El Partido comunista bloquea el turismo de los chinos al Vaticano
A las agencias turísticas está prohibido hacer publicidad y programar viajes y visitas al Vaticano y a la basílica de S. Pedro.. Multas hasta 300 mil yuan. El motivo .: no existen relaciones entre Beijing y la S. Sede. ¿Un boicot hacia la S. Sede para que acepte las condiciones impuestas por Beijing en el diálogo? La inútil psicosis del control. Chinos protestantes y católicos evangelizan a los turistas.
Roma (AsiaNews)- El Partido comunista chino dio indicaciones para que ninguna agencia de viajes del país envíe grupos de turistas a visitar el Vaticano ni la basílica de san Pedro, porque “no existen relaciones diplomáticas” entre China y la S. Sede.
En un artículo de Radio Free Asia de ayer se citan diversas agencias que confirman haber recibido directivas fechadas el 16 de noviembre en el cual se ordena cancelar las ofertas las visitas al centro de la cristiandad. AsiaNews recibió confirmación por sus corresponsales en China que la prohibición sobre las visitas al Vaticano es efectiva, si bien todos dudan que eso se cumpla.
Rfa cita a un empleado de la Phoenix Holidays International Travel Agency que agrega: “Cada agencia turística que haga publicidad hacia estas destinaciones en sus promociones o en otras publicaciones serán multados hasta 300 mil yuan (más de 39 mil euros)”
En estos años el turismo chino hacia Italia creció en un modo enorme. Según agentes del sector, “todos los chinos que van a Italia van a visitar el Vaticano, los Museos y la basílica de san Pedro”. Entre los jóvenes hay jóvenes turistas curiosos como también cristianos que aprovechan la ocasión de viajar a Italia para realizar una verdadera peregrinación a la tumba de los Apóstoles (foto 2).
El reinicio de los diálogos entre China y Santa Sede aumentó el flujo de turistas-peregrinos y el mismo Papa Francisco, durante sus audiencias, se detuvo varias veces cerca de grupos de chinos que hacían flamear su bandera roja para saludarlos personalmente y ofrecerse para sus selfies.
La presencia de turistas de China popular es tal que grupos de chinos cristianos, católicos y protestantes, decidieron hacer pública su propia fe a sus coterráneos que están de visita distribuyendo en la plaza de san Pedro volantes con explicaciones sobre la historia de la Iglesia, de la basílica, de la fe cristiana, con direcciones de la comunidad y de los horarios de las misas y de los servicios litúrgicos.
Quizás la prohibición es para evitar justamente esta “intromisión” y este intento de evangelización de los turistas, que en el extranjero encuentran más libertad de diálogo y reflexión.
Los entrevistados por Rfa afirman que la prohibición nace del hecho que China y Vaticano “no tienen relaciones diplomáticas” y que la orden “viene desde muy arriba”, es más “del gobierno central”.
El hecho es asombroso porque justamente ayer, en la Sala de Prensa de la Santa Sede, fue dado el anuncio de una doble muestra en contemporánea que se realizarán en los Museos Vaticanos y en el Palacio imperial de Beijing. Las muestras se deberían hacer en marzo de 2018.
Si bien diversas personalidades vaticanas sean optimistas sobre logro entre Beijing y el Vaticano y un posible viaje del Papa Francisco a China, no faltan las duchas frías. Al margen del Congreso del Partido comunista chino, el entonces director de la Administración estatal para los asuntos religiosos, Wang Zuoan elogió la “sinceridad” del Papa Francisco, pero reafirmó las condiciones que desde hace decenios China pone como previas a cualquier tipo de diálogo: romper las así llamadas “relaciones diplomáticas” con Taiwan y no interferir en los asuntos internos de China, ni siquyiera en nombre de los asuntos religiosos.
A primera vista, el boicot del turismo chino hacia el Vaticano parece ser una penalización económica, quizás para alentar a la S. Sede a aceptar las condiciones de China en el diálogo. La comparación es con cuanto Beijing hizo hacia Corea del Sur, cuando Seúl aprobó la instalación del sistema anti-misiles Thaad: bloqueó los vuelos de los turistas chinos hacia Corea y boicoteó los comercios coreanos en China.
En el caso del boicot hacia el Vaticano, a nosotros parece que el problema esté en China misma y en la psicosis gubernamental de querer controlar a su población también cuando ésta está en el extranjero. Un operador turístico chino comentó la prohibición así: “Es algo que da risa. ¿Cómo piensan controlara a millones de personas en el extranjero? Y sobre todo, a los jóvenes, llenos de gozar de una mayor libertad respecto a la que fue concedida a sus padres?
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