El Papa Francisco se refirió a las guerras olvidadas de África: 'Iniciar un diálogo constructivo'
En el texto del Ángelus expresó su "preocupación" por Sudán del Sur, donde se ha derogado el acuerdo de paz de 2018: "Hay que dejar de lado las diferencias". En Sudán, "espantosa catástrofe humanitaria", que la comunidad internacional "aumente los esfuerzos". Pidió la paz en Ucrania, Palestina y Myanmar, que "también está sufriendo por el terremoto". A los Misioneros de la Misericordia: "El perdón es fuente de esperanza".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Después del alta del domingo pasado, la situación del Papa Francisco es "estable con leves mejorías", comunicó hace dos días la Oficina de Prensa de la Santa Sede. El pontífice alterna las terapias con "oración, descanso y un poco de actividad laboral". Hoy también se difundió el texto del Ángelus, en el que invita a vivir la Cuaresma "como tiempo de sanación". "Yo también la estoy viviendo así, en el alma y en el cuerpo -dice Bergoglio-. La fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos". Y agradece a todos aquellos que "son instrumentos de curación para el prójimo con su palabra y con su ciencia, con el afecto y con la oración".
"Confiando en la misericordia de Dios Padre", el Papa invita a continuación a rezar por la paz "en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, República Democrática del Congo y Myanmar, que tanto sufre por el terremoto". Tras recibir las noticias del seísmo de magnitud 7,7 (con efectos también en Tailandia), y un epicentro a sólo 10 km de profundidad, por lo que se teme que haya miles de víctimas, el Papa Francisco se mostró "profundamente entristecido por la pérdida de vidas humanas y la devastación generalizada".
"Sigo con preocupación la situación en Sudán del Sur", dice a continuación. En el país africano -el más joven del mundo, que nació en 2011 al independizarse de Sudán- la oposición acaba de anunciar la derogación del acuerdo de paz de 2018 junto con el arresto del vicepresidente Riek Machar, y existe el temor de que se reanuden las hostilidades. Entre 2013 y 2018 el conflicto entre las fuerzas de Kiir y de Machar dejó cerca de 400.000 muertos y cuatro millones de desplazados. "Renuevo mi apremiante llamamiento a todos los líderes, para que hagan todo lo posible por reducir la tensión en el país", dice el Papa Francisco. "Es necesario dejar de lado las divergencias y, con valentía y responsabilidad, sentarse alrededor de una mesa e iniciar un diálogo constructivo. Solo así será posible aliviar el sufrimiento de la querida población sursudanesa y construir un futuro de paz y estabilidad", afirma.
Con respecto a Sudán, donde persiste una "espantosa catástrofe humanitaria" -con el mayor número de desplazados internos del planeta, más de 11 millones- recuerda: "la guerra sigue cobrándose víctimas inocentes. Exhorto a las partes en conflicto a que den prioridad a la protección de la vida de sus hermanos civiles -continúa el pontífice- y espero que inicien cuanto antes nuevas negociaciones que puedan garantizar una solución duradera a la crisis". Y dirigiéndose a la comunidad internacional, subraya la necesidad de que "redoble sus esfuerzos".
A propósito de la paz, el pontífice dio "gracias a Dios" porque también hay acontecimientos positivos: "Cito, por ejemplo, la ratificación del Acuerdo sobre la delimitación de la frontera entre Tayikistán y Kirguistán, que representa un excelente resultado diplomático. Animo a ambos países a seguir por este camino".
Por otra parte, precisamente en estas horas se está celebrando el sexto gran acontecimiento del Año Santo, el Jubileo de los Misioneros de la Misericordia, que ha reunido en el Vaticano 500 sacerdotes provenientes de todos los continentes. El Papa Francisco -en Casa Santa Marta tras su hospitalización de 38 días en el Policlínico Gemelli de Roma- no ha podido estar presente. En el mensaje difundido para la ocasión, dice: "Les doy las gracias, porque con su servicio dan testimonio del rostro paterno de Dios, infinitamente grande en el amor, que llama a todos a la conversión y nos renueva siempre con su perdón". Habla luego sobre "conversión y perdón" y afirma que "son las dos caricias con las que el Señor enjuga cada lágrima de nuestros ojos; son las manos con las que la Iglesia nos abraza a nosotros, pecadores; son los pies sobre los que podemos caminar en nuestra peregrinación terrenal".
Hay 1258 sacerdotes instituidos como Misioneros de la Misericordia en todo el mundo. Se trata de un ministerio especial creado por Francisco con motivo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia en 2016. Ellos tienen la facultad de perdonar los pecados que están reservados a la Sede Apostólica. "Los animo, en su ministerio de confesores, a que sean atentos al escuchar, prontos al acoger y constantes al acompañar a aquellos que desean renovar su vida y volver al Señor", añadió Bergoglio en su mensaje, que fue leído por monseñor Rino Fisichella. "El perdón del Señor es fuente de esperanza, porque siempre podemos contar con Él, en cualquier situación. ¡Dios se hizo hombre para revelar al mundo que nunca nos abandona!".