El Papa en el Ángelus sobre Gaza: "Que cesen las armas. Basta, hermanos"
Bergoglio durante la oración mariana volvió sobre la guerra en Oriente Medio: "Cada ser humano es sagrado". También pidió la liberación de los rehenes: "Hay muchos ancianos y niños". Un pensamiento también para la guerra civil que asola Sudán, con millones de desplazados y refugiados: "Trabajemos por soluciones pacíficas".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "Todo ser humano, ya sea cristiano, judío, musulmán, de cualquier pueblo o religión, es sagrado. Es precioso a los ojos de Dios. Tiene derecho a vivir en paz. No perdamos la esperanza, recemos, trabajemos incansablemente para que el sentido de humanidad prevalezca sobre la dureza de los corazones". Estas son las palabras que el Papa Francisco ha dirigido a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro hoy, 73º Día de Acción de Gracias, al final de la oración del Ángelus, hablando del conflicto en curso entre Israel y Hamás. Del que en estos momentos preocupa el riesgo de escalada, alimentado por las amenazas de Líbano e Irán. "Que cesen las armas, nunca traerán la paz. Y que el conflicto no escale. Basta!!. Basta, hermanos", dijo Bergoglio.
El Santo Padre dijo que cada día dirige su pensamiento a la "gravísima situación" en Oriente Medio. Expresó su cercanía a todas las personas que sufren, tanto palestinos como israelíes. "Los abrazo en este momento oscuro", continuó. Este domingo tampoco faltó la petición de que se envíe "mucha más" ayuda humanitaria a la "agotada población" de la Franja de Gaza. De hecho, las pausas humanitarias no bastarían para permitir el paso y la huida de la población hacia el sur. "Rescatar inmediatamente a los heridos, proteger a los civiles". Y en referencia a los rehenes, cuya liberación se está negociando: "Que sean liberados", pidió el pontífice desde la ventana del Palacio Apostólico, "hay muchos ancianos y niños".
El Papa Francisco saludando a los fieles ucranianos presentes en la plaza -muchos ondeaban banderas amarillas y azules- recordó también a la "atormentada Ucrania". "No lo olvidemos", dijo, "rezo con ustedes por la paz en su país martirizado".
También dirigió un pensamiento a Sudán, "sumido en una guerra civil que no da señales de remitir y que está causando numerosas víctimas". Un conflicto olvidado que está provocando "una situación humanitaria muy grave": "Millones de desplazados internos, refugiados en los países vecinos", explicó Francisco. "No olvidemos a estos hermanos nuestros que están en prueba". A continuación, hizo un llamado a los líderes locales para que "faciliten el acceso de la ayuda humanitaria" y "con la contribución de la comunidad internacional trabajen para encontrar soluciones pacíficas".
Antes del Ángelus, el Papa comentó la Palabra del día (Mt 25,1-13), que ofrece "una historia que concierne al sentido de la vida de cada persona": la parábola de las diez vírgenes. De estas diez, cinco son prudentes y cinco necias. Las primeras llevan consigo el aceite para salir "al encuentro del esposo", las segundas no. Francisco se detuvo en la diferencia entre sabiduría e insensatez, que no reside en la "buena voluntad", sino en la "preparación". "He aquí la diferencia: el aceite. ¿Y cuál es una de las características del aceite? Que no se ve: está dentro de las lámparas, no se ve, pero sin él las lámparas no dan luz", dijo Bergoglio.
Es importante, según Jesús, comprender que la sabiduría no es aparente, sino que está "en otra parte". Está "en cuidar lo que no se ve, pero es más importante; cuidar el corazón, la custodia de la vida interior". Sabiduría significa valorar el silencio "para saber escucharnos a nosotros mismos y a los demás", prosiguió. "Significa saber renunciar al tiempo que pasamos delante de la pantalla del teléfono para mirar la luz en los ojos de los demás, en el propio corazón, en la mirada de Dios sobre nosotros. Significa no dejarse atrapar por el activismo, sino dedicar tiempo al Señor".
En este sentido, el Evangelio de este domingo ofrece un valioso consejo: "No descuidar el aceite de la vida interior, el aceite del alma. Las vírgenes necias, en su momento de necesidad, tienen que ir a comprar aceite para poner en sus lámparas. Esto sucede precisamente porque falta preparación, cuidado: "La vida interior debe prepararse dedicando un poco de tiempo cada día, con constancia, como se hace para cada cosa importante", explicó el Papa Francisco, quien finalmente recomendó a los fieles que escuchan dedicar tiempo no sólo a "proyectos concretos", que son "cosas buenas", sino también "al cuidado del corazón, a la oración y al servicio de los demás, al Señor que es la meta de la vida".
24/10/2020 10:59