Día del Refugiado: cada vez más precarias las condiciones de los rohingya en Cox's Bazar
ACNUR ha elegido este año como tema "la esperanza aún lejos de la patria”, pero la mayoría de los refugiados están preocupados por el futuro de sus hijos. En Bangladés sólo reciben educación primaria, no tienen posibilidad de trabajar y son tratados como una carga. En los últimos meses se redujeron las raciones alimentarias, se propagó el dengue y aumentó la criminalidad.
Daca (AsiaNews) - Durante años han estado lejos de casa, sin posibilidad de trabajar, dependiendo de la ayuda extranjera y sin ser queridos por su país de acogida. Esta es la situación de los refugiados rohingya en el campo de refugiados de Cox's Bazar, en Bangladés, donde viven desde 2017 al menos 1,2 millones de personas que huyeron del estado birmano de Rakhine a causa de la persecución del ejército. Tras el golpe militar del 1 de febrero de 2021, el país se sumió en una guerra civil y se desvaneció cualquier posibilidad de retorno. Minoría étnica de confesión musulmana, los rohingya fueron convertidos en la práctica en apátridas por los militares y los anteriores gobiernos birmanos. Sin embargo, el gobierno de Bangladés presiona para que se marchen.
Con motivo del Día Mundial del Refugiado, que se celebra hoy, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha elegido el lema "esperanza aún lejos de la patria".
Pero en el campo de Cox's Bazar, muchos están preocupados por el futuro de sus hijos: los más pequeños reciben educación en lengua birmana en jardines de infantes gestionados por organizaciones no gubernamentales, pero sólo se trata de educación primaria. Los que llegaron siendo adolescentes podrían ir ahora a la universidad. "Vivimos como animales domésticos. Dependemos de la misericordia de los demás. No podemos salir del campo. Es como una prisión. Si estuviera en Myanmar, empezaría a trabajar en una empresa o a hacer negocios. Podría aprovechar mi talento para hacer una carrera", declaró a AsiaNews Abu Bakkar, un joven de 22 años que vive en el campo 13 de Ukhila. Su padre, Dil Mohammed, era profesor en Myanmar, pero ahora está desempleado. Ambos dependen de la ayuda del ACNUR, del gobierno de Bangladés y de algunas ONG para vivir.
Recientemente, la ONU se vio obligada a reducir aún más las raciones de alimentos debido a la falta de fondos, primero de 12 a 10 dólares al mes y después de 10 a 8 dólares. Debido a las precarias condiciones, algunos rohingya se involucran en redes criminales. El Comisario de Ayuda y Repatriación de los Refugiados, Mohammad Mizanur Rahman, declaró a los medios de comunicación que la ayuda de los donantes disminuye constantemente. Nunca antes se había destinado tan poco dinero en el espacio de seis meses. "Los problemas nutricionales de mujeres y niños están aumentando. Los rohingya están abandonando el campo en busca de comida. Con la disminución de la ayuda, aumentan los delitos, como el contrabando y el tráfico de personas, por lo que se producen muchos incidentes que amenazan nuestra seguridad".
Las condiciones sanitarias de los campos también son desastrosas: el año pasado estalló una epidemia de dengue, pero no se conocen cifras sobre las víctimas. Según se estima, unos 1.000 rohingya contrajeron la enfermedad este año.
Imtiaz Ahmed, exprofesor de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de Daca, comentó la falta de ayuda a los rohingya en comparación con otras necesidades de la comunidad internacional: "Hablamos de la crisis económica por la guerra entre Ucrania y Rusia, pero el suministro de armas para la guerra no disminuye, mientras que hay una reticencia a destinar fondos para estas personas afligidas. Es injusto".
La primera ministra de Bangladés, Sheikh Hasina, pidió a la comunidad internacional que ayude a los refugiados a regresar a Myanmar, porque la superpoblación es ya un grave problema para esta nación del sur de Asia de 165 millones de habitantes.
El trabajador de una ONG católica explicó que Bangladés acogió inicialmente a los rohingya por razones humanitarias, pero ahora el gobierno quiere que se marchen cuanto antes: "Bangladés está lidiando con varios problemas y siente que es imposible encontrar una solución para los refugiados, que sólo pueden ser repatriados con la ayuda del gobierno de Myanmar".
Según una encuesta sobre la población laboral publicada en marzo por la Oficina de Estadística de Bangladés, la tasa de desempleo es del 3,6%, es decir, 2,63 millones de personas, mientras que la población activa total supera los 73,40 millones.
Los rohingya representan una gran presión, mientras que la economía se ha ralentizado. Muchas fábricas de ropa, la principal industria del país, han recibido menos pedidos de países occidentales en los últimos meses.
26/05/2022 16:00
05/07/2019 15:04