El Papa Francisco en Ostia con las monjas que conviven con las atracciones del Luna Park
Visita a la pequeña comunidad que desde 1966 -siguiendo el carisma de Charles de Foucauld- es signo de fraternidad entre las familias de quienes trabajan en el parque de atracciones romano. Viven en un antiguo vagón caravana reconvertido en casa y capilla. Y ofrecen entre los puestos su "Arca de Noé", un juego con un mensaje de paz y esperanza.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El Papa Francisco fue esta tarde a Ostia, en la costa de Roma, para visitar a sor Geneviève Jeanningros, Pequeña Hermana de Jesús que vive junto a la comunidad de feriantes y circenses del Luna Park. "El Santo Padre -se lee en una nota de la Oficina de Prensa vaticana- bendijo una estatua de Nuestra Señora protectora del Espectáculo Itinerante y del Circo y saludó a las familias y a los niños presentes".
Francisco ya había visitado en 2015 -con ocasión de una visita a la parroquia local que lleva el nombre de la Reina de la Paz- esta pequeña comunidad extremadamente significativa, fruto de una larga amistad entre estas hermanas, que se inspiran en el carisma del beato Charles De Foucauld, y el mundo del espectáculo ambulante.
"La fraternidad entre la gente de los carruseles, tanto ambulantes como en plazas fijas, está presente desde hace años en varias naciones y fue fuertemente deseada por la Pequeña Hermana Magdeleine, nuestra fundadora", contaban las Pequeñas Hermanas de Jesús en un texto escrito hace algunos años. En Roma, en la Luneur, nació en 1966. Como otras pequeñas hermanas presentes entre los trabajadores, la gente del campo, los nómadas, la gente del circo, los Sinti y los Roma, las minorías, su sentido es vivir como Jesús en Nazaret, una presencia discreta, una pequeña familia entre los demás, intentando ser... como ellos, una de ellos... viviendo de nuestro trabajo, en la oración, la acogida, las relaciones de amistad...".
Con el cierre de la feria de atracciones del barrio Eur de Roma en 2008, las hermanas también se quedaron sin trabajo. "Con ellas", cuentan, "luchamos pidiendo más justicia... pero no se pudo conseguir nada". Algunos han reanudado su camino de plaza en plaza, otros luchan mucho para ayudar a sus familias. Queríamos seguir estando presentes en el mundo de las atracciones, tanto en los festivales y ferias como en los mercados. Varios amigos nos habían invitado a parar y estar con ellos en un parque permanente. Aceptamos la propuesta de Ginetto Pugliè, a quien conocíamos desde hacía tiempo y que nos acogió en el parque de Ostia Lido, al que era más fácil llegar en metro desde Roma Laurentino, donde vivíamos. Luego se nos unieron algunas personas de Luneur".
Viajábamos todos los días de Roma a Ostia", prosigue el testimonio, "y entonces nuestros vecinos nos dieron una vieja caravana de madera y una furgoneta que muchos años antes transportaba coches de choque. Con la ayuda de un amigo del parque de atracciones, pudimos hacer de ella una 'fraternidad', con una capilla, una pequeña cocina y un pequeño salón, dos habitaciones y un trastero, y así vivimos en una parcela dentro del Parcolido junto con doce familias'.
"También pudimos transportar nuestro juego 'El Arca de Noé', que expresa un mensaje de paz y esperanza -continúan las hermanas-. Junto al puesto de juegos, tenemos un stand con artesanía variada y, sobre todo, con belenes de muchos países. Es muy fuerte en cada una de nosotras pertenecer al mundo de las atracciones. Nos sentimos y nos consideramos sus hermanas".
