El arzobispo de Cebú también dio positivo al Covid-19
Monseñor José Palma está recibiendo tratamiento en un hospital; también se contagió el obispo auxiliar emérito. Mientras tanto, la campaña de vacunación aún no ha comenzado en el país. La oferta realizada por el Ministerio de Trabajo a los países occidentales es motivo de debate: "Enfermeras filipinas, a cambio de dosis de vacunas".
Manila (AsiaNews) - El arzobispo de Cebú, José Palma, también se ha visto afectado por Covid-19. El prelado, de 70 años, dirige la diócesis de la segunda ciudad más importante de Filipinas y según los informes de la diócesis, presenta síntomas moderados. Aún así, se encuentra bajo tratamiento en el Hospital del Perpetuo Socorro de Cebú. "El arzobispo sigue en condiciones estables", explicó el vocero, monseñor Joseph Tan. "Rezamos para que se recupere pronto", agregó. El obispo auxiliar emérito Antonio Rañola, de 88 años, que vive en la misma residencia que el arzobispo Palma, también contrajo el coronavirus y fue hospitalizado, al igual que otro sacerdote diocesano. La enfermedad sobrevino cuando Cebú se preparaba para celebrar los 500 años de la llegada del cristianismo al país: fue en esta parte del archipiélago donde se realizó la primera celebración eucarística, en 1521.
La Iglesia filipina ya cuenta con dos obispos fallecidos a causa del coronavirus: el arzobispo emérito de Lingayen-Dagupan, Oscar Cruz, y el obispo emérito de Imus, Manuel Cruz Sobreviñas. En los últimos meses, otros obispos también debieron batallar contra el Covid-19 pero luego se recuperaron: entre ellos, el administrador apostólico de Manila, Broderick Pabillo, y el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Con 564.865 casos registrados oficialmente y 12.107 víctimas, Filipinas es el segundo país más afectado por el Covid-19 en el Sudeste Asiático, después de Indonesia. Además, crece la alarma por las variantes inglesa y sudafricana. Sin embargo, la campaña de vacunación aún no ha comenzado en Manila: en los próximos días deberían llegar 600.000 dosis de la vacuna Sinovac suministrada por el gobierno chino, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos local ha recomendado que no se utilice para el personal sanitario y los ancianos, por considerarla inadecuada para las dos categorías de mayor riesgo. Por otro lado, las 117.000 dosis de la vacuna de Pfizer-Biontech, que debían estar garantizadas por el programa internacional Covax, quedaron detenidas a raíz de una disputa legal sobre la responsabilidad ante eventuales efectos indeseables.
Mientras tanto, causan gran estruendo las declaraciones brindadas a la agencia Reuters por parte de la directora de la Oficina de Asuntos Internacionales del Ministerio de Trabajo filipino, Alice Visperas. Según la funcionaria, el gobierno de Manila está dispuesto a flexibilizar el tope impuesto a la emigración de personal sanitario desde el inicio de la pandemia. Las condiciones podrían variar, a cambio de acuerdos con algunos países occidentales -como Gran Bretaña y Alemania- para el suministro de vacunas. Según las cifras del gobierno, solo considerando el 2019, 17.000 enfermeras filipinas firmaron contratos en el extranjero, lo que garantiza un gran flujo de remesas. La hipótesis de un intercambio de personal sanitario por vacunas fue duramente criticada por Jocelyn Andamo, secretaria general de la asociación de personal de enfermería, Filipino Nurses United: "Nos repugna ver que las enfermeras y el personal sanitario son tratados por el gobierno como mercancías o productos de exportación".
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