Egipto en luto reza a sus mártires decapitados en Libia
El Cairo (AsiaNews)- Reportamos aquí la segunda parte del testimonio de nuestro correspondiente en Egipto, sobre la vida y las dificultades de las familias de los jóvenes decapitados en Libia por los milicianos del estado islámico. En el dolor, en el luto, en la oración la unidad de los egipcios se refuerza. El patriarca Tawadros anunció ayer que los nombres de los 21 asesinados en Libia serán colocados en la Sinapsis copta, que sería como una especie de canonización. Su memoria será el 15 de febrero para el calendario gregoriano y el octavo día de Amshir para el calendario copto. Diversas personalidades han hecho notar que en el video de sus ejecuciones, algunos de los jóvenes testimonian su fe y dicen por lo bajo oraciones e invocaciones a Jesús, justo antes de ser decapitados (Para la 1° parte ver aquí).
El pueblo de Al-Qur se convirtió en un gran lugar de luto. La iglesia, los jardines, la gran tienda y las habitaciones de las familias se convirtieron en lugares de reunión de las personas que llegan de toda la provincia y y de más allá para dar el pésame a los familiares de las víctimas. Hay ambulancias a disposición en el ingreso al pueblo para socorrer a las personas en caso de emergencia y transportarlas con mayor facilidad al hospital de Samallout. Muchaos habitantes están siendo curados en el hospital Good Shepherd .
El p. Silanos, vicario de la diócesis de Samallut, dice que los ataques aéreos egipcios de la aviación egipcia en Libia dan apoyo a las familias y generan en toda la nación un sentimiento de común soporte al ejército.
Zaynab Sahrqawy, madre musulmana de un joven asesinado en el 2011, durante una manifestación delante de las oficinas del Premier, llegó a propósito del Cairo para dar su pésame a las familias. La mujer dice. "Puedo comprender el dolor de cada madre y vine porque todos tenemos necesidad de apoyo el uno al otro. Nosotros egipcios permanecemos siempre los mismos, unidos en la oración y en el luto, mucho más que en las ocasiones de alegría".
En la casa de Louqá Nagáti, en el pueblo de Al-Gabaly, todas las mujeres están reunidas alrededor de la pequeña huérfana de 9 meses que no ha conocido al padre asesinado. El hermano de Louqa, Shenouda Nagaty Anís, cuenta que su hermano de 27 años había vuelto de Libia justo el año antes para casarse, pero luego debió volver al país sin poder asistir al nacimiento de su primera hija.
En el pueblo de Al-Our, la viuda de Tawadraus, llora laa muerte del marido de 35 años, con sus 4 hijos el mayor de casi 13 años. Juntos recuerdan los días felices transcurridos con el padre y marido cuando vivían en una sola habitación en la casa del hombre. La mujer explica que hace 8 meses fue obligado a transferirse a Libia por trabajo, para ganar el dinero necesario para construir una pequeña casa para la familia. La última llamada fue en la vigilia del fin de año, cuando el hombre contó el secuestro de 7 de sus compañeros.
Hany Abdal Salib, deja a 4 hijos, 3 mujeres y un varón. La viuda Magda dice. "Nosotros no somos ricos... Mi marido viajaba, no por diversión, sino para ofrecer a los hijos una mejor educación"
Los hijos de Samouil Wilson de 32 años, Peter (6 años), Irene (4 años) y Bouia (2) no logran aún moverse de casa, donde están rodeados por personas vestidas de negro que gritan y lloran por el dolor del padre que era plomero.
Milad Soliman Shehata es pariente de las víctimas. Recibe la visita de amigos que proceden de varias localidades, de varias partes del país para apoyar y llorar junto a los habitantes del pueblo. Su hermano Magued Soliman Shehata fue a libia hace 8 meses por sus 3 hijos: Fifi el más grande, estudia en la facultad de Arte; Samouil debería iniciar la universidad en verano y Myrna, la más joven, está por terminar la escuela primaria. Milad perdió también 3 sobrinos, Abanoud Abdal y Tawadraus. El sostiene. "¡Si pudiésemos tener sus cuerpos, al menos los enterraríamos en la misma tumba!" Durante nuestra última llamada, después del secuestro de 7 rehenes en la vigilia de año nuevo, yo le dije que volviera inmediatamente a casa. Pero luego mi celular se descargó y yo no podía imaginar que se quedaría descargado para siempre". Milad nos habla también de un mensaje que envió a las autoridades junto a otros miembros del pueblo, informándoles que "no veían la hora de ser soldados, empuñar las armas y unirse al ejército". El mensaje expresa el total apoyo al presidente Al-Sisi y pide organizar un puente aéreo para traer a casa a todos los egipcios que aún están en Libia"
Las personas están desarrollando los trámites para obtener los certificados de muerte y recibir las jubilaciones destinadas a las familias. Sobhy Makin, hermano de Milad Makin, cuenta que la población espera el anuncio oficial de la fecha de la masacre, de manera que se pueda organizar una celebración en el 40° día, es una tradición que se retrotrae a tiempos de los faraones.
En Alejandría las 67 iglesias de rito copto ortodoxo, han organizado misas en sufragio de las víctimas, a las cuales han participado centenares de fieles. Al mismo tiempo el departamento de Instrucción de la Gobernación decidió suspender las celebraciones en las clases y todas las festividades por al menos una semana, a consecuencia del luto. En Damietta todas las actividades culturales fueron postergadas. El gobernador de Al-Sharqeyya (al este del Delta) y sus colegas han presentado sus condolencias oficiales al obispo de Zagagig, capital de la provincia. Los mismo sucedió en en Qena, Sohag y Asswan, donde el gobernador interrumpió todas las festividades y encargó a los más altos representantes estatales que den sus condolencias a las víctimas del pueblo de Samallut. En el Sur de Sinaí para honrar a las víctimas mártires, un grupo de activistas organizó una oración nocturna con velas en el litoral de Sharm al-Sahykh. En esa vigilia han participado muchos turistas.
Junto a 6 ministros (Asuntos internos, Desarrollo social, Comercio e Industria, Asuntos religiosos, Solidaridad social y Juventud), al pueblo de Al-Óur llegó también el Premier. Él afirmó que: "La sangre de nuestros hijos está en nuestro corazón. Todos ustedes aquí son un gran valor para la nación. Estamos preparados para ofrecernos a nosotros mismos para defender a la nación y combatir por un único objetivo, el bienestar y un futuro mejor para la nación". El obispo de Samallut y el Premier han declarado que están "orgullosos de tener tantos mártires en el Paraíso". El Premier luego anunció que quiere construir en el pueblo, a costa del estado una iglesia en memoria de los mártires. Insistió luego en visitar cada casa donde viven las madres y las esposas de las víctimas.
Siempre en el pueblo de Al-Óur, después de un entero día y una larga noche de dolor, la población se reunió frente a la iglesia de la Virgen María. No obstante los amigos tratasen de calmarlo, quien habló con vehemencia fue el hermano de una de las víctimas, Milad Fayez: "No debemos permanecer en silencio. Tenemos que gritar con fuerza. ¿Hasta cuándo debemos soportar estos maltratos? Aquí hay dos muertos en una sola casa, allí 5 parientes en la misma familia. ¿Cómo hacemos para frenar nuestra rabia?".
Otro habitante del pueblo, un señor se unos 50 años, agregó: "Nosotros no queremos la guerra, queremos sólo la dignidad, para ser tratados con dignidad en cualquier lado".
Ahmad Saber, docente musulmán de la escuela primaria y secundaria, llega directamente de Samallut para unirse al luto de las familias de sus alumnos. "No haremos lecciones por muchos días. Yo no puedo ir a la escuela. Todas las escuelas de la zona están cerradas. Aquí no hay distinción entre musulmanes y cristianos. Somos todos personas".
En la pared de la iglesia se lee un escrito: "No caigan en la ira, porque la ira tiene en puño a los ignorantes". Guergues Fawzy, amigo de los hermanos Bishoï y Samouil, recuerda los momentos transcurridos con ellos en Libia antes de volver a Egipto, pocos días antes de su secuestro. "Yo esperaba que los secuestradores pidiesen un rescate, pero mis esperanzas quedaron truncas..."
Amir Yaacoub, empleado estatal en el concejo local explica que desde el principio los compañeros egipcios sabían de la amenazas que había en Libia, pero esos hombres han intentado buscarse y ganarse una vida mejor en aquel país, dado que en Egipto no se encuentra trabajo.
Por el momento otros 85 habitantes del pueblo de Al-Öur se encuentran aún en Libia, 79 de ellos cristianos y 6 musulmanes. De hace unos días muchos egipcios lograron volver a sus casas, a través de la frontera entre Libia y Egipto o tomando algún avión en Túnez. Toso el país está preocupado por los connacionales egipcios que se encuentran aún en el infierno de Libia.
12/10/2017 16:09
16/02/2015