El Estado de Kerala desafía a Modi: no a la prohibición de la carne de vaca
La Asamblea rechaza la prohibición que rige sobre la matanza deL ganado bovino en todo el territorio nacional. Hay “intereses económicos” detrás de las nuevas reglas, que apuntan a favorecer a las empresas que exportan. Dos miembros del BJP presentan su renuncia en Meghalaya. Un separatista de Cachemira invita a emprender una “guerra santa contra los protectores de las vacas”.
Thiruvananthapuram (AsiaNews) – Kerala es el primer Estado de la India en decir “no” a la prohibición establecida sobre la carne de vaca, impuesta por el gobierno central de Narendra Modi. Con una resolución aprobada ayer durante una sesión especial de la Asamblea, los diputados –a excepción de uno del Bharatiya Janata Party (BJP) – rechazaron la prohibición sobre la matanza y faena del ganado bovino.
Según el gobierno local, el CPM (Communist Party of India – Marxist), que forma una coalición con el United Democratic Front (UDF) liderado por el Congress, la prohibición de la carne de vaca en todo el territorio de la India es una decisión “carente de sentido”, dictada exclusivamente por “intereses particulares” de los nacionalistas hindúes que están a cargo del gobierno de la Unión. En la Asamblea, el jefe de ministros Pinarayi Vijayan afirmó que “las nuevas reglas no son otra cosa que una desfachatada violación del derecho individual de comer aquello que desee. Estas nuevas normas afectarán de un modo terrible a la sociedad agrícola de nuestro Estado, así como al resto del país en su totalidad”.
El rechazo del Parlamento local despliega lo que está sucediendo en la India y confirma las primeras reacciones suscitadas. En efecto, Kerala contestó abiertamente y desde un principio la prohibición de faenar ganado bovino decretada la semana pasada, que por muchos es considerada un ataque directo contra los hábitos alimentarios de las comunidades minoritarias, y en particular de los musulmanes y los cristianos.
Para la religión hindú, la vaca es sagrada, y de hecho, en diversos Estados ya se venía impidiendo la faena del ganado vacuno. La sola sospecha de una matanza ilegal o del consumo lleva a episodios de grave violencia. Sin embargo, en la industria trabajan muchísimos indios, y la facturación anual del negocio de la carne supera los 13,9 millardos de euros, mientras que las exportaciones al exterior giran en torno a los 3,6 millardos de euros.
El ex jefe de ministros VS Achuthanandan, declaró: “Esto no es otra cosa que una estafa. Las razones son bien conocidas por todos. El BJP tiene [en mente] un programa”. Según el político, el plan del partido gobernante sería generar un valor agregado a partir de las vacas, añadido a través de las exportaciones, “e involucrar a las grandes empresas en este volumen de negocios. Pero no podemos permitir que nuestra gente sufra”. Thiruvanchoor Radhakrishnan, del Congress, agrega: “Lo que surge es que las mayores empresas exportadoras están localizadas en el norte de la India, y en algunas de estas se desempeñan parlamentarios del BJP. La ley los ayuda a incrementar su comercio. Esto no podemos aceptarlo”.
En tanto, desde distintas partes del país, llegan contestaciones contra la prohibición, lo cual corre el riesgo de crear una grieta incluso dentro del mismo partido de los nacionalistas. En Meghalaya, dos líderes del BJP - Bernard Marak y Bachu Marak – presentaron la renuncia a sus cargos. Ellos sostienen que el partido del cual eran miembros no acepta “nuestra cultura Garo, las tradiciones y hábitos culinarios. El Nakam bitchi (carne de res) forma parte de nuestras comidas típicas. La imposición de una ideología no laica por parte del BJP, no es aceptable para nosotros”.
La misma ebullición que se registra en la política también se está dando en la sociedad civil. Días atrás, un líder separatista islámico de Cachemira, llamó a todos los musulmanes de la India a unirse, reclamando a emprender una “guerra santa contra los protectores de las vacas”. La invitación promovida por Zakir Musa, uno de los exponentes más famosos del Hizbul Mujahideen, da la pauta de un creciente descontento y del peligro de que agudicen aún más las tensiones, que ya muestran estar al límite, dentro de las comunidades religiosas.
