El atentado de Auckland y el Islam radical en Colombo
Un hombre originario de Sri Lanka fue abatido por la policía de Nueva Zelanda tras herir a seis personas inspirándose en la ideología yihadista. La comunidad musulmana originaria de Sri Lanka en Nueva Zelanda es muy pequeña, pero en su país representa más del 9% de la población. El extremismo está creciendo, como demostraron trágicamente las masacres de Pascua de 2019, pero también lo alimenta la tensión con la mayoría budista.
Wellington (AsiaNews / Agencias) - La policía de Nueva Zelanda mató a un extremista originario de Sri Lanka que hirió con un cuchillo a seis personas en un supermercado. La primera ministra Jacinda Arden dijo que el atacante vivía en Nueva Zelanda desde hace 10 años y actuó de manera independiente inspirándose en la ideología del Estado Islámico. El hombre, cuyos datos personales todavía no se han dado a conocer, llevaba cinco años en observación.
Según el censo de 2018, en Nueva Zelanda hay 16.830 ciudadanos de Sri Lanka, de etnia cihttps://theconversation.com/who-are-sri-lankas-muslims-115825ngalesa, tamil y burguesa. La mayoría son "Sriwis", es decir, nacidos en Nueva Zelanda pero descendientes de budistas de Sri Lanka. Los musulmanes son menos del 4% dentro de la comunidad originaria de Sri Lanka, mientras que en su país son un grupo numéricamente más significativo: más del 9% de la población total. Es una presencia variada y poco unida, considerando que en el pasado los fundamentalistas se han enfrentado con los sufíes.
El episodio de hoy - aunque se atribuye a un "lobo solitario" - vuelve a centrar la atención en los grupos que propagan el yihadismo dentro de esta comunidad islámica. Después de los ataques de Pascua de 2019 contra iglesias y hoteles, que mataron a más de 300 personas e hirieron a 500, el gobierno de Sri Lanka había intentado intervenir con medidas antiterroristas.
El gobierno proscribió inmediatamente al grupo yihadista local National Thowheeth Jamaath (que había jurado lealtad al Estado Islámico), pero la comisión especial de investigación de esas masacres recomendó también la disolución de los grupos extremistas budistas que, según los expertos, habían contribuido a la radicalización de algunos musulmanes. Otras voces, sin embargo, afirman que si los terroristas atacaron tres iglesias y un hotel es porque los extremistas han hecho suya la ideología de la yihad global, que considera a las instituciones occidentales como su mayor enemigo.
Desde 2009, cuando terminó la guerra civil, el Bodu Bala Sena (las Fuerzas de Poder Budistas o BBS) ha llevado a cabo una serie de ataques contra los musulmanes de los que nunca se le ha hecho responsable. El BBS quedó excluido de las disposiciones del gobierno anterior, a pesar de las exhortaciones del Cardenal Malcolm Ranjith para que se disolviera la organización.
El actual presidente Gotabaya Rajapaksa (que llegó al poder gracias a los votos de las organizaciones budistas y porque prometió justicia) prohibió en abril a 11 organizaciones yihadistas y prohibió a las mujeres llevar el burka, que se considera, según palabras de la ministra de Seguridad Pública Sarath Weerasekara, un "símbolo del extremismo religioso" que tiene un "impacto directo en la seguridad nacional".
Sin embargo, se corre el riesgo de que la medida aumente el resentimiento de la comunidad musulmana y, explotado por grupos yihadistas, exacerbe el conflicto interreligioso.
El gobierno de Sri Lanka también anunció el cierre de cerca de 1.000 madrasas no registradas. No está claro si efectivamente constituyen un caldo de cultivo para la radicalización, pero una cosa es evidente: la mayoría de las familias musulmanas envían a sus hijos a las escuelas coránicas porque no pueden permitirse inscribirlos en la escuela pública, lo que alimenta un círculo vicioso de marginación. Por ejemplo, solo en la capital, Colombo, cada año hay cerca de 5.000 niños que no tienen acceso a la educación pública.
17/12/2016 13:14
22/03/2017 13:04