El Isis crucifica a los enemigos y proclama en "Califato" en los territorios de Siria e Irak
Bagdad (AsiaNews/agencias)- Usan la cruz, un símbolo cristiano, para aterrorizar a los miembros internos o enemigos, declarar el nacimiento del Califato, para afirmar el control sobre los territorios de Siria e Irak hasta ahora conquistados, legitimando las miras para la creación de un nuevo "Estado islámico". Son estas las últimas, terribles noticias que provienen de las zonas del Medio Oriente y que confirman la estrategia de terror adoptada por los milicianos. En el fin de semana el Estado islámico de Irak y del Levante (Isis, formación yihadista ligada a al-Qaeda) proclamó el nacimiento del califato en los territorios conquistados en Irak y Siria. El líder del movimiento islamista, Abu Bakr al.Baghdad, entiende asumir el cargo de "califa" y "jefe de los musulmanes de todo el mundo". El anuncio fue precedido por la crucifixión de 9 personas en el centro de deir Hafer, un poblado al este de Alepo, en los territorios sirios bajo el control del Isis. Entre las víctimas 8 rebeldes "responsables" de combatir con organizaciones rivales y un ex militante, incriminado por extorsión en daños de civiles.
El movimiento yihadista internacional persigue el proyecto de dar vida a un "Califato", en el cual rige una aplicación rígida de la Sharía. La nueva realidad territorial que arrasaría los confines fijados por Gran Bretaña y Francia en el S. XX, después de la caída del imperio otomano; esa se extendería desde Alepo, al norte de siria, hasta la provincia de Diyala en Irak oriental. Abu Bakr al Baghdad, asumiría la guía suprema del nuevo Estado, con el sobrenombre de "Califa Ibrahim", eliminando la "democracia y otras basuras similares provenientes del Occidente".
Como respuesta, el ejército de Bagdad inició una ofensiva para retomar el control de Tikrik, en el norte, desde el 11 de junio en manos de los islamistas. Rusia envió el primer lote de aviones de caza, que Moscú entregó al gobierno de Bagdad para contribuir en la lucha contra los milicianos. En la crisis iraquí intervino el Primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, el cual auspicia el nacimiento de un Estado curdo independiente, en respuesta a la avanzada de los extremistas en el resto del país. Un aval directo a las reivindicaciones del líder curdo Massoud Barzani que, la semana pasada había declarado que "es ya tiempo que Kurdistán pueda decidir su propio futuro".
En un contexto de guerra, divisiones siempre más marcadas y violencias sanguinarias, la Iglesia caldea iraquí celebró el Sínodo del 24 al 28 de junio pasado en Erbil, en el norte; en un primer momento el encuentro se debía realizar en Bagdad, pero se optó por una zona más segura y al reparo -hasta ahora- de los ataques de los islamistas. Al final los prelados han emitido un comunicado oficial, en el cual se dirigen a los gobernantes para que este "trágico" contexto sepamos preservar "la unidad nacional" y "todas las componentes". Ellos indican al "diálogo" como el único medio para llevar al país fuera del "largo túnel" y evitar la guerra civil o las divisiones internas.
De parte de los obispos nos llega un pensamiento a las miles de familias - cristianas o no- evacuadas de las ciudades y pueblos, cuyas condiciones "son graves". Por último, el pedido de dar vida a un gobierno de unidad nacional que persiga los objetivos de estabilidad, seguridad y sepa ofrecer los servicios de base en este período sensible, que coincide con el ramadán, el mes sagrado de ayuno y oración musulmán. A la comunidad internacional se la invita a ayudar a Irak en encontrar una "solución política" para la crisis y evitar el peligro de la destrucción de la nación; en concreto, el pedido a Dios para que "salve a Irak y a los iraquíes".
