El Papa en el Monumento conmemorativo del genocidio armenio: flores y oraciones por las víctimas
Francisco visita la “colina de las golondrinas”, el Tzitzenakaberd Memorial Complex, para rendir homenaje a aquellos que murieron durante el “Gran Mal”. Una larga oración delante del ingreso del edificio, luego se leyeron salmos y el Evangelio en italiano en la Cámara de la Llama perpetua de la memoria. Inmediatamente después, el encuentro con los descendientes que fueron hospedados por Benedicto XV en Castel Gandolfo durante las persecuciones.
Ereván (AsiaNews)- Una larguísima oración silenciosa, para confiar al Señor las almas de los difuntos, pero también para que tragedias como la del genocidio armenio no se repitan más. La visita al Monumento erigido sobre la “colina de las golondrinas” debía ser el momento más “sensible” de esta visita de Francisco a Armenia -desde el punto de vista geopolítico- , se convierte en el más exquisitamente espiritual.
El Papa, acompañado de su séquito, llega al Tzizernakaberd Memorial Complex algunos minutos antes de las nueve (hora local). Lo recibieron Karekin II, Cathólicos de todos los armenios y los obispos de su Iglesia. Estuvieron también presentes diversas personalidades políticas. Francisco sigue a tres militares, que transportan la corona de flores amarillas y blancas -colores de la bandera vaticana- hacia el ingreso del Memorial.
La multitud reunida en el área es numerosa y recibe con aplausos y cantos la llegada de Francisco. Entre los presentes hay muchísimos jóvenes y adolescentes, que llevan imágenes del genocidio.
Después de un largo momento de oración silenciosa, Francisco entra a la construcción que se erige sobre la “colina de las golondrinas”. Está compuesta por doce altísimas “estelas” de piedra que representan a las doce provincias armenias que sufrieron el genocidio de 1915: dentro está la Cámara de la Llama perpetua de la memoria. Es precisamente aquí ques e detienen el Papa y sus anfitriones, luego de colocar la corona. Junto a Karekin II, el pontífice entona un salmo. Uno de los obispos de la Iglesia apostólica armenia lee en armenio un pasaje del Evangelio; luego, el mismo texto es leído en italiano por uno de los obispos católicos presentes.
En su oración, Francisco confía al Señor a los presentes y recuerda a los santos de los cuales hoy se hace memoria. El 23 de abril de 2015, la Iglesia apostólica armenia canonizó en masa a un millón y medio de hombres, mujeres y niños muertos a causa de su pertenencia étnica y religiosa. A partir de ese año, el día siguiente, el 24 de abril, se convierte en la “Jornada de la memoria” de estas víctimas, como lo anunció el patriarca armenio Karekin II en la encíclica con la cual inició oficialmente las celebraciones del centenario del genocidio.
El Santo Padre, el Cathólicos y el Presidente luego se dirigen a la terraza del Museo. A lo largo del jardín el Papa bendice y riega un árbol, en memoria de su visita. En la terraza también se encuentran algunos descendientes de los cuatrocientos niños que desde 1919, por diversos motivos y por diversos meses, fueron hospedados y asistidos en las Villas Pontificias del Castel Gandolfo, en tiempos de Benedicto XV y del Papa Pío XI. Ambos pontífices apelaron al sultán otomano de aquella época, para que pusiera fin a la masacre en curso.
Antes de despedirse, el Santo Padre firma el Libro de Honor y luego se traslada en automóvil al aeropuerto de Ereván, donde a las 10 horas, hora local, despega a bordo de un A321 de Alitalia- rumbo a Gyumri.
27/06/2016 13:29
25/10/2018 19:39