El Papa, afligido por Palestina e Israel: " Negocien para un alto el fuego inmediato"
Bergoglio pide en el Ángelus que se siga negociando para un "alto el fuego inmediato" y la liberación de los rehenes. Pero también para que se garantice un "acceso seguro" a la ayuda humanitaria. Sobre el desarme: "es un deber" que requiere el coraje de toda la "familia de naciones".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Hay un peso que el Papa Francisco lleva "cotidianamente en el corazón": el del "sufrimiento de las poblaciones de Palestina e Israel". Por ellos el Santo Padre hoy, tercer domingo de Cuaresma, después del rezo del Ángelus, alentó las negociaciones para un "inmediato cese del fuego". El dolor es el hilo rojo de su discurso conclusivo. El interior, reflejo del causado por la ausencia de paz. Y por los "miles de muertos, heridos, desplazados", pero también por la "inmensa destrucción". Más de 30.000 personas han muerto en la Franja, según el Ministerio de Sanidad de Hamás.
Las continuas hostilidades están causando "tremendas consecuencias para los más pequeños e indefensos, que ven comprometido su futuro", dijo Bergoglio al día siguiente de la distribución del Mensaje para la primera Jornada Mundial de la Infancia, que se celebrará en Roma los días 25 y 26 de mayo. A continuación, desde la Ventana del Palacio Apostólico, dirigió dos preguntas a los oyentes. " ¿De verdad se piensa que de este modo se construye un mundo mejor? ". E inmediatamente después: "¿Se cree realmente que así se alcanzará la paz?". El Papa Francisco añadió: "¡Basta, por favor! Digamos todos: ¡basta, por favor!". En ese momento se levantó un largo aplauso en una Plaza de San Pedro abarrotada y azotada por el viento.
El Pontífice, como ya había hecho en otras ocasiones, pidió también un mayor compromiso en las negociaciones "para que los rehenes sean liberados inmediatamente". "Que puedan volver con sus seres queridos que los esperan con ansia", añadió. A continuación, reiteró la urgencia de que la población civil tenga "acceso seguro" a la "debida y urgente" ayuda humanitaria. El llamado se produce luego de que el jueves pasado 115 personas murieran cerca de un convoy humanitario en la ciudad de Gaza.
“¡Cuántos recursos se derrochan en gastos militares que, a causa de la situación actual, desgraciadamente continúan aumentando!”. Con estas palabras, el Pontífice recordó la II Jornada Internacional de Sensibilización sobre el Desarme y la No Proliferación, que se celebra dentro de dos días. Apoyado en esta cita, deseó que la comunidad internacional "comprenda que el desarme es ante todo un deber". Y añadió: "El desarme es un deber moral. Metámonos esto en la cabeza.Se requiere el valor de todos los miembros de la gran familia de las naciones para pasar del equilibrio del miedo al equilibrio de la confianza".
"Hay tanto dolor", dijo Francisco, también en la "atormentada Ucrania", que pidió no olvidar. También aquí "mueren tantos cada día", dijo. Al final de su discurso, Bergoglio dirigió un "afectuoso saludo" a los jóvenes ucranianos convocados por la Comunidad de Sant'Egidio -las banderas del movimiento estaban presentes en la plaza- sobre el tema "Vence el mal con el bien. Oración, pobres, paz". “Queridos jóvenes, gracias por vuestro compromiso en favor de quien más sufre en la guerra. ¡Gracias!", dijo.
Es un Jesús "duro" el que presenta el Evangelio de hoy (Jn 2,13-25), comentado por el Papa Francisco antes del rezo de la oración mariana. Jesús se presenta así porque "no acepta que el templo-mercado sustituya al templo-casa, que la relación con Dios sea distante y comercial en lugar de cercana y confiada", dijo el Santo Padre. En el episodio narrado, Jesús expulsa a los mercaderes del templo, amonestando a los que encuentra diciendo: "¡No hagan de la casa de mi Padre un mercado!". (v. 6).
Bergoglio propuso entonces detenerse en el "contraste entre casa y mercado": son dos modos distintos "de presentarse ante el Señor", dijo. Cuando se vive el templo como un mercado, basta con "comprar un cordero, pagarlo y consumirlo". Cuando, en cambio, el templo es el hogar, sucede "lo contrario": "se va al encuentro del Señor, a la unión con Él y con los hermanos", añadió. La diferencia sustancial entre ambos caminos es que "en el mercado buscas tu propio interés, en casa das gratuitamente".
Si se vive la casa de Dios como un mercado, "se crea una barrera entre Dios y el hombre y entre hermano y hermano", continuó. De estas reflexiones surge una invitación para este tiempo de Cuaresma: "Hacer en nosotros y a nuestro alrededor más casa y menos mercado". El primer modo de hacerlo es apoyándose en la oración "hacia Dios". "Rezando mucho, como hijos que sin cansarse llaman confiadamente a la puerta del Padre, no como mercaderes tacaños y desconfiados", dijo. El segundo es "difundir la fraternidad", de la que hay necesidad. "Pensemos en el silencio incómodo, aislador, a veces incluso hostil, que se encuentra en muchos lugares".
28/08/2016 13:40