El Card. Tagle a favor de los tribales lumad: militares y rebeldes abandonen sus “tierras de paz”

Una delegación de 700 indígenas caminó de Mindanao a Manila para pedir al gobierno que resuelva su situación. Los lumad son amenazados por aquellos que quieren explotar sus “ancestrales tierras”. El arzobispo de Manila se encontró con ellos: “Lo que está prevaleciendo es la violencia, la injusticia y el caos”.

Manila (AsiaNews)- Condenamos “lo que está sucediendo a nuestros hermanos lumad en Mindanao”. “Todo esto es deprimente y alarmante”. “Algunos de ellos murieron o fueron asesinados”. “Muchos son obligados a evacuar y abandonar sus propias casas y sus ancestrales tierras”. Lo dijo el arzobispo de Manila, el Card. Luis Antonio Tagle, visitando un acampamiento de los tribales lumad en Liwasang Bonifacio, una plaza del centro de Manila. Unos 700 indígenas, originarios de la isla de Mindanao, dieron vida al Manilabayan 2015, una larga marcha desde sus tierras hasta la capital filipina (más de 1.000 quilómetros en línea de aire), para protestar con el gobierno por su situación. Llegaron el pasado 2 de noviembre y permanecerán acampados hasta el 22.

Los lumad son un conjunto de tribus indígenas que viven en varias localidades de Filipinas, la mayor parte en Mindanao. El p. Giovanni Re, superior regional del PIME en el país, describe así la situación de ellos: “Ellos viven en ciertas zonas que son codiciadas a quienes tienen plantaciones, a quienes quieren explotar las minas y quieren entrar a estas tierras para apropiárselas. Pero, las tierras están bajo el ancestral domain, una ley particular que obliga a quien quiere entrar en los territorios a pedir permiso al jefe de la tribu”.

“El problema- continúa el p. Re- es que en los últimos años diversos jefes fueron asesinados o tuvieron que huir porque se oponían a la explotación de sus tierras. Nunca se descubrió quién los haya asesinado. Hubo poquísimos arrestos. En aquellas zonas de Mindanao existen activos militares (de manera no oficial) que forman grupos paramilitares para combatir a los rebeldes comunistas del New People´s Army (NPA)- brazo armado del grupo político de izquierda National Democratic Front (NDF)- que se esconden en esas tierras. Del enfrentamiento entre militares y el NDF los que salen dañados son los lumad. Algunos acusan a los grupos paramilitares por los homicidios, pero es difícil pensar que detrás de estos asesinatos no estén las grandes compañías agrícolas y mineras”.

El Card. Tagle se encontró con algunos jefes de las tribus, entre ellos a bai Bibyaon Bigkay, una mujer de Pantaron Manobo. En un mensaje escrito, el arzobispo recordó que, a causa de la violencia, los lumad han “perdido sus medios de sustentación. Los niños han dejado de frecuentar la escuela. Los ancianos, los niños y las mujeres sufren aún más. El ambiente ha sido dañado. Lo que prevalece es el caos, la violencia, la injusticia y la falta de paz y orden en sus comunidades”.

El arzobispo de Manila realizó un pedido al gobierno filipino para que desmilitarice las tierras de los lumad y desarme a los grupos paramilitares que operan en la zona: “Nosotros nos dirigimos ya sea a los militares como a los de la NDF, para que abandonen las tierras de nuestros hermanos lumad como “tierras de paz”.

Bai Bibyaon agradeció al Card. Tagle por el apoyo: “Con el intensificarse de la militarización en nuestras comunidades- dijo dirigiéndose al prelado- es como si los militares y el gobierno quisieran cancelarnos del mapa. Compartimos con usted, uno de los líderes de la Iglesia, la responsabilidad en el exigir la expulsión de los militares de nuestras comunidades”.