El Papa, 75 años de la Declaración Universal: "El compromiso con los derechos nunca se acaba"

Bergoglio recordó desde la ventana del Palacio Apostólico la firma que tuvo lugar en París en 1948: "Es como una vía maestra en la que se han dado muchos pasos adelante. Pero todavía faltan algunos". Nuevo apelo por la paz en Oriente Medio y Ucrania: "Hay que proteger a los civiles, los hospitales, los lugares de culto". El Pontífice elogia el acuerdo sobre la liberación de prisioneros entre Armenia y Azerbaiyán: "Animo a las partes y a sus líderes a concluir cuanto antes el tratado de paz".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "El 10 de diciembre de 1948 se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es como una vía maestra en la que se han dado muchos pasos adelante". El Papa Francisco comenzó hoy su discurso tras el rezo del Ángelus recordando el documento adoptado por la Asamblea General de la ONU en París hace exactamente 75 años. A la luz de los conflictos que asolan el mundo y de la represión a múltiples niveles de los mismos derechos, el Santo Padre dijo que "todavía faltan" pasos adelante. "A veces, desafortunadamente, se vuelve atrás. ¡El compromiso con los derechos humanos nunca se acaba!", añadió, expresando cercanía a quienes diariamente, "sin proclamas" y "en la vida concreta", "luchan y pagan en persona por defender los derechos de los que no cuentan."

"Hablando de derechos humanos", prosiguió Bergoglio, subrayando la extrema actualidad de la Udhr, "que se protejan a los civiles, los hospitales, los lugares de culto, que se libere a los rehenes y se garantice la ayuda humanitaria". Lanzando un llamamiento más para intensificar los esfuerzos por la paz, especialmente en Palestina e Israel, así como en la "atormentada Ucrania". Pero es precisamente la situación en Gaza la que más preocupa en estos momentos, especialmente tras el veto de Estados Unidos para bloquear la resolución de alto el fuego de la ONU -repetidamente solicitada por el Pontífice- expresado en el Consejo de Seguridad. 17.700 personas han muerto en la Franja, según el Ministerio de Sanidad dirigido por Hamás. Mientras esta crisis humanitaria continúe, existe el riesgo de una escalada.

El Papa Francisco también se alegró por "la liberación de un número significativo de prisioneros armenios y azeríes". En referencia a la noticia de los últimos días de que Azerbaiyán ha aceptado liberar a 32 prisioneros de guerra armenios. "A su vez, Armenia libera a 2 militares azerbaiyanos", reza un comunicado emitido conjuntamente por el equipo de Nikol Pashinyan y la presidencia de la república azerbaiyana. "Veo con gran esperanza este signo positivo para las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán, para la paz en el Cáucaso Sur, y animo a las partes y a sus líderes a concluir el tratado de paz lo antes posible", dijo el Santo Padre. Azerbaiyán también acogerá la Cop29 el año que viene, con el apoyo de la propia Armenia. Pero es la actual Conferencia sobre el Cambio Climático de Dubai, que concluirá el martes 12 de diciembre, la que Bergoglio ha recordado esta mañana. "Os pido que recéis por los buenos resultados para el cuidado de nuestra casa común y la tutela de las poblaciones", añadió.

Hoy, segundo domingo de Adviento, el Papa Francisco, que se asomó al Palacio Apostólico tras los dos últimos Ángelus rezados en conexión desde la Casa Santa Marta, pidió seguir "rezando por las poblaciones que sufren a causa de la guerra". "Vamos hacia la Navidad", prosiguió, dirigiéndose a una plaza abarrotada de fieles, donde en el centro se encuentra no sólo el árbol de Navidad, sino también el belén inaugurado ayer por la tarde. "¿Seremos capaces, con la ayuda de Dios, de dar pasos concretos por la paz? No es fácil, lo sabemos. Algunos conflictos tienen profundas raíces históricas". A continuación, propuso inspirarse, para dar esos pasos, en los testimonios de "hombres y mujeres que han trabajado con sabiduría y paciencia por la convivencia pacífica".

Durante el comentario a la Palabra del día (Mc 1,1-8) que precedió al rezo de la oración mariana, el Papa Francisco centró su atención en el "precursor de Jesús", Juan Bautista, a quien el Evangelio describe como "la voz de uno que clama en el desierto" (v. 3). "El desierto, un lugar vacío, donde no hay comunicación, y la voz, un medio para hablar, parecen dos imágenes contradictorias, pero en el Bautista se unen", explicó. El desierto, donde Bautista predica cerca del río Jordán, "es el lugar del silencio y de la esencialidad, donde uno no puede permitirse detenerse en cosas inútiles, sino que debe concentrarse en lo indispensable para vivir", continuó, "un recordatorio siempre actual: para proseguir el camino de la vida es necesario despojarse de lo demás". La voz, la segunda imagen analizada, "es el instrumento con el que manifestamos lo que pensamos y llevamos en el corazón". Está, según Bergoglio, muy ligada al silencio, una presencia constante en el desierto: "Si uno no sabe callar, es difícil que tenga algo bueno que decir; mientras que, cuanto más atento es el silencio, más fuerte es la palabra".