comunicada oficialmente por la Santa Sede - fue anticipada esta mañana por el diario italiano La Repubblica y confirmada por fuentes consultadas por AsiaNews.

Según informa la prensa italiana -que habla también del rol desempeñado por el ministro de Relaciones Exteriores de Roma, Antonio Tajani, quien acaba de volver de China- el Card. Zuppi podría reunirse personalmente en Beijing con el primer ministro chino Li Qiang. De producirse realmente este encuentro, sería el primero en absoluto entre un miembro de la jerarquía católica y un jefe de gobierno de la República Popular China, que rompió relaciones diplomáticas con el Vaticano en 1951. El único precedente de este tipo fue el encuentro entre el Secretario para las Relaciones con los Estados Mons. Paul Richard Gallagher y el Ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, que tuvo lugar en febrero de 2020 en Múnich, al margen de la Conferencia sobre Políticas de Seguridad Global.

Precisamente ayer -cuando se hallaba en Berlín con motivo del encuentro internacional de las religiones por la paz organizado por la Comunidad de San Egidio- el Card. Zuppi respondió a las preguntas de los periodistas sobre su misión en China, de la que el Papa Francisco también había hablado abiertamente. Desviando la presión de quienes le pedían información sobre su partida, afirmó que "los tiempos de la Santa Sede y los tiempos de China son notoriamente muy largos". Pero añadió que los caminos hacia la paz son a veces "impredecibles y requieren el compromiso y la implicación de todos, y una gran alianza por la paz para avanzar en la misma dirección". Aclaró, sin embargo, que la paz "nunca es algo que se pueda imponer, debe ser la paz que elijan los ucranianos, con las garantías, el compromiso y el esfuerzo de todos".

A pesar de estar estrechamente relacionado con los intentos del Vaticano para detener la guerra que desató hace un año y medio la invasión rusa de Ucrania, el viaje del Card. Zuppi representa sin duda un paso adelante en las relaciones entre Beijing y la Santa Sede tras las fricciones de los últimos meses. Y significativamente se concreta apenas unos días después de que el Papa Francisco volvió a tender la mano a las autoridades chinas, durante su viaje apostólico a Ulán Bator.

Sin embargo, hay otra señal aparentemente menor pero no menos significativa, que llega en estas mismas horas desde Bélgica, e indica también un clima de mayor distensión. Precisamente cuando el Card. Zuppi está a punto de partir hacia Beijing, cuatro obispos de China continental (foto 2) se encuentran en Europa con el permiso de las autoridades de Beijing. En efecto, como informa la agencia católica belga Cathobel, del 7 al 9 de septiembre, cuatro obispos chinos visitaron Bélgica invitados por el card. Jozef De Kesel, arzobispo emérito de Malinas-Bruselas y presidente de la Fundación Verbiest de Lovaina, el centro de estudios de los misioneros de Scheut que desde hace 40 años promueve iniciativas de intercambio con la Iglesia en China. La delegación estaba formada por Mons. Joseph Guo Gincai de Chengde y Mons. Liu Xinghong de Anhui (dos de los obispos a los que el Papa Francisco retiró la excomunión con el Acuerdo de 2018), Mons. Paul Pei Junmin de Shenyang y Mons. Francis Cui Qingqi, de Wuhan, el último obispo nombrado según el Acuerdo entre el gobierno chino y la Santa Sede, hace dos años.

Los cuatro obispos - informa Cathobel - obtuvieron la autorización de Beijing para negociar con la Fundación Verbiest la reanudación del programa de intercambio después de la suspensión relacionada con el Covid. La idea es retomar los cursos intensivos de formación, de un mes de duración, para sacerdotes, religiosos y laicos chinos que se realizan desde 2015 en Lovaina sobre pastoral, catequesis, doctrina social y espiritualidad. Cursos que siempre concluyen con una peregrinación a Roma para ver al Papa.

En Bélgica, los obispos chinos visitaron la tumba de Theofiel Verbiest, fundador de los misioneros de Scheut, y rindieron homenaje a los miembros del instituto que siguieron los pasos de su fundador en las misiones del norte de China entre 1865 y 1949, de los cuales, 252 están enterrados en China. Pero el viaje de los prelados a Europa no estará limitado sólo a Bélgica. Cathobel informa que en los próximos días viajarán a Francia, donde falleció hace pocos meses el padre Jean Charbonnier, de las Misiones Extranjeras de París, otro gran constructor de puentes con la Iglesia en China. “Estas visitas -comentó a Cathobel el p. Jeroom Heyndrickx, de los misioneros de Scheut- son un paso importante en el camino del diálogo y del intercambio, en plena sintonía con el Papa Francisco".