Dusambé, la capital que Stalin quería para toda Asia

de Vladimir Rozanskij

Fue fundada en 1931 para transformar una zona desértica en una metrópolis modelo movilizando a los mejores arquitectos, ingenieros y constructores de la Unión Soviética. Y a pesar del atraso del país, aún hoy esta ciudad sigue enriqueciéndose con nuevas calles, plazas y parques urbanos.

Dusambé (AsiaNews) - La capital de Tayikistán, la ciudad de Dusambé, celebró el 21 de enero un aniversario muy especial, el de su fundación hace 93 años, en esta fecha de 1931. Por aquel entonces, en pleno régimen soviético estalinista, se inició uno de los proyectos más simbólicos de la época, el llamado Tadžikgosproekt, de una ciudad que iba a convertirse en la «capital de toda Asia». Los esfuerzos de muchos arquitectos, ingenieros y constructores se unieron en lo que entonces aún se llamaba Djušambe-Stalinabad, para transformar una zona desértica de las tierras altas en una de las metrópolis más bellas de Asia Central.

En 1930, cuando Stalin había tomado el control total del partido, se decidió hacer de la capital de Tayikistán un proyecto piloto, uniendo centros y aldeas obreras en un «plan quinquenal de construcción» demostrativo para toda la Unión Soviética. En los tres primeros meses de 1931, el proyecto despegó, y Dusambé creció muy rápidamente, de un modo que asombró incluso a los especialistas en la materia. Como escribió a principios de los años 30 uno de los científicos más destacados de Tayikistán, el fundador de la mineralogía moderna Nikolai Fedorovsky: «La ciudad fue diseñada por arquitectos fantasmas, con casas muy separadas unas de otras, está claro que quieren construir la nueva capital de toda Asia».

El famoso geoquímico soviético Aleksandr Fersman concedió una entrevista en 1935, en la que afirmaba que la «nueva Stalinabad, que se está construyendo en los pueblos de Djušambe, representa un nuevo tipo de planificación especialmente visionaria», como modelo «para los Urales, para Siberia, el Círculo Polar y otras regiones centrales de la Unión». Se ensalzaba el «pensamiento especial y original de una nueva ciudad, que tiene en cuenta las condiciones climáticas especiales, con los excesos de sol y polvo, los factores positivos y negativos».

En diez años, entre 1931 y 1941, los mejores especialistas soviéticos hicieron construir cientos de edificios sociales y residenciales, entre ellos el Teatro de Ópera y Ballet «S. Ajni», el edificio del Soviet Supremo que hoy alberga el Olij Mažilis, el Parlamento de Tayikistán, la Academia de Ciencias, la Filarmónica Safina y muchas otras instituciones de primera categoría. En 1938, el Tadžikgosproekt se dividió en dos sectores: la planificación y la construcción de otras ciudades y pueblos por todo el país. En 1941, la mayoría de los arquitectos y otros especialistas fueron llamados a las tropas del Ejército Rojo, para contrarrestar la invasión del ejército de Hitler en la «Operación Barbarroja».

Dusambé se orientó así hacia las necesidades de los tiempos de guerra, también para alojar a las empresas industriales evacuadas de las zonas de guerra. Tras la fase bélica, los proyectos de construcción se reanudaron en 1957 y Tadžikgosproekt se incorporó a las instituciones estatales, donde permaneció hasta el final de la Unión Soviética. En las décadas de 1950 y 1960, los proyectos se multiplicaron por muchas ciudades de Tayikistán, como modelo para toda la región, dando lugar a las ciudades de Nurek, Rogun, Turnuzade, Javan y otras, con un amplio complejo de infraestructuras sociales, de producción, logísticas y de ingeniería. El instituto de proyectos se transformó en sociedad anónima con el fin de la URSS, y a día de hoy sigue siendo una de las organizaciones de proyectos fundamentales para la gestión urbana en Tayikistán.

Lo que ahora se llama «Compañía Šakhrodar» se encarga de los planes de construcción y desarrollo de varias ciudades, como Bokhtar, Khudžand, Kuljab, con planes continuos de nuevos espacios urbanos incluso en la capital, Dusambé, nuevas calles y plazas, parques urbanos y suburbios muy contemporáneos con edificios de varias plantas y nuevas estructuras de oficinas. A pesar de ser el país económicamente más atrasado de Asia Central, Tayikistán muestra más que ningún otro el progreso heredado del periodo soviético, buscando no quedar marginado, sino contribuir de forma especialmente significativa al desarrollo de toda la región.