El Día de la Independencia es un 'día negro' por los derechos violados en Sri Lanka
Las autoridades celebraron ayer el evento en Colombo con un impresionante desfile militar. Presidente Rajapaksa: “Soy el líder que han estado buscando”. Pero en el norte, en el este y en el sur, hay manifestaciones y protestas por la violencia y los abusos. Campesinos en huelga de hambre. Las banderas negras marcan la fiesta en señal de luto.
Colombo (AsiaNews) - El 73 aniversario de la Independencia de Sri Lanka, que se conmemoró ayer en todo el país, se caracterizó por dos celebraciones diferentes o más bien opuestas: por un lado, el gobierno y la cúpula oficialista de la capital, Colombo, que hizo alarde, militarizándolo, del poder del país, con un imponente desfile militar. Por otro lado, los ciudadanos del norte, del este y del sur, tamiles y cingaleses, que hablan de un "día negro" y de que "todavía no hay verdadera libertad" para todos los ciudadanos, especialmente los de los grupos más débiles, las minorías marginadas.
La fiesta fue una oportunidad para que el presidente Gotabaya Rajapaksa intentara fortalecer su liderazgo y su control de la nación. En su discurso a la población, dijo que sigue las enseñanzas y doctrinas de Buda en la conducción del país, y que no titubea en hacer alarde de que él es "un jefe cingalés y budista". “Soy el líder - concluyó - que han estado buscando. Y en Sri Lanka no hay lugar para el extremismo”.
Sus palabras contrastan con el sufrimiento y los temores de los ciudadanos, que siguen en condiciones críticas por los problemas que se arrastran desde los tiempos de la guerra (con los tamiles del norte) y que una paz frágil no ha podido resolver de forma duradera. Esa es la razón de las numerosas protestas que han tenido lugar en el norte, este y sur de la isla, unidas por la reivindicación común de mayores derechos y libertades.
Las poblaciones de las provincias del norte y del este organizaron marchas de protesta. Una manifestación comenzó en Pottuvil y termina hoy en Jaffna, otra termina mañana con escala final en Polihandy, en el norte. Para una gran parte de la población, es una manera de poner de manifiesto que la independencia sigue siendo un "día negro" en la historia del país, en el contexto de manifestaciones que convocan organizaciones y partidos políticos tamiles, ONG y miembros de la sociedad civil, familiares de personas desaparecidas en la guerra, desaparecidos poíticos y pueblos sin tierra. Todos ellos piden justicia, igualdad de derechos y que termine la marginación, la violencia y los abusos, y al mismo tiempo reclaman la intervención de las Naciones Unidas y los organismos internacionales de protección de los derechos humanos.
Entrevistado por AsiaNews, el reverendo anglicano Marimuttu Sathivel, aunque vive en Colombo, afirma que apoya el "Día Negro" y las razones de la protesta. Dice que se solidariza con los tamiles, que todavía no han recibido ni se han beneficiado con la "libertad". Los líderes políticos quieren mantener las divisiones entre el norte y el este de diversas maneras, pero en realidad las personas saben perfectamente cómo convivir de manera pacífica en esas regiones y han comprendido que, si quieren conseguir algo, tienen que saber unirse y actuar en forma conjunta. Por eso organizaron esa marcha, para demostrar que están unidos y hacerse oír "con una sola voz".
Los manifestantes presentaron una serie de demandas al gobierno, articuladas en 11 puntos, entre ellos: que terminen las apropiaciones de tierras y las expropiaciones contra los tamiles, así como la conversión de lugares tradicionalmente tamiles en zonas cingalesas, con la destrucción de templos hindúes que se reemplazan por lugares de culto budista; que termine la continua militarización de las zonas tamiles 10 años después de haber concluido el conflicto que ensangrentó a la nación, sumado a la política de cambio demográfico - por no decir de completa transformación - implementada por Colombo para debilitar las etnias locales; que termine la cremación de los muertos por Covid, lo que no forma parte de la tradición musulmana; que terminen la violencia y las expropiaciones contra los agricultores tamiles, cuyas tierras están siendo ocupadas y matan su ganado; que termine la cárcel sin juicio previo y por tiempo indeterminado para los presos políticos.
Hay mucha gente que sigue reclamando por la falta de libertad y derechos. Es una de las razones por las cuales los agricultores de Walsapugala y Sooriyawewa, en la provincia del suy, han convocado una huelga de hambre de 18 días bautizada como "Sathaygraha" y enarbolaron banderas negras en el Día de la Independencia. "En vez de velar por nosotros - afirman - el gobierno nos priva de nuestra libertad".
23/12/2015
06/02/2019 13:43