El Gran Hermano chino, en las calles y en los hogares africanos
Control de Internet, redes telefónicas, reconocimiento facial, cámaras de seguridad. Las compañías chinas son proveedoras de varios Estados del continente. Sin embargo, “cuando se crean redes, es posible instalar fácilmente un acceso oculto, para controlar el flujo de datos que circula”.
Beijing (AsiaNews) – Los Estados Unidos y la Unión Europea (EU) procuran poner un freno a las ambiciones de Beijing en el campo de las nuevas tecnologías, cerrando la puerta particularmente a Huawei y a ZTE, dos de las empresas chinas más importantes en el sector de las telecomunicaciones. Pero en el caso de África, nada de esto ocurre. Huawei continúa dominando el sector con sus redes 3G/4G, con las telecomunicaciones y los teléfonos celulares, dos rubros en los que posee el 15% del mercado. Pero están surgiendo nuevos jugadores, sobre todo, en el campo de la inteligencia artificial.
En los Estados Unidos, la empresa de Shenzhen está acusada de un acercamiento excesivo al ejército chino. En efecto, su fundador es un ex ingeniero militar y en el caso de Huawei, se la acusa fundamentalmente de haber comerciado con Irán, pese a regir un embargo.
Una investigación conducida por Le Monde sostiene que la marca del loto rojo podría dejar el mercado estadounidense hacia fin de año, y reforzar su presencia en África. Huawei está operando en el sector de las redes de telecomunicaciones en aproximadamente 20 países. Por otro lado, debiera aumentar su liderazgo con el lanzamiento del Pakistan East Africa Cable Express (PEACE), un cableado de telecomunicaciones submarino, que conecta Asia y África.
En efecto, en África, China no se limita a construir ferrocarriles, puertos y autopistas, sino que también traza las vías informáticas necesarias para un continente en el cual sólo un tercio de los habitantes está conectado.
A pesar de ello, según Michael Chertoff, ex ministro de Seguridad de la Nación de los Estados Unidos, “se sospecha que Huawei está actuando al servicio del Estado chino”. En una entrevista con la revista Foreign Policy, Chertoff dijo que consideraba que la compañía está en una buena posición para espiar a los gobiernos africanos. “Cuando se crean redes, es posible instalar, fácilmente, un acceso oculto para controlar el flujo de datos que circulan”.
Huawei desmiente cualquier mala intención y no hay pruebas que sustenten estos miedos. Pero, ¿acaso África puede confiar en las compañías chinas que necesariamente están muy ligadas a los intereses de Beijing?
En efecto, en términos de vigilancia electrónica, China realmente no tiene nada que envidiar a los Estados Unidos. En Zambia, Etiopía y Zimbabue, los gobiernos han utilizado compañías chinas para crear sistemas de control de Internet y redes de telecomunicación. En enero, Le Monde Afrique ha revelado que la sede de la Unión Africana en Addis Abeba era espiada masivamente desde Beijing, dado que se había transferido a Shanghái todo el contenido de los servers de la institución.
El último sector donde está interviniendo es el reconocimiento facial. Éste constituye una “especialidad” de Beijing. En China, se han instalado casi medio millardo de cámaras de seguridad con las cuales se vigila y controla cada rincón del país, y para el año 2020, todos los ciudadanos destacados serán registrados en una base de datos, lo cual permitirá identificarlos a través de las cámaras de vigilancia. A través del monitoreo se les asignará un “puntaje social” basado en sus acciones, rotuladas como “buenas” o “malas”. Una tecnología muy “orwelliana” que seduce a algunos países africanos. Uno de los líderes chinos del sector, con casa matriz en Cantón, ha obtenido un contrato de cooperación con el gobierno de Zimbabue, para implementar este reconocimiento facial a gran escala. Según el Global Times, fue Harare quien habló con China, seguro de que hallaría las mejores tecnologías en inteligencia artificial. En un principio, los sistemas de reconocimiento facial serán instalados en los aeropuertos y en las fronteras. El nuevo presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, quedó fascinado con los planes para construir “ciudades inteligentes”, cuando hizo una visita a China en abril pasado. Los programas piloto serán lanzados con el objetivo de convertir a Zimbabue en el Sillicon Valley africano, pero la gestión del emprendimiento estará a cargo de China. Con anterioridad a ello, en el 2017, la sociedad china Hikvision había obtenido un rico mercado en Zimbabue, a través de la venta de cámaras de seguridad. El círculos ahora se cierra por completo, con el envío del Gran Hermano chino a la mesa de los sudafricanos.
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