El PIB chino creció un 2,3% en el 2020, pero la recuperación post-Covid sigue en peligro
China es el único país del G-20 que tuvo un crecimiento positivo. Sin embargo, entre las economías avanzadas, Taiwán tuvo un mejor desempeño. El problema de la deuda. Caída en el consumo interno y en el número de trabajadores migrantes. Se derrumban las inversiones en la Belt and Road Initiative.
Beijing (AsiaNews/Agencias) – El producto interno bruto chino creció un 2,3% en 2020 y muestra una fuerte recuperación, luego de la caída del -6,8% registrada en el primer trimestre del año pasado, como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Es muy probable que China sea el único país del G-20 que registra un crecimiento positivo. Sin embargo, entre las economías avanzadas, no es la que obtiene mejores resultados. Taiwán, que ha cosechado grandes éxitos en la lucha contra el Covid-19, tuvo un aumento del PIB de entre el 2,4 y el 2,5%, y se estima que su crecimiento alcanzará el 3,2% en 2021.
La recuperación de China se atribuye a la rapidez con que las autoridades introdujeron medidas para contener la emergencia sanitaria. Para apoyar la producción, Beijing recurrió a algunas medidas como la inversión pública, el recorte de impuestos y el otorgamiento de facilidades para acceder al crédito bancario. Sin embargo, el contragolpe de esta política expansiva es el aumento de la deuda nacional, que hoy alcanza niveles sin precedentes. Según los cálculos de la Academia China de Ciencias Sociales, en 2020 la deuda nacional trepó hasta alcanzar el 275% del PIB. A finales de 2019, se ubicaba en torno al 245%.
En cuanto a la producción, los datos del 2020 fueron los peores en décadas. De hecho, no se logró el objetivo declarado del Presidente Xi Jinping de estimular el consumo interno. El consumo per cápita se redujo en un 1,6%. Sin embargo, el crecimiento todavía cuenta con el impulso de las exportaciones - especialmente de productos sanitarios - y en el mercado interno, con las ventas de inmuebles y automotores, dos sectores fuertemente subvencionados por el Estado. Beijing depende de los mercados externos y ello genera incertidumbre sobre el futuro: la mayoría de los socios extranjeros está haciendo un gran esfuerzo para volver a los niveles anteriores a la crisis.
Otro tema que despierta dudas es el número real de desempleados. Las cifras oficiales muestran una tasa de desempleo del 5,6%, inferior al 6% previsto. Sin embargo, el cálculo solo incluye a los trabajadores "urbanos" y no toma en consideración a los trabajadores migrantes, que se trasladan del campo a las ciudades sin obtener una nueva residencia. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, el número de trabajadores migrantes en 2020 llegó a 285 millones: en 2019 eran más de 290 millones; por lo tanto, hay cinco millones de migrantes que, con toda probabilidad, no han encontrado un nuevo empleo.
Los analistas concuerdan en otro dato indirecto que da cuenta de las dificultades del gigante asiático: el derrumbe de la inversiones en la Belt and Road Initiative, el mega proyecto con el que Xi pretende convertir a China en amo y señor del comercio mundial. El China Global Investment Tracker calcula que el año pasado, las inversiones chinas destinadas a este ámbito llegaron a 46,5 millardos de dólares. En el 2019 la cifra fue de 103 millardos y en el 2018, 117.
06/02/2021 10:04
06/03/2021 11:23