El Papa se asoma al balcón del Gemelli: 'Gracias a todos. Que callen las armas en Gaza'
Francisco apareció en público tras 37 días de hospitalización, para saludar a los fieles antes de recibir el alta. Fatigado, agradeció con voz débil e impartió la bendición. En el texto del Ángelus, elogió la "paciencia confiada" de los médicos. Dolor por los bombardeos israelíes: pidió un alto el fuego "definitivo" y "que se reanude el diálogo". Satisfacción por el acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán.
Roma (AsiaNews) - El Papa Francisco volvió a aparecer en público. Esta vez desde un balcón del Policlínico Gemelli, tras 37 días de internación. Pocos instantes después del mediodía, cerca de 3.000 personas reunidas cerca de la estatua de Wojtyla, símbolo del hospital romano - al que san Juan Pablo II definió como "cátedra de sufrimiento" -, presenciaron la histórica aparición. Ayer se había anunciado el alta del pontífice, que se hizo efectiva tras el saludo de esta mañana. Ahora le espera una convalecencia de "al menos dos meses" en la Casa Santa Marta, donde se encuentra desde las 12:45 de hoy. En el trayecto, hizo una escala en la Basílica de Santa María Mayor para recogerse en oración ante el icono de la Salus Populi Romani.
Bergoglio apareció cansado, desplazándose siempre en silla de ruedas; saludó con la mano derecha y levantó el pulgar cuando los fieles lo recibieron con un estruendo y coreando consignas para darle aliento. Los ojos recorrían el entorno, atraídos por muchos estímulos, como intuitivamente no ocurría desde hacía semanas. Entre todos, el Papa Francisco se detuvo en una señora ubicada en las primeras filas - señalándola, sonriente - que agitaba sobre su cabeza un ramo de flores amarillas. "Gracias a todos. Veo a esa señora con las flores amarillas... ¡es muy amable!". Estas han sido las primeras palabras públicas del pontífice.
Por último, impartió la bendición, haciendo una cruz en el aire con la mano derecha. Los movimientos eran lentos, con una evidente dificultad para levantar el brazo. De nuevo se oyeron cánticos y gritos de la multitud. Al comienzo de la aparición pública hubo un rápido intercambio de palabras con la persona que lo acompañaba. "¿Quiere agradecer con el micrófono?", se escuchó que le preguntaban. El Papa Francisco afirmó. Tanto en la gestualidad como en las palabras se reconocían con claridad los rasgos característicos del pontífice. Entre toda la multitud identificó a una única mujer y le hizo un agradecimiento concreto y personal, que sin embargo tuvo un significado universal.
Su voz débil - incapaz de pronunciar demasiadas palabras - pero autorizada y necesaria en este tiempo de conflictos mundiales, se puede escuchar en el texto del Ángelus que se difundió junto con el saludo de hoy. "En este largo tiempo de hospitalización he tenido la oportunidad de experimentar la paciencia del Señor, que veo reflejada en la diligencia incansable de los médicos y personal sanitarios, así como en las atenciones y esperanzas de los familiares de los enfermos", dijo. Bergoglio reconoce en su manera de actuar una "paciencia confiada, anclada en el amor de Dios que nunca falla". Y que es tan "necesaria" para afrontar los sufrimientos.
"Me ha producido mucho dolor la reanudación de los fuertes bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza, con tantos muertos y heridos", sigue diciendo el mensaje. Hoy, el Ministerio de Salud de Hamás anunció que el número de víctimas palestinas en el enclave desde el 7 de octubre de 2023 supera las 50.000 personas. Y durante la noche los bombardeos israelíes mataron a otras 19 personas, entre ellas Salah al-Bardaweel - jefe político de Hamás - y su esposa. "Pido que callen las armas de inmediato; y que se tenga el coraje de reanudar el diálogo, para que todos los rehenes sean liberados y se llegue a un alto el fuego definitivo - dijo el Papa Francisco-. En la Franja, la situación humanitaria es de nuevo gravísima y exige el compromiso urgente de las partes beligerantes y de la comunidad internacional".
En relación con el coraje del diálogo, el pontífice afirmó que estaba "feliz" por un importante logro diplomático. En los últimos días Armenia y Azerbaiyán convinieron el texto definitivo del Acuerdo de Paz, tras cuatro décadas de hostilidades. "Espero que se firme lo antes posible y pueda contribuir a establecer una paz duradera en el Cáucaso meridional", dijo Bergoglio. "Y juntos imploramos que se ponga fin a las guerras y se haga la paz, especialmente en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán y República Democrática del Congo", añadió, recordando los muchos países en guerra.
