El Kremlin lleva la Virgen a la guerra
Exponen en Moscú el ícono de la Virgen “Donskaja” para alentar el triunfo ruso en el conflicto de Ucrania. Las autoridades ortodoxas ya habían hecho lo mismo con la "Trinidad" de Rublev. El patriarca Kirill continúa con su retórica bélica en favor de Putin y se cierra aún más al diálogo con Occidente renunciando a participar en la XI asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CEC), el principal organismo ecuménico, que se reúne en Karlsruhe.
Mosca (AsiaNews) – Moscú (AsiaNews) - Después de haber enrolado en el ejército a la Santísima Trinidad con el famoso icono de Andrei Rublev, el patriarca ortodoxo Kirill convoca ahora a la Madre de Dios con otro icono sustraído de la Galería Tretyakov.
La Virgen "Donskaja" se expone desde ayer hasta el 2 de septiembre en la gran catedral del monasterio Donskoy, en el centro de Moscú, para la veneración "militante" de los fieles ortodoxos, comprometidos en la restauración de la Santa Rusia con la guerra de liberación de Ucrania, invadida por el "corrupto" Occidente.
El simbolismo de la guerra está estrechamente relacionado con el similar traslado de la "Trinidad". En efecto, el icono de Rublev había regresado a la Lavra de San Sergij, donde está enterrado el santo monje de Radonezh. Este lo había encargado a su discípulo Andrei y bendijo a las tropas del príncipe Dmitry de Moscú para la batalla contra los tártaros en las orillas del sagrado Don.
La victoria de Kulikovo en 1380 se considera la fecha de nacimiento de la Santa Rusia de Moscovia, que más tarde se autoproclamó "Tercera Roma". Dmitry se ganó el título de "Donskoy", al cual se debe el nombre del gran monasterio, que fue clausurado por los soviéticos y reabierto nuevamente en los años de Mikhail Gorbachev (recién fallecido), marcando el comienzo del renacimiento religioso poscomunista. El icono de "Donskaya" se considera milagroso por los numerosos prodigios obtenidos por su intercesión, pero también por la evocación histórico-ideológica que representa.
Si la Trinidad de Rublev fue "escrita" (como se dice de los íconos, que son textos de revelación más que pinturas) alrededor de 1420, para el origen de la Virgen Donskaja solo hay leyendas, según las cuales los cosacos del Don la llevaron como regalo de buenos auspicios a Dmitry en vísperas de la batalla de Kulikovo.
Ante esta imagen rezó el primer zar Iván el Terrible en 1552, antes de partir hacia la conquista del kanato tártaro de Kazán, la victoria definitiva sobre los invasores de la Horda de Oro. Después Iván llevó a la batalla otro ícono que se hizo aún más famoso, la Virgen de Kazán, confirmando la participación activa de la Madre de Dios en los triunfos del ejército ruso. Esta devoción bélica se ratifica en la iglesia de la Victoria, inaugurada en 2020, donde un mosaico representa a María asunta al cielo en medio de las ametralladoras soviéticas que expulsan a los nazis.
El patriarca Kirill opta así por erigirse aún más solemnemente en el trono de la Iglesia que lucha contra el mundo entero corrompido por el demonio, en el mismo momento en que se inaugura en Karlsruhe, Alemania, la XI Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CEC), la principal cumbre ecuménica en la que él mismo había participado activamente varias veces hace muchos años. El itinerario espiritual-ideológico de Kirill es particularmente emblemático de la deriva de la Rusia putiniana, del diálogo al aislamiento.
La Asamblea del Consejo se consideraba la última oportunidad de Kirill para volver a mostrarse directamente en Occidente y confrontarse con las otras confesiones cristianas, después de haber rechazado también la invitación a reunirse con el papa Francisco en la tierra "neutral" de Kazajistán. Varias voces habían propuesto en los últimos meses al comité ejecutivo de la CEC que se expulsara al patriarcado de Moscú de la condición de miembro, y si hasta ahora no había sucedido era para ofrecer a los rusos la posibilidad de explicarse en Karlsruhe.
De todos modos asistirá a la Asamblea una delegación de Moscú encabezada por el joven metropolitano Antonij (Sevrjuk) que recientemente ha sustituido a Ilarion (Alfeev), exiliado en Hungría. Probablemente Kirill también estaba pensando en esta confrontación cuando decidió hace unas semanas instalar sorpesivamente a un hombre que le era más fiel, para evitar que Ilarion cediera a alguna propuesta de católicos y protestantes. Hoy Rusia no cede ante nadie, ni en Ucrania ni en Alemania, porque tiene que salvar al mundo del Anticristo con la ayuda de la Virgen del Don (bass).
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