El Papa: 'Con los Reyes Magos adoramos a Dios y no a nosotros mismos'

La homilía de la solemnidad de la Epifanía celebrada en San Pedro con el card. Tagle en el día de la manifestación de Jesús a los gentiles. En el Ángelus, saludos para quienes celebran Navidad en el rito ortodoxo, con un nuevo llamamiento para el fin de los combates en Ucrania. Hoy se promulgó la constitución apostólica "In Ecclesiarum Communione" que reforma el vicariato de Roma: tres veces al mes el Papa presidirá personalmente el consejo episcopal de su diócesis en estilo sinodal.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - “Como los Reyes Magos, entreguémonos a Dios en el asombro de la adoración. Adoramos a Dios y no a nosotros mismos". Así lo ha dicho el Papa Francisco esta mañana en la homilía de la Misa de la solemnidad de la Epifanía, presidida en la basílica vaticana. “Adoremos a Dios -prosiguió- y no a los falsos ídolos que nos seducen con el encanto del prestigio y el poder, con el encanto de las falsas noticias; adoremos a Dios para no inclinarnos ante las cosas pasajeras y la lógica del mal, seductora pero vacía”.

En el día en que la Iglesia conmemora la manifestación de Jesús a los pueblos de todo el mundo, el pontífice encomendó al card. Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del dicasterio para la Evangelización, la celebración de los ritos en el altar. “Como una estrella naciente - dijo Francisco - Jesús viene para iluminar a todos los pueblos, y para alumbrar las noches de la humanidad”. Reflexionando sobre la experiencia vivida por los Reyes Magos, el pontífice invitó sobre todo a buscar a Dios a través de la inquietud de las preguntas. “El camino de la fe -comentó- comienza cuando nos dejamos interpelar, cuando no nos conformamos con la tranquilidad de nuestras costumbres, sino que ponemos en juego toda nuestra persona frente a los desafíos de cada día; cuando dejamos de mantenernos en un espacio neutral y decidimos habitar los espacios incómodos de la vida, hechos de relaciones con los demás, sorpresas, imprevistos, proyectos por llevar adelante, sueños por realizar, miedos por enfrentar, sufrimientos que ahondan en el carne."

Sin embargo, también como los Reyes Magos –prosiguió–, es necesario arriesgarse en el camino. “Preguntémonos hoy: ¿estoy caminando hacia el Señor de la vida para que se convierta en el Señor de mi vida? Jesús, ¿quién eres tú para mí? ¿a dónde me llamas para ir, qué le pides a mi vida? ¿qué elecciones me estás invitando a hacer por los demás?”. Por último, resaltó también el asombro de la adoración de los grandes sabios de Oriente frente al Niño. “De nada sirve la acción pastoral si no ponemos a Jesús en el centro, adorándolo. Allí aprendemos a estar ante Dios no tanto para pedir o hacer algo, sino sólo para detenernos en silencio y abandonarnos a su amor, para dejarnos tomar y regenerar por su misericordia".

Luego, desde la Plaza San Pedro cuando rezó el Ángelus al mediodía, el Papa Francisco hizo llegar sus mejores deseos a las comunidades de las Iglesias orientales que celebran mañana la Navidad. Y también en esta ocasión, sus pensamientos se dirigieron al martirizado pueblo ucraniano. "Que el nacimiento del Salvador infunda consuelo y esperanza, que inspire pasos concretos que lleven a terminar con los combates, y a alcanzar la paz".

Además, recordó la Jornada Misionera Mundial de la Infancia, que, como cada año, la Iglesia celebra el día de la Epifanía. “Saludo a todos los niños y niñas, niños y niñas -dijo- que en todas partes del mundo difunden la alegría de ser amigos de Jesús y se comprometen con la oración, los sacrificios y las ofrendas para sostener a los misioneros del Evangelio”.

Finalmente, también hoy, el Papa Francisco promulgó oficialmente la constitución apostólica "In Ecclesiarum Communione" con la que reorganiza el Vicariato de Roma. “Deseo que la Iglesia local de Roma, confiada a mi servicio episcopal - escribe el Papa - brille como ejemplo de la comunión en la fe y en la caridad, plenamente comprometida en la misión de anunciar el Reino de Dios, como custodia de la esperanza divina de acoger a todos en su salvación".

Entre las novedades más importantes se destaca una presencia más directa del Papa en el ejercicio de su ministerio como obispo de Roma, pero también un fortalecimiento de la sinodalidad otorgándole un papel más fuerte al Consejo Episcopal. Este organismo -formado por el Papa junto con el cardenal vicario y todos los obispos auxiliares- se describe como el "lugar apical para el discernimiento y las decisiones pastorales y administrativas". La constitución apostólica especifica que el Papa lo presidirá personalmente y que se reunirá al menos tres veces al mes. “El cardenal vicario – escribe Francisco en el documento – en su función de coordinación de la pastoral diocesana actúa siempre en comunión con el Consejo Episcopal, por lo que se aprtará de su opinión unánime sólo después de haber evaluado la cuestión conmigo”.