Duterte amenaza con la expulsión de diplomáticos europeos

Cambio de estrategia en la guerra contra las drogas. En la mira, los proveedores y "peces grandes". El presidente elimina las operaciones de la policía nacional y ataca a los detractores. Se desploma el índice de aceptación del electorado filipino.

Manila (AsiaNews / Agencias) - El presidente de Filipinas Rodrigo Duterte ha amenazado con expulsar del país a los embajadores europeos, acusando a sus gobiernos de interferir en la política interna y de tejer intrigas para lograr la expulsión de Manila de las Naciones Unidas. Dijo que no toleraría las críticas europeas a la guerra contra la droga emprendida por la administración e iniciada hace 15 meses, cuando subió al poder.

Durante una audiencia pública difundida ayer en cadena nacional, Duterte leyó un memorando que elimina la operación de la policía nacional, transfiriendo la misión a la Agencia antidrogas (Pdea) de Filipinas.

El gobierno ordenó la disolución de 18 unidades antidrogas regionales, declarando que quiere llevar los objetivos de las operaciones a un nivel superior, para garantizar que se haga justicia con los proveedores y "grandes peces". Los adictos a las drogas y los traficantes de drogas a pequeña escala han sido hasta ahora los más afectados por la campaña presidencial.

La policía dice que las muertes confirmadas y atribuibles a la aplicación de la ley suman 3.850. Varios miles de personas han muerto en "situaciones inexplicables", muchas organizaciones internacionales, incluida la Unión Europea, acusan las mismas como "ejecuciones extrajudiciales". Activistas de derechos humanos afirman que son obra de policías de incógnito y de asesinos a sueldo.

Duterte dijo que esperaba que el cambio de objetivos satisfaga los "corazones sangrantes" de los Estados occidentales, con la mirada fija en el alto número de muertes por su brutal represión. El cambio de estrategia en la guerra contra las drogas llega en un momento difícil para él. Un sondeo llevado a cabo por la Social Weather Stations (Sws) revela que el índice de aceptación que el electorado filipino muestra en relación al presidente cayó por debajo del 50%. Es el peor dato desde que Duterte asumió la presidencia.