Egipto, dos monjes incriminados por la muerte del obispo copto. P. Rafic: Es un caso oscuro
La policía arrestó al ex monje Wael Saad como autor del homicidio y a un monje de 33 años, Faltaous, por complicidad. Este último intentó suicidarse y está internado en un hospital. Vocero de la Iglesia católica: hace tiempo que el indiciado era “fuente de problemas” para el instituto. El asesinato devino objeto de chismes en las redes sociales. En el país, se ha fortalecido la unidad entre cristianos y musulmanes.
El Cairo (AsiaNews)- Las investigaciones “aún se están desarrollando” y “no hay” explicaciones “oficiales” que puedan justificar el móvil del asesinato del obispo. Lo que se supo en estos días es que “el ex monje hace tiempo que constituía una fuente de problemas” dentro del instituto. Asi lo subraya, en diálogo con AsiaNews el P. Rafic, vocero de la Iglesia católica egipcia, al comentar la muerte violenta y aún, en gran medida, oscura del obispo ortodoxo Anba Epifhanios. “Todo el caso -subraya el sacerdote- presenta aspectos oscuros y hasta ahora no han surgido muchos elementos que puedan ayudar a esclarecerlo”.
En la noche del 29 de julio, el prior -de 64 años- del monasterio de San Macario en Wadi Natrun, ubicado a unos 110 Km al noroeste de El Cairo, fue encontrado sin vida, y con profundas heridas en la cabeza. El cuerpo fue hallado dentro del instituto, que está localizado en una zona desértica. Por el homicidio, el fiscal egipcio incriminó a un ex monje que fue expulsado recientemente de la orden monástica. Wael Saad (Isaías, nombre del monje) confesó que mató al obispo, acusando de complicidad a un hermano de la orden.
Es por eso que junto a él, fue detenido el monje Faltaous, de 33 años, quien se encuentra internado en un hospital de la capital egipcia, tras haber intentado suicidarse. Pocos días después del homicidio del prior y antes de ser detenido, el religioso se cortó las venas, luego se arrojó del techo más alto del monasterio. Sin embargo, sobrevivió y ahora está siendo investigado por complicidad.
Según información filtrada por los investigadores, Saad habría tenido desacuerdos con sus superiores y fue objeto de una investigación por haberse rebelado contra las tradiciones del monasterio. De aquí la decisión de reducirlo al estado laical y expulsarlo del instituto “por conducta inapropiada”.
El P. Rafic subraya que “todavía hay muchos puntos oscuros” en el caso, siendo el primero de ellos cómo es posible que él se encontrase en el monasterio, siendo que hacía tiempo que había abandonado el lugar”. Según testimonios extra-oficiales "durante largo tiempo él habría creado problemas y dificultades en seno de la comunidad monástica” y “no cumplía las órdenes dadas por el prior. Quizás habían diferencias sobre el dogma que se debía seguir, sobre la visión de la fe”. Pero, agrega, “esto, por cierto, no justifica un homicidio”.
Tras el homicidio del prior, la cúpula de la Iglesia copta ordenó la clausura de las redes sociales -tanto Facebook como Twitter- y el mismo Papa copto Teodoro II dio el ejemplo eliminando todas sus cuentras personales, si bien es poco el uso que había hecho de ellas en el pasado. Según ciertas fuentes, detrás de estas medidas disciplinarias existiría un creciente disenso entre varias almas de la Iglesia copta (el 10% del total de la población en Egipto, nación de 100 millones de habitantes en su mayoría musulmana sunita), que aún no ha comentado oficialmente el hecho violento.
“El homicidio provocó un gran estruendo en Egipto- confirma el vocero de la Iglesia católica egipcia- y se ha convertido en unn tema de conversación en bares y en lugares de encuentro. Con respecto a las redes sociales, hay muchas habladurías y rumores incontrolables, que aún continúan. En muchos casos se trata de meros chismes; sin embargo, lo esencial es esperar el resultado de las investigaciones y confiar en la justicia”.
“Si bien conmocionada por el hecho de sangre, la comunidad cristiana egipcia atraviesa una etapa positiva, como confirma el mismo p. Rafic. “Hoy hay una mayor conciencia -cuenta-, tanto en las instituciones como entre los ciudadanos, sobre la importancia de estar unidos, más allá de la pertenencia religiosa o del hecho de profesar que se es cristianos o musulmanes”. En estos días de fiesta, concluye, “son muchos los fieles de mi comunidad que envían augurios y felicitaciones a los fieles del islam”. Parece ser que se han superado, en parte, los problemas sectarios del pasado”