El Papa junto a los representantes de otras religiones: un inmediato alto el fuego universal
La oración en el Coliseo y el llamamiento al terminar el encuentro organizado por la Comunidad de San Egidio con representantes de las diversas confesiones cristianas y del judaísmo, islamismo, hinduismo, budismo y sijismo. Francesco: "Culpablemente, después de Hiroshima y Nagasaki, se ha seguido produciendo y probando armas atómicas. No nos resignemos a la guerra, cultivemos semillas de reconciliación".
Roma (AsiaNews)- “Hay que declarar inmediatamente un alto el fuego universal. Poner prontamente en marcha, antes de que sea demasiado tarde, negociaciones que puedan conducir a soluciones justas para una paz estable y duradera. Que se retome el diálogo para cancelar la amenaza de las armas nucleares”. Desde el Coliseo en Roma, el Papa Francisco junto con un grupo de representantes de las grandes religiones del mundo lanzaron esta tarde un nuevo llamamiento por la paz durante el encuentro de oración “El grito de la Paz. Religiones y Culturas en Diálogo” organizado por la Comunidad de San Egidio.
El llamamiento fue firmado por el pontífice y los representantes de otras confesiones cristianas, el judaísmo, el Islam, el hinduismo, el budismo y el sijismo, y fue significativamente leído por Elissar, una joven siria que llegó a Italia huyendo de la guerra en su país y ahora es estudiante universitaria en Roma. Antes de asumir ese compromiso, cada uno de ellos, por separado, rezó por la paz según su propia tradición religiosa, en el sugestivo marco del Coliseo.
“En actitud reflexiva, nos dirigimos al mundo y a los responsables de los Estados - dice el documento -. Nos hacemos voz de los que sufren la guerra, de los refugiados y de las familias de todas las víctimas y caídos. Con firme convicción decimos: basta de guerra. Detengamos todos los conflictos”.
Los líderes religiosos afirman en el texto que “es nuestro deber ayudar a desarmar los corazones y llamar a la reconciliación entre los pueblos. Desgraciadamente -reconocen- también nosotros nos hemos dividido a veces abusando del santo nombre de Dios: le pedimos perdón, con humildad y vergüenza. La paz es sagrada, la guerra nunca puede serlo". “El mundo, nuestra casa común -concluyen- es único y no nos pertenece a nosotros, sino a las generaciones futuras. Por lo tanto, debemos liberarlo de la pesadilla nuclear. La paz siempre es posible”.
Precisamente el tema de la amenaza atómica también había estado presente poco antes en la reflexión propuesta por el Papa Francisco. “El grito de paz -observó el pontífice- a menudo es silenciado no solo por la retórica de la guerra, sino también por la indiferencia. Es silenciado por el odio que crece mientras se combate”. “Hoy -prosiguió- se está haciendo realidad lo que nunca quisimos escuchar: es decir, que se amenaza abiertamente con el uso de armas atómicas, que culpablemente se siguieron produciendo y probando después de Hiroshima y Nagasaki”.
En este contexto el Papa recordó la actualidad de las palabras pronunciadas hace exactamente 60 años por Juan XXIII en su mensaje radiofónico durante la crisis de los misiles en Cuba: “Promover, favorecer y aceptar el diálogo, en todos los niveles y en todo momento, es una regla de sabiduría y de prudencia que atrae la bendición del cielo y de la tierra”. “Esto es lo que trataremos de seguir haciendo - concluyó Francesco - cada vez mejor, todos los días. No nos resignemos a la guerra, cultivemos semillas de reconciliación. Que así sea, con la gracia de Dios y la buena voluntad de los hombres y mujeres amados por Él”.